Museo de Bellas Artes de Caracas.

 


 Con esta “encerrona” obligatoria, lo que me ha parecido más difícil, es disfrutar el tiempo libre sin poder salir del apartamento. Una de las opciones que tenemos a mano es el uso de internet, gracias a él podemos pasar ratos agradables sin la necesidad de salir. Así nacieron iniciativas de ocio virtual. Desde “asistir” a conciertos, “visitar” lugares, “reunirse” con amigos, etc.

Esta semana pasada, me dio por “visitar” museos virtuales, les sugiero que lo hagan, verán que es enriquecedor. Esta iniciativa me condujo a averiguar sobre museos en Venezuela

Por supuesto empecé por el Museo de Bellas Artes el cual visitaba de vez en cuando vivía en Caracas, me encantaban sus grandes espacios y su arquitectura. Me encontré con un acontecimiento sucedido en este Museo que conocía, pero muy vagamente.

El término museo proviene, etimológicamente del griego Musaeum, templo o lugar dedicado a las musas, lugar dedicado a las divinidades que inspiraban las artes y la música. Pero, no fue sino hasta el renacimiento, cuando se adoptó la palabra museo. Debido al auge de la pintura y diferentes expresiones artísticas, se crearon espacios para conservar los cuadros y las esculturas, y donde la gente pudiera verlas y disfrutar de ellas.

En Venezuela en cuanto a museos se trata, el Museo de Bellas Artes de Caracas fue la primera institución fundada para la exhibición de las artes visuales, fue creado en 1917 por decreto, por el presidente encargado de la república, en aquel entonces, Victorino Márquez Bustillos, su ubicación inicial estuvo en un espacio de la sede de la Academia Nacional de Bellas Artes.

El 20 de febrero de 1938, el presidente Eleazar López Contreras, inauguró su sede propia, un edificio de estilo neoclásico diseñado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, situado en el Parque Los Caobos. En el año 1953 fue remodelado bajo la supervisión de Villanueva. Allí funcionó hasta el año 1976, cuando se crea la Galería de Arte Nacional, razón por la cual el museo fue trasladado a una nueva edificación ubicada en la parte posterior del complejo neoclásico, obra también de Villanueva.

El Museo de Bellas Artes de Caracas, fue noticia en todos los periódicos y noticieros televisivos a nivel mundial, durante la primera quincena del año 1963. Resulta que, el 21 de noviembre el Museo de Bellas Artes inauguró la exposición “100 Años de Pintura en Francia”, después de un arduo trabajo y de negociaciones, la exposición contaba con 140 obras de unos 126 artistas franceses. El 16 de enero de 1963, aproximadamente a las 3 de la tarde en el momento que había gran cantidad de alumnos de los colegios de Caracas, en visitas guiadas por la exposición, entraron varios individuos armados y se robaron cinco obras de la exposición. Entre las que estaban: “Lirio en un Vaso de Cobre”, de Van Gogh, “Bañistas” de Cézanne, “Naturaleza Muerta” de Picasso, “Naturaleza Muerta con Peras” de Braque y “Naturaleza Muerta” de Gauguin.

El asalto duró unos 30 minutos y el valor de los cuadros robados fue de 50 millones de dólares.

Las obras robadas, estuvieron desaparecidas por 74 horas aproximadamente antes de ser recuperadas y devueltos al museo, el asalto fue un hecho de propaganda política, eran tiempos de la guerrilla en Venezuela.

La exposición fue reabierta el 7 de febrero del año 1963 y se clausuro 5 días después. La exposición sólo estuvo 32 días, sin embargo, fue visitada por aproximadamente un millón de personas, que para la época era todo un éxito.

La curadora y escritora Elida Salazar escribió un libro: “Asalto al Museo de Bellas Artes” el cual cuenta en detalles todo el acontecimiento, lamentablemente no lo pude localizar en PDF, pero sé que Amazon lo vende.

T.A.F.



Las abuelas de hoy en los años 60.

