En el año 1919, Walter Gropius fundaba en Alemania, la
Bauhaus, escuela de artesanía, artes, diseño y arquitectura, la cual ha sido
reconocida mundialmente por su aportación al diseño. El año pasado se cumplió
su centenario, motivo por el cual, el Espaciomuseo, tuvo en sus instalaciones varias actividades en conmemoración a la fecha. De esas
actividades obtuve un libro sobre la Bauhous, el cual estuve ojeando esta
semana, me llamó la atención como las mujeres con vocación artística y liberadas
se inscribieron atraídas por la promesa de igualdad, reflejada en los folletos
repartidos por la academia, progresista para la época. Al poco tiempo, sin
embargo, estas mujeres, afrontaron una actitud ambigua por parte de los
profesores, la falta de reconocimiento de su trabajo, hasta inclusive a veces,
la invisibilidad. Pues eran mujeres, con un nuevo estilo de vida, usaban
pantalones, faldas cortas, no llevaban corsé, usaban corte de pelo especial y
escuchaban música no convencional para la época (jazz). Eran las “flappers”, el prototipo de mujer moderna, que exportó el cine norteamericano
Walter Gropius, fundador de la Bauhaus, decía:
"Es necesaria una estricta selección, sobre todo en cuanto al número
demasiado elevado del sexo femenino... “No debemos hacer experimentos
innecesarios". Así, las leyes darwinianas del "sexo fuerte y el sexo
bello" debían encargarse de ir haciendo la selección natural, al fin y al cabo, según
llegaron a defender algunos de sus integrantes, “ellas no estaban capacitadas para la visión tridimensional”.
Esta selección
consistía en enrumbar sutilmente a las mujeres hacia los "talleres
femeninos”, como el textil o el de cerámica, mientras que los de metal o
carpintería quedaban reservados para los hombres. Pero algunas mujeres se
rebelaron como Marianne Brandt, quien nació el 1 de octubre de 1893 en la
ciudad alemana de Chemnitz y fué la primera
mujer admitida en el programa de metalistería de la Bauhaus. Marianne no se rindió,
luchó y se metió en un mundo dominado por hombres, fué la primera mujer en dirigir el Taller de
Metal de la Escuela de la Bauhaus. Que una mujer liderara dicho taller, no fué
del agrado de algunos miembros de la Bauhaus y las presiones harían que no
durara mucho tiempo en el cargo. En su paso por la Bauhaus, Marianne diseñó
algunos de los objetos más conocidos, como un juego de café y té, ceniceros y
lámparas, los cuales continúan vigentes debido a su funcionalidad y gracias al
gran ingenio de esta mujer. Se pasó toda su vida plasmando la realidad de su
tiempo, inventando objetos útiles, algo que sus colegas masculinos, no siempre
se lo ponian fácil.
Al final de la guerra, trabajó
como profesora en Dresde y Berlín. En los años setenta se trasladó a la
República Democrática Alemana y recuperó su faceta de fotógrafa que había
desarrollado en sus años de juventud cuando inmortalizó a las mujeres del
entreguerras y el papel que ejercieron dentro de la Bauhaus. Marianne fue
pionera en el uso de la fotografía para realzar naturalezas muertas. Plasmó
también preciosos autorretratos dando enfoques muy diferentes e innovadores de
su propia imagen.
Marianne Brandt falleció el
18 de junio de 1983 a los ochenta y nueve años de edad en Kirchberg, Alemania.
¿No creen que es insólita, esta
discriminación a la mujer?
T.A.F.