En medio de la crisis por la pandemia, el domingo pasado, el amor pudo mas que la prohibición de aglomeraciones de personas y por tratarse del 14 de febrero, hubo matrimonios colectivos en muchas partes, eso si con algunas restricciones, solo participaban los contrayentes y los testigos.
Aclaremos una cosa, el amor entre parejas siempre ha existido, pero… eso de casarse por amor, como que es una práctica relativamente reciente. Durante la mayor parte de la historia humana, el amor no era tomado en cuenta o no era considerado, al momento de escoger la pareja con la cual se iba a estar “hasta que la muerte los separe” y esto sigue siendo así en muchas parte del mundo, en la India son muy comunes