 

Esta entrada se la dedico a mi nieta Martina y a todas mis amigas contemporáneas con nietos y nietas preguntones. Todo empezó cuando Martina me dijo “abuela cuando tú eras joven, no existía internet, ni celulares ni las redes y tú me has dicho que la televisión no era en colores y solo había tres canales. ¿Cómo se divertían?  En ese instante le respondí a la ligera. Desde ese momento empezaron a llegar los recuerdos de los “maravillosos” años 60.

Si, Martina, nos divertíamos y mucho a pesar que no teníamos la extraordinaria tecnología de ahora.

Cuando íbamos a una fiesta no estábamos pendiente del celular, sino que bailábamos y bebíamos “guarapita” y estábamos pendiente de cambiar los discos de acetato, y escogíamos entre Chubby Chequer, los Beatles, Janis Joplin y Rolling Stones y si sabíamos que íbamos a bailar con el muchacho que nos gustaba, poníamos un “mosaico” de Billo.

Imagínate, escogiendo el atuendo para la fiesta, pues, fue la era de la liberación, sobre todo de nosotras las mujeres. En primer lugar, escoger la prenda de vestir que definió la moda de los 60: la minifalda, yo la usaba extendiendo la mano y que el dedo índice me tocara la pierna  o sea como unos ocho dedos encima de la rodilla, había unas amigas más osadas que las usaban más cortas, por supuestos todas conocíamos a Mary Quant, la británica, creadora de la minifalda, “influencer”, pero no en la redes ni en la web, sino que había que verla en la prensa escrita o el espacio de las noticias internacionales de los noticieros televisivos  o esperar que llegaran las revistas, semanales o quincenales, junto con ella nos llegó también de Inglaterra la influencia del movimiento YouthQuake, haciendo referencia a “un cambio cultural, social significativo surgido de las acciones o influencia de los jóvenes”         

Pero hubo muchos cambios en la forma de vestir en los 60, no solo fue la “mini” sino que fue una década muy prolífera, como no nombrar los famosos “Hot-Pant”, los pantalones calientes, que causaron furor

Pero se usaron muchos tipos de prendas de vestir: camisas de vestir con un efecto teñido, azul marino anudada a la cintura y un pantalón “Capri”, era chic. Sandalias de tacón de cuero era la opción que completaba el atuendo.

No teníamos muchos problemas, por lo accesorios, usábamos bisutería de plástico, vinilo y de colores llamativos o sea “pop”, como le decíamos, brazaletes gruesos y pañuelitos de colores, amarrados en cualquier parte del cuerpo. Recuerdo una vez que salió Henry Stephen, en la televisión con un pañuelo amarrado en la rodilla sobre el pantalón, cuál no sería mi sorpresa que cuando salgo a la calle encuentro muchos chamos, los “pavos” de mi época, con el pañuelito amarrado en la rodilla encima del pantalón.

En los últimos años de los 60, apareció un movimiento anti-moda, la moda hippie, los pantalones campanas o “pata de elefante”, los jeans gastados, con decoración de parches, bordados y pintados, franelas psicodélicas. Cualquiera podía decir lo que “funcionaba”, cualquier combinación de colores, aunque pareciera exagerado, se podía usar. La ropa era de proporciones extremas. Sombreros grandes y caídos, fofos, los chalecos colgaban hasta la rodilla y los abrigos hasta el suelo y lo peor era que ese tipo de vestimenta se usó aquí en pleno trópico. ¡Te fijas, que no había tiempo para aburrirse!

T.A.F.



 

La Gala de Dalí.

 


La semana pasada, el 11 de mayo para ser más precisa, leí en internet que era el aniversario del nacimiento de Salvador Dalí, lo que me recordó que el año pasado, ojeando una revista me enteré de un libro que estaba ofreciendo Amazon sobre la vida de la esposa de Dalí: La intrusa. Retrato íntimo de Gala Dalí , el cual me fue imposible leer, no lo pude conseguir en PDF, pero eso sí, curiosee, hasta donde pude en internet sobre Gala, pues para mí era una desconocida. En esta entrada del blog quise compartir con ustedes, algo de la vida, de esta mujer que no solo frecuentó los intelectuales de la época, sino que fue influencia decisiva en sus creaciones poéticas y artísticas.

