Evita.

 


Un 26 de julio de 1952, hace ya 70 años moría, de un cáncer de cuello uterino a los 33 años,  la ex primera dama Argentina, María Eva Duarte de Perón, más conocida como “Evita”, su entierro fue épico, con dos millones de personas alineando las calles por donde pasó su féretro, en un velatorio que duró dos semana, Evita, fue inspiración de uno de los musicales más importantes de la historia, protagonizada por Paloma San Basilio y su más famosa canción “no llores por mi Argentina”, el cual fue llevado, también al cine, teniendo como protagonista a Madonna. Evita sigue siendo hoy, la mujer mas famosa que ha nacido en Argentina.

Evita, durante los gobiernos de su esposo, logró tener altos grados de popularidad, llegando a ser la “abanderada de los humildes”

Era tanto el nivel de entusiasmo que generaba y era tal la importancia simbólica de Evita dentro del peronismo que, poco antes de morir, el Congreso le había otorgado el título de "jefa Espiritual de la Nación".

Perón, quería que sus restos reposaran en el “Monumento al descamisado”, un panteón faraónico, que iba a ser construido exclusivamente para ella, misión que encargó a un prestigioso anatomista español, de apellido Ara, el cual comenzó su tarea a penas la primera dama falleció.       

Ara, concluyó su tarea de embalsamar el cadáver, pero, el mausoleo seguía siendo a penas un proyecto, por lo cual el español debió quedar al cuidado del cadáver embalsamado, en el segundo piso de la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical de Argentina.

Cuando Perón es derrocado por un golpe militar, huye de Argentina, pero el cuerpo de Evita quedó en la CGT, bajo el cuidado de Ara.

Los militares, temerosos que los peronistas intentaran robar el cadáver y utilizarlo como “mecha” para incendiar el país, trazaron un plan secreto: secuestrar el cadáver y darle “cristiana sepultura” o sea un entierro clandestino. Llevarse el cuerpo en un cajón común y sin identificación e intentar esconderlo en distintos puntos de Buenos Aires. El cuerpo embalsamado estaba a cargo del mayor Eduardo Arandía, quien lo escondió en el altillo de su casa. Una noche escuchó ruidos, tomó su pistola y le disparó a un algo que se movía en la oscuridad: era su mujer. Quien cayó muerta en el acto

En 1957, se propuso sacar el cuerpo del país, se decidió trasladarlo a Italia gracias a la ayuda de la iglesia católica, intervino directamente un delegado de su Santidad quien allanó el camino. El delegado compró una tumba en el cementerio comunal de Milán. En abril de 1957, el ataúd de Evita fue llevado en barco a Génova, haciéndola pasar por una viuda italiana fallecida en Argentina.  

Los restos de Evita estuvieron escondidos en este cementerio durante 14 años. El destino de los restos de Evita fue un misterio hasta 1970. Ese año, un grupo de jóvenes Montoneros asesinó al expresidente Aramburu, acusándolo, entre otras cosas, de haber hecho desaparecer el cuerpo.

En medio de la crisis y el creciente poder de la juventud peronista, el nuevo líder militar del país, el general Alejandro Lanusse, propuso un "Gran Acuerdo Nacional" con Perón, donde ofreció devolverle a éste los restos de Evita.

A finales 1971 el cadáver fue exhumado y llevado por carretera hasta la residencia de Perón en Madrid.

Un grupo guerrillero, se robó el cadáver de Aramburu y exigió como rescate que trajeran de regreso a “la compañera Evita”. En 1974, los restos de Evita fueron exhibidos al público, 22 años después de su muerte, junto con el féretro de su marido. Los militares volvieron al poder y entregaron los restos de Evita a sus familiares quienes la sepultaron en su bóveda familiar en Recoleta.

Hoy 70 años después de su muerte sigue siendo la tumba más visitada.

T.A.F.


 

 

El feminismo.


Desde principios de la civilización, siempre la sociedad, por supuesto gobernadas por hombres, se le ha establecido un “papel” determinado al hombre y otro a la mujer, catalogando a uno como sexo fuerte y al otro como sexo débil, al principio estas diferencias se veían como naturales, dándole al sexo “fuerte” el poder, de tomar las decisiones políticas, culturales, sociales y económicas y dejando a las mujeres los oficios de la casa y el cuidado de los hijos.

Inclusive con todos los cambios que surgieron con la Revolución Francesa, se redactó un documento titulado “Los derechos del hombre y del ciudadano”, donde solo se tomaba en cuenta al hombre y no a las mujeres. Pese a que, el “feminismo” no se inició formalmente hasta finales del siglo XVIII. Hubo algunos intentos de algunas   mujeres como, Guglielma de Bohemia, que en pleno siglo VIII, propuso crear una iglesia solo para mujeres o Christine de Pizan, quien en 1405 escribió, “La ciudad y las damas”, un libro en contra de los prejuicios hacia las mujeres y un llamado a la educación femenina, sin embargo a estas mujeres, no se les incluye dentro de las luchas feministas pues sus aportes lo hicieron en forma individual, sin tener conciencia que estaban luchando por una causa colectiva.

El término “féminisme”, apareció por primera vez en Francia e irónicamente, se le atribuye a un hombre, Charles Fourier, socialista utópico y filósofo francés y se utilizó este termino, por primera vez en inglés en la década de 1890, en asociación con el movimiento por la igualdad de derechos políticos y legales para la mujer.

