El rostro de la “libertad”.

 


“La Liberté éclairant le monde”, conocida como la Estatua de la Libertad, es uno de monumentos más famosos de todo el mundo. Ubicada en la isla de "La Libertad", al sur de Manhattan. Este monumento fue un regalo del pueblo francés al pueblo estadounidense, para conmemorar el centenario de la declaración de su Independencia. Estatua realizada por el escultor francés  Frédéric Auguste Bartholdi y la estructura interna por el ingeniero Alexandre Gustave Eiffel y dedicada a Grover Cleveland. En el 1984, fue considerada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Pero esta estatua, de semblante “fuerte”, no se conoce con seguridad la inspiración para ese rostro, pero existen muchas candidatas e hipótesis.

La modelo más factible de Bartholdi fue su madre, Charlotte, cosa que comentaban las personas de su época, lo cual Bartholdi, nunca llegó a negar.

La amante de Bartholdi, quien posteriormente en 1876, sería su esposa, Jeanne-Emilie Bartholdi, era la segunda modelo mas probable

Se casaron, mucho antes de que la estatua estuviera completa, pero más de una década después de que comenzó a diseñarla. Algo de la confusión acerca de que la cara de la estatua sea la de su esposa viene de un chiste común qué, el rostro de su esposa y el cuerpo fue basado en el de su amante. Evidentemente, la estatua está cubierta con túnicas largas, sin un cuerpo verdaderamente visible.

Otro supuesto, acerca de la posible modelo es, Isabella Eugenia Boyer, la viuda francesa de Isaac Singer, el famoso fabricante de las maquias de coser Singer. Se dice que la muerte de Singer, liberó a Isabella y la convirtió en la perfecta modelo para el rostro de la estatua, pero las posibilidades que eso haya sucedido son mínimas.  

Se dice, también, que Bartholdi, pudo haber tenido muchas influencias artísticas, sobre todo de una pintura llamada La Vérité, del pintor Jules Joseph Lefebvre. En dicha pintura una mujer desnuda sostiene una antorcha, en una pose muy parecida a la de la Estatua de la Libertad. En la actualidad, esa pintura se encuentra en el Museo d’Orsay en París.

Existen otras hipótesis de esa época, sobre la forma final del rostro de la estatua. Basados en el hecho que, Bartholdi es conocido por haber visitado el Medio Oriente para estudiar estatuas gigantes realizadas por los egipcios y puede haber tomado su inspiración, si no es que fueron ideas técnicas, de este viaje.

Se dice que quizás está inspirada en una estatua clásica de la diosa Hera, quien sostiene una antorcha mientras utiliza túnicas y una corona. 

Sin embargo, esta estatua es diferente en muchos aspectos muy notorios, incluyendo el hecho de que el brazo de la diosa que sostiene la antorcha está doblado hacia arriba con el codo a un ángulo de 90 grados y sus túnicas y la posición del cuerpo son diferentes.

Y como culminación de tantas explicaciones, tambien existen algunos historiadores, que creen que fue una mujer de origen africano la que posó para Bartholdi.

T.A.F.


 

 


Johanna, la “madre” de Heidi.



Abuelito, dime tu: ¿Qué sonidos son los que oigo yo?, Abuelito, dime tu: ¿Por qué yo en la nube voy?, Dime ¿por qué huele el aire así?, Dime ¿por qué yo soy tan feliz?, Abuelito, nunca yo de ti me alejaré. Abuelito, dime... ¿Recuerdan esa canción?... es la que cantaba Heidi, el personaje principal de la famosa obra literaria, publicada por primera vez en 1880, llevada dos veces al cine, la primera adaptación fue en 1937, interpretada por Shirley Temple, y luego en el año 1952  Luigi Comencini, rodó la película, en los escenarios naturales de Engadin, y con la actuación de la gran estrella del cine suizo, Heinrich Gretler, en el papel del abuelo de la pequeña.

Además, se realizó una serie animada de televisión de 52 episodios, ejecutada por los japoneses, durante la década de los años 70, la cual tuvo tanto éxito, que provocó una peregrinación masiva de los japoneses, hacia los paisajes donde se supone que vivió Heidi, que un periodista suizo en una publicación al respecto lo calificaba con ironía, como: viajar a “Heidilandia”.  

Heidi, es uno de los muchos libros infantiles escritos por la novelista suiza y el que le dio más popularidad, Johanna Spyri, de nombre original Johanna Heusser, nació, justamente, en el mes de junio, el día 12, en Hirzel,  cerca de Zúrich, un pueblo pequeño, incrustado en una verde colina, de difícil acceso, pues hay que atravesar bosques de pinos y al terminar este bosque, hay un sendero bordeado de árboles frutales. En el pequeño pueblo hay flores por todas partes, las casas son pequeñas pero confortables con huertos y jardines, todo muy parecido al paisaje descrito por la escritora de donde vivió Heidi.

En el año 1852, Johanna se casa con Bernhard Spyri, un abogado dedicado al trabajo editorial, se mudó a Zúrich, tuvo un hijo y es en ese entonces cuando escribe Heidi, con el fin de leerle el cuento a su hijo. Se trata de una serie de dieciséis volúmenes, donde va narrando la historia de una niña huérfana, se dice, que Johanna Spyri, rememora los recuerdos de su infancia y las historias que había oído contar a su familia.

Originalmente Johanna realizó su obra en dos partes: el primer tomo “Heidi” en 1880, y el segundo tomo “De nuevo Heidi”, en 1881, en las siguientes ediciones, unieron las dos novelas en un solo tomo    y es así como se conoce la historia en la actualidad en todo el mundo, ya que todas las traducciones que se han hecho desde entonces, se fundamentaron en la novela unificada. 

Como no se conocía mucho acerca de la vida de Johanna, durante muchos años se asoció al personaje de Heidi, con la infancia de la autora del libro.

La verdad, es que se había inspirado en algunas de sus propias vivencias infantiles, para la creación del personaje principal de la novela, sin embargo, Heidi, concuerda con el estereotipo de los aldeanos suizos de finales del siglo XIX.

Johanna Spyri falleció en Zúrich el 7 de julio de 1901.

T.A.F.