Gala, nació en Kazán, en Rusia, con el nombre de Elena Ivanovna, un 7 de septiembre de 1894, en una familia de intelectuales, paso su infancia en Moscú, tenía dos hermanos mayores y una hermana menor, su padre murió cuando ella tenía 11 años, pero su madre se volvió a casar con un abogado, con el cual Gala, mantuvo una muy buena relación lo cual le permitió adquirir una excelente educación, llegando a ser una brillante estudiante, con unas notas promedios muy altas, un título del zar la autorizó a convertirse en maestra. Trabajando como maestra, tuvo una recaída por la tuberculosis que la aquejaba y se vio obligada a ser trasladada al sanatorio de Clavadel en Suiza, donde conoce a Paul Éluard. Y se hicieron muy amigos por que ambos amaban la lectura y la poesía. A los dos le dieron de alta del sanatorio en 1914, Gala regresa a Rusia y Paul tuvo que irse al frente de guerra, pero para ese entonces se habían propuesto matrimonio. Gala al poco tiempo cruzó la Europa de la Primera Guerra Mundial, de Moscú a Paris, para reencontrarse con Paul, donde se casan al año siguiente.

Paul mantenía relaciones con las principales figuras del movimiento surrealista. Gala asistía a algunas reuniones del grupo y allí comienza una relación con Max Ernst, el cual la pinto en varios retratos. Ella, Éluard y Ernst pasaron tres años en un “ménage à trois”, de 1924 a 1927.

Conoce a Salvador Dalí en el año 1929, el cual se encontraba en Paris, en el mes de abril, presentando la película, que había creado con Luis Buñuel “Un chien andalou”. Dalí invita a varias parejas, entre ellas Paul y Gala, a pasar el verano en Cadaqués. Cuando el pintor conoció a Gala fue amor a primera vista. En su vida secreta, escribió: "Ella estaba destinada a ser mi Gradiva

Muy rápidamente comienza una aventura entre Gala y Dalí, el cual era diez años menor que ella. Paul y Gala se divorciaron, pero continuaron siendo cercanos.

Después de vivir juntos durante cinco años, estos se casan, en una ceremonia civil en el año 1934. Ya a principios de 1930 Dalí comenzó a firmar sus cuadros con su nombre y el de ella, “es principalmente con tu sangre, Gala, que pinto mis cuadros”.

En 1948, regresaron de los Estados Unidos después de ocho años y  a partir de ese momento, Salvador Dalí y su esposa Gala pasarían la primavera y el verano en Portlligat y el otoño y el invierno entre New York y Paris. En 1958 se vuelven a casar, esta vez por la iglesia, en una ermita de los Ángeles. En 1968 el pintor le compra a Gala, un castillo en Púbol, Girona, donde pasaría un tiempo todos los veranos desde 1971 hasta 1980. También acordó no visitarlo sin obtener su permiso previo por escrito. 

Gala murió en Port Lligat en Cataluña, España, el 10 de junio de 1982, a la edad de 87 años, había luchado meses antes con una severa  gripe, después de la cual empezó a tener signos de demencia. Fue enterrada en el castillo de Púbol, un regalo que Dalí le había comprada en 1968, en una cripta con un esquema en forma de tablero de ajedrez.

"Llamo a mi esposa: Gala, Galushka, Gradiva; Oliva, por la forma ovalada de su rostro y el color de su piel; Oliveta, diminutivo de Oliva; y sus delirantes derivados Oliueta, Oriueta, Buribeta, Buriueteta, Suliueta, Solibubuleta, Oliburibuleta, Ciueta, Liueta. También la llamo Lionette, porque cuando se enoja ruge como el león Metro-Goldwyn-Mayer ". Salvador Dalí.

Desde 1996 el castillo está abierto al público como Casa Museo del Castillo Gala-Dalí de Púbol.

T.A.F.