Compartiendo una receta.


Será por mi descendencia italiana, pero una de mis comidas preferidas son las pastas, aunque existe una gran variedad de ellas, me quedo con los fetuccini, y mucho mejor  si están acompañados de una buena salsa.

Hay un canal de YouTube, llamado “Temperos y Sabores”, de la señora María José, lo pueden buscar por la internet, este programa me encanta y estoy segura que si lo sintonizan, les va a gustar, sobre todo a quien le guste experimentar con nuevos platos, pues ella explica las recetas con una gran sencillez, pero sin perder un detalle, lo que hace que la receta que hagas siguiendo sus consejos, te puedo aseverar, que te va a quedar perfecta.

En días pasado vi en dicho programa la receta de “Pollo en salsa negra”, la cual hice esta semana, pero el resultado lo convertí en una “salsa para pastas” y me gustó tanto que decidí compartirla con ustedes, a través del blog.   

Para el Pollo:

·        6 trozos de cuadril de pollo

·        2 cebollas medianas

·        1 cubito o sal al gusto

·        1cucharada de mostaza

·        1 cucharada de salsa inglesa

·        ½ pimentón rojo

·        4 ajíes dulce

·        ½ taza de vino blanco

·        Pimienta al gusto

·        1 cucharada de Salsa de soya

·        2 dientes de ajo

·        Para la salsa:

·        4 tomates

·        ¼ cebolla

·        Sal al gusto

·        1 cucharadita de pasta de tomate

·        4 hojas de albahaca

Preparación del pollo

Lavar las piezas de pollo y aderezar con el ajo picadito, la mostaza y la salsa inglesa, unas 2 horas antes.

En una olla, colocar aceite y 3 cucharadas de azúcar, calentar hasta que la azúcar se torne acaramelada, sofreír los trozos de pollo que quede bien dorado por ambos lados, agregar la cebolla, el pimentón y los ajíes, todos cortados en cuadritos, sofreír hasta que queden trasparentes, agregar el cubito o la sal, agregar el vino, dejar evaporar y cocinar con la olla tapada a fuego bajo por 25 minutos, agregar la salsa de soya y rectificar la sal. Dejar enfriar, mechar el pollo en trozos grandes y reservar.

Preparación de la salsa:

Corta la cebolla en cuadritos, sofreír, agregar los tomates sin piel y cortados en cuadros, sofreír, agregar la pasta de tomate y 1 taza de agua, cocinar a fuego lento por 40 minutos, agregar la albahaca cortada finamente, triturar con el pisa puré y revisar que quede espesa.

Agregar la salsa al pollo mechado, rectificar la sal.

Pasta: cocinar la pasta de tu preferencia, agregar la salsa y al servir añadir suficiente queso parmesano.

T.A.F.


 

 

La amistad.

 

Siento que la amistad es uno de los grandes valores del ser humano. Esta entrada la hice, porque, hace un mes murió un amigo muy querido y en estos momentos está hospitalizado un gran amigo, de esos de toda la vida, lo cual me ha hecho pensar mucho en el valor de la amistad. 

Aunque hoy, por el ajetreo cotidiano, las obligaciones laboras, para los que trabajan, los compromisos familiares, han causado, que conseguir tiempo para reencontrarse con los amigos, es como “encontrar una aguja en un pajar”, como dice el dicho.

Y con ese asunto de la pandemia, se redujeron, aún más esos tiempos, es más me arriesgo a afirmar que hay muchos amigos que hemos perdido de vista.

La pregunta que me hago: ¿Cómo sentimos estas pérdidas? Y en última instancia: ¿cuántos amigos hay que tener realmente, para poder conservarlos?

Se ha comprobado científicamente, que la soledad, el no tener amigos, deja marca en la salud física: sentirse solo equivale a fumarse unos 15 cigarros al día.

Casi todos tenemos por lo menos dos amigos y algunos parientes con los que nos gusta pasar tiempo. Eso sí, el ser una persona introvertida o ser extrovertido, influye mucho en alimentar esas relaciones. Por supuesto, que esto, de ser extrovertido o introvertido marca una diferencia, para entablar relaciones; pero algunos estudios afirman que el número ideal de amigos fluctúa entre tres y seis personas, también se dice que necesitaríamos unas 200 horas para construir una amistad sólida.

Para escribir esta entrada, encontré un artículo del New York Times, donde publican una encuesta de la empresa Gallup, donde se puede apreciar que hace 30 años, solo un 3% de los americanos decía que no tenían amigos. La misma encuesta realizada el año pasado, esta vez, no de puerta en puerta, sino online, asevera que el porcentaje había crecido hasta un 12%. Un año después de la pandemia, el 13% de las mujeres y el 8% de los hombres expresaron haber perdido contacto con la mayoría de los amigos.

Coloco esta encuesta de EEUU, porque se me hizo imposible encontrar algo de este tema para Venezuela.

En estos estudios sobre la importancia de la amistad, estos últimos años, se ha encontrado que existe una relación entre las emociones y la salud física.

Poseer amistades y relacionarse socialmente, son dos medidas que nos indica nuestro estado de energía y de nuestro envejecimiento.

Existen dos parámetros que inciden en nuestro bienestar, tan importantes como la dieta balanceada, el ejercicio físico y dormir las horas requeridas y que permiten predecir cuanto hemos envejecidos. La relación es encilla: a menos amigos, menos salud y más envejecimiento.

Así mismo, la soledad y el aislamiento social, se asocian a mayor peligro de depresión, angustia y padecimientos cardiovasculares.   

Como hemos visto, la salud emocional repercute definitivamente en la salud física ¿Por qué si los médicos nos recomiendan dormir entre seis y ocho horas diarias? Me pregunto. ¿No deberían recomendar igualmente, el mínimo de amigos que hay que tener, no solo para ser felices, sino también librarnos de las enfermedades?

T.A.F.