En algunas entradas del blog, me he referido a la lucha de la mujer por
conquistar ciertos derechos que le eran negados: como el derecho al voto, al
trabajo, a estudiar, etc, pero lo que siempre me ha parecido insólito que, por
mucho tiempo, se le negó el derecho a la escritura.
Muchas mujeres que poseían el talento para la escritura, les era
imposible publicar sus libros y no podían hacer otra cosa que firmar con un seudónimo
masculino. En la historia de la literatura encontramos muchas mujeres que
consideraban que sus obras solo serían tomadas en serio si lo firmaban bajo un
seudónimo masculino. Entre ellas el que siempre me ha llamado más la atención,
por muchas razones, es el caso de las hermanas Bronte.
¿Quién no ha oído hablar de novelas como “Cumbres borrascosas” o “Jane Eyre”? y quien no haya leído las novelas, tal vez haya visto
las películas basadas en estas obras. En esta entrada del blog, me voy a
referir a las personas que escribieron estas novelas, tres mujeres, las
hermanas Bronte.
En la campiña inglesa
en Haworth, Yorkshire, vivía en 1820 el pastor Patrick Bronte,
quien tuvo seis hijos, de los cuales cinco eran mujeres, dos de ellas murieron
a muy temprana edad, quedando solo tres mujeres y un hombre, los cuales fueron
educados en idiomas, pintura, literatura etc, tuvieron, además, acceso a gran
variedad escritores como Platón, Tucídides, Thackeray, Byron, Sand, Dante...
Una formación muy especial para la época, las tres hermanas, crecieron
plenamente integradas con el ambiente natural, conectadas con la naturaleza, y
que debió de ser extraordinario para la época.
Desde bien temprana edad, la vocación de las tres hermanas se inclinó hacia
las letras, la poesía y la novela eran parte de su mundo. A pesar de que
trataron de trabajar como institutrices, eran incapaces de estar mucho tiempo
separadas y volvían una y otra vez a su hogar. Por la necesidad de continuar
juntas y poder ganarse la vida, crearon una pequeña escuela que les permitía
ambos propósitos, la cual les fracasó y decidieron probar publicando sus poemas
bajo los seudónimos masculinos de los hermanos Bell. Con el cual, no tuvieron
buena aceptación, pero este primer intento las motivó a la publicación de sus
primeras novelas: “Jane Eyre”, de Charlotte, “Cumbres borrascosas”, de Emily y
“Agnes Grey”, de Anne, todas publicadas bajo seudónimo de los hermanos Bell.
Gracias a “Jane Eyre”, la fama le llega de inmediato a Charlotte, la
mayor de las Bronte, pero se vió sometida a la pérdida de su hermanas menores,
ya que Emily y, unos meses después, Anne, mueren de tuberculosis.
Charlotte edita de nuevo las novelas con sus verdaderos nombres e intenta por todos los medios mantener los nombres de sus hermanas limpios, debido a lo escandalosas que resultaron sus novelas para ciertos sectores de la sociedad. Charlotte continúa escribiendo durante seis años más, pero finalmente, ella también muere.
Charlotte edita de nuevo las novelas con sus verdaderos nombres e intenta por todos los medios mantener los nombres de sus hermanas limpios, debido a lo escandalosas que resultaron sus novelas para ciertos sectores de la sociedad. Charlotte continúa escribiendo durante seis años más, pero finalmente, ella también muere.
Quizá si estas valerosas mujeres no hubieran tenido el coraje de oponer
resistencia a las imposiciones sociales de la época, sus textos no hubieran
llegado hasta nosotros.
Charlotte, Emily y Anne, creo que, merecen nuestro reconocimiento, por
ser valientes y dejarnos tan maravillosas obras de la literatura universal.
T.A.F