Espartaco.


Tenía yo, como catorce años, cuando fui al cine a ver la película “Espartaco”, desde entonces para mi, Kirk Douglas se llamó Espartaco y se convirtió en uno de mis actores favoritos, creo que he visto todas sus películas.
Cuando vi Espartaco en ese entonces, fue simplemente una película de esclavos alzados que luchaban por ser libres, años después la volví a ver y me enteré todo lo que hubo detrás de la filmación de esta película, que se basó en la sublevación de esclavos liderada por Espartaco entre el 73-71 a.C., que fue la tercera y última de una serie de revueltas populares contra el poderío de Roma.
Pero la película no fue una simple lucha de Espartaco por la libertad de los esclavos, sino que su filmación, fué además la lucha del mismo Kirk Douglas contra las dificultades que representó hacerse cargo de la producción de la película, además de ser el actor principal. A las pocas semanas de empezar el film, despidió al director Anthony Mann, pues no lo consideró capaz de dirigir una película como esta. Decidió, entonces, llamar a Stanley Kubrick, un cineasta, joven, con talento y en ascenso, que ya lo había dirigido en “Senderos de Gloria”. Pero no fué el único inconveniente, sino que, también tuvo problemas por la “lista negra” del senador Joseph McCarthy, de los sospechosos de simpatizar con ideas de izquierda, en plena Guerra Fría. El libreto del filme, por sugerencia de Kirk Douglas, fue escrito por Dalton Trumbo, un guionista que figuraba en esa “lista negra” como sospechoso de simpatizar con estas ideas, pero su gran talento como guionista le había permitido seguir trabajando clandestinamente. Cuando, en la película Espartaco salió su nombre en los créditos, marcó el comienzo del fin de la “lista negra” de Hollywood para Trumbo y otros guionistas.
Douglas dijo en 2010 que, en lo que a él respecta, “el subproducto más importante de Espartaco es que rompimos la lista negra”.
Kirk Douglas, parecía estar destinado a vivir muchos años, por su cortejo con la muerte: en el último momento, en 1958, decidió no montarse en el avión del productor Michael Todd el cual se estrelló, en el año 1986, su helicóptero chocó con una avioneta, murieron dos de sus acompañantes y él, en esa ocasión, fue operado de la columna, en el año 1991 tuvo un ataque cerebral que le inmovilizó media cara y en 2005 lo operaron de las dos rodillas, con el tiempo recobró parte del habla y pudo caminar con bastón.
Sus interpretaciones fueron tan enérgicas que se volvió poderoso, como actor, pudo trabajar con los mejores directores de la época y protagonizar y producir filmes inolvidables.
Por fin, cuando tenía 80 años, Douglas recibió de las manos de Steven Spielberg en el año de 1996 un Oscar Honorífico, otorgado por la Academia, por sus 50 años de carrera. Tendrían que haberle dado varios Oscar, años antes.
Este es mi pequeño homenaje a Kirk Douglas, quien nos dejó esta semana a la edad de 103 años y que en mi adolescencia me hizo conocer, atreves de sus películas, muchas historias: conocí a Ulises, a Espartaco, a los Vikingos, al Capitán Nemo de 20.000 leguas de viaje submarino, y la vida del gran pintor Vincent van Gogh, entre otros.
"Todo el mundo se la pasa hablando de los viejos tiempos: que las películas eran mejores, que los actores eran superiores, que la gente era más solidaria. Lo único que yo sé de los viejos tiempos es que ya pasaron", dijo Kirk Douglas.
T.A.F.