Esta semana que pasó, el 19 y 20 de julio, fue el aniversario de la primera Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer, llamada Convención de Seneca Falls, New York, por haberse realizado en esa ciudad. Se exigió en esta convención derechos civiles, sociales, políticos y religiosos para las mujeres, materializándolo en la “Declaración de Sentimientos y Resoluciones”, donde se defendía que “estas verdades son incuestionables”: todos los hombres y las mujeres son creados iguales”.

Esta Declaración de sentimientos, como se llamaba, también es conocida como declaración de Seneca Falls. Para la elaboración de este documento se tomó como base, la Declaración de la independencia de los Estados Unidos, en este documento se denuncian las restricciones a la que estaban sometidas las mujeres, sobre todo en lo político: las mujeres, no podían votar, ni presentarse como candidatas, ni ocupar cargos públicos, ni asistir a reuniones políticas.

En esta declaración, hubo una serie de resoluciones:

La misma virtud, delicadeza y refinamiento que se le exigía a la mujer en la sociedad, se le exigieran al hombre también.

Que la igualdad es consecuencia del hecho de que toda raza humana es idéntica en cuanto a capacidad y responsabilidad.

Que es deber de las mujeres estadounidenses asegurarse el sagrado derecho del voto.

Esta Declaración de Seneca Falls, fue pionera en el mundo de la lucha de las mujeres por sus derechos. Aquellas que solo luchaban por el sufragio de la mujer, se integraron a este movimiento, para dar una batalla de conjunto de todas las mujeres. Si bien en la mayoría de los países, ya no se discute el derecho a voto, la situación de las mujeres dista todavía de ser equitativa. La agenda para un desarrollo sostenible, aprobado por los dirigentes mundiales en 2015, en la cual, se propone una hoja de ruta, donde no se deje a nadie atrás.   

Uno de sus objetivos primordiales es lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

T.A.F.


 

 

 

Olympe de Gouges, la revolucionaria.


Este jueves pasado fue 14 de julio, una fecha que marcó un antes y un después en la historia de occidente, en la Francia de 1789, los revolucionarios asaltaron y tomaron el control de la fortaleza y prisión política conocida por La Bastilla, la cual representaba la autoridad en Paris y el símbolo del abuso de poder de la monarquía, esta toma representó el hecho definitivo de la llamada Revolución Francesa, la cual se caracterizó por ser un periodo de cambio político y social radical. Muchas de las ideas que nacieron de este hecho, son calificadas como principios básicos de la democracia liberal, mientras que las frases como: liberté, égalité, fraternite aparecieron en revueltas posteriores, como la Revolución Rusa o fomentando campañas por la abolición de la esclavitud o el sufragio universal.

En estos acontecimientos, aunque muchas veces no se nombran, la participación de la mujer fue muy valiosa. El 6 de octubre del mismo año, un torrente de mujeres enardecidas asaltaba a Versalles, palacio donde vivián los reyes, todo había empezado, el día anterior cuando mujeres, desesperadas por la escasez de alimentos en los mercados de Paris, se amotinaron y decidieron desobedecer la autoridad, tomando el asunto en sus manos, de modo violenta. Marcharon con miles de parisinos bajo la lluvia, cargando mosquetes, cuchillos y arrastrando cañones. Entre las participantes en esta marcha se encontraba Olympe de Gouges, también llamada, Marie-Olympe de Gouges de nombre original Marie Gouze y su nombre era Marie Aubry. Se conocía como una activista y dramaturga que vivió en la época de la revolución francesa. Sus escritos feministas tuvieron gran repercusión en esos días. En 1788 publicó “Réflexions sur les hommes nègres”, asumió un punto de vista contra la esclavitud, luego escribió en 1791 “la Declaración de los derechos de la mujer y el ciudadano”, en la que expresaba la igualdad política y social entre hombres y mujeres.

Marie, nació en Montauban, el 7 de mayo de 1748, su madre, casada con Pierre Gouze, pero luego se entera, por su madre, que es hija natural del poeta Jean jacques Le Franc de Pompignan.

Se casa con Louis-Yves Aubry, en el año 1765, tiene un niño y al poco tiempo enviuda. Se decepciona de la vida de casada, razón por la cual se negó a volverse a casar. En 1770 dejó Montauban acompañada de su hijo, para reunirse con su hermana en Paris. Por sus escritos de comedias y teatro donde representaba la época de la revolución, adquirió cierta notoriedad, por su comedia “El Esclavage des Noirs”, incluido en el repertorio de la “Comédie Française” con el título de “Zamore y Mirza”, o el naufragio feliz. Esto le permitió ser admitida en la Sociedad de amigos de los negros. En 1788, publicó dos folletos de corte político, que estimularon protestas, en particular en el "Journal général de France”, pero también en otros periódicos. Olympe entonces desarrolló un proyecto de enfoque patriótico en su famosa carta al pueblo. En 1791, publica “La Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana” con el objetivo de que fuese decretada por la Asamblea Nacional Constituyente, además, Olympe, redactó una adaptación de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. “La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales solo pueden estar fundadas en la utilidad común”. En el epílogo, Olympe de Gouges lleva a cabo una reflexión y un llamamiento en el que pide que las mujeres despierten y defiendan sus derechos, ya que les fueron arrebatados por los hombres.

El 3 de noviembre de 1793 fue guillotinada porque se opuso a la ejecución de Luis XVI y aparentemente atacó al “Comité de Salud Pública”.

T.A.F.