Los “agujeros” de Barbara.



Todos aquellos que consultamos la página de Google, el martes pasado, 25 de agosto, vimos que éste, decidió homenajear a una mujer escultora en su Doodle. La razón de este homenaje se debió a que fue el 25 de agosto de 1939, cuando esta mujer junto con su esposo, llegó a St. Ives, una ciudad en la costa sur de Inglaterra, donde se establecieron antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial hasta su fallecimiento en 1975.

El Doodle de Google, lo coloqué en la foto de esta entrada del blog. Por curiosidad busqué a ver de quien se trata, empecé a leer su biografía e investigar más sobre su obra y me parece tan interesante que decidí compartirla con ustedes.

Se trata de Barbara Hebworth, la cual es considerada como una de las escultoras abstractas más calificadas de mediados del siglo pasado. Nació el 10 de enero de 1903 en Wakefield, West Yorkshire, Inglaterra, y a los 15 años supo que quería convertirse en escultora, dos elementos desarrollaron su pasión por la escultura, los paseos con su padre por los campos ingleses y un curso de arte egipcio que recibió en el colegio y de la que dijo que “había sido como una bomba”. Estudio en la Escuela de Arte de Leeds. Luego, asistió a la Universidad Real de Arte en Londres.

Junto a Henry Moore y otros estudiantes del colegio, realizó algunos viajes a París, donde conoció las tendencias de la época. Barbara obtuvo su diploma de Arte en el 1923, pero decidió quedarse un año más para competir por el Prix de Roma, donde, su primer marido John Skeaping, fue el ganador.

Sus obras las domina la espontaneidad y la búsqueda de la belleza, principalmente hechas en madera y piedra. Igualmente le dio gran importancia al lugar donde se exponía la obra, las cuales solían tener agujeros, por lo que se podía ver a través de ella. De allí el apodo de “la escultora de los agujeros”. 

"Creo que cada escultura debe ser tocada, es parte de la forma de hacerla y es realmente nuestra primera sensación, es el sentido del tacto, el primero que tenemos cuando nacemos. Creo que cada persona que mire una escultura debe utilizar su propio cuerpo. No puedes mirar una escultura si vas a permanecer rígido, debes caminar alrededor de ella, inclinarte sobre ella, tocarla y alejarte de ella" decía la escultora.

Su hijo, Paul muere en un accidente aéreo a los 19 años, lo cual la inspiró a trabajar en la obra Madonna y el Niño, además de estimularla a realizar un viaje a Grecia en 1954.

Fue galardonada con el Premio de la Bienal de São Paulo de 1959 y recibió dos títulos honoríficos: Insignia de Comendador del Imperio Británico y Dama del Imperio Británico. Se le concedió el Premio a la Libertad de St. Ives en 1968, como reconocimiento a su importancia para la ciudad y murió allí, en St. Ives, el 20 de mayo de 1975, batallando contra el cáncer, en un incendio en su casa. Tenía 72 años. Su estudio se convirtió en 1976 en el Museo Barbara Hepworth.

T.A.F.


La “madre” del automóvil.

 
¿Recuerdan que hace dos semanas, la entrada del blog se refirió a “Mujeres que curaban”?, pues, mi sobrino Fernando Andrés, fanático del los carros antiguos  y su historia, lo leyó y me envió un video, el cual, además de excelente en todo, nos muestra la proeza de una mujer la cual por muchos años había sido olvidada y la empresa Mercedes Benz la homenajeó, el año pasado, el Dia de la Mujer, creando el video que acompaña esta entrada, me refiero  a Bertha Benz, pionera del automovilismo mundial, conocida como la “bruja” de los caminos. Este video representa todo lo que posiblemente habría sucedido en el viaje que esta mujer realizó en 1888, en una máquina desconocido hasta ese momento y era conducida por una “bruja”.
En el video, una niña anuncia la llegada al pueblo de ese primer “automóvil”, conducido por una mujer, con el grito de “bruja”, “bruja”, con las miradas de todo un pueblo posadas en ella, busca una farmacia para abastecerse de ligroína, éter de petróleo, que servía de combustible. Pero no fue lo único que hizo, sino que limpio una válvula con un alfiler de su sombrero, arregló el encendido con una hebilla del pelo y usó una liga para cubrir un cable pelado.
Esa mujer era Bertha Ringer, nacida el 3 de mayo de 1849, hija única de una familia acomodada, obtuvo la mayoría de sus conocimientos como autodidacta, además, estudió todo lo que se le permitió en su época pues, las mujeres no tenían acceso a la educación superior.
Bertha a los 20 años se enamoró y se casó un 20 de julio de 1872, con Carl Benz, un joven ingeniero, desaliñado y desorganizado, que estaba trabajando en un carruaje que no fuera tirado por caballos en este proyecto no solo invirtieron todos sus ahorros, sino que ella, trabajando codo a codo con el esposo, adquirió tantos conocimientos de mecánica como él. “A mi lado está un idealista que sabe lo que quiere, desde lo pequeño y estrecho hasta lo grandioso, claro y vasto” escribió ella en sus memorias.
Años después, pese a tener cinco hijos y un esposo muy desanimado, porque nadie se interesaba en su invento, a Bertha se le ocurrió realizar un viaje con dicho invento y un 5 de agosto de 1888, escribió un mensaje: “Vamos a Pforzheim a ver a la abuela”, deja a su esposo dormido y partió  junto con sus dos hijos mayores Eugen de 15 años y Richard de 14, al primer viaje de larga distancia en “automóvil”, fueron 106 kilómetros. Su viaje fue tan exitoso, que logró la publicidad necesaria para que ese desconocido carruaje se convirtiera en el vehículo confiable que hoy conocemos como automovil.
Ciento veinte años después, el camino que recorrió Bertha, se convirtió en un circuito turístico el cual es conocido como  "Bertha Benz Memorial Route y une a Mannheim con Pforzheim, vía Heidelberg, atravesando la Selva Negra en Alemania.
Carl Benz, fue reconocido mundialmente como el padre del automóvil y en 1984 entró al salón de la fama del automóvil, Bertha, en cambio, fue incluida en el 2016.
“Como era el papel de una esposa a fines del siglo XIX, también tenía que cuidar a la familia, criar a cinco hijos, hacer todo el trabajo doméstico, cocinar. Por lo tanto, fue el doble de lo que logró en comparación con un hombre. Entonces, si puedo decirlo, ya era hora de que Bertha Benz sea inducida al Salón de la Fama, 32 años después de Carl y 130 años después de sus logros. Para mí, personalmente, es de gran satisfacción que mi bisabuela sea honrada ahora", dijo Jutta Benz, bisnieta de Bertha y Carl, cuando Bertha fue incluida en el salón de la fama del automóvil.
T.A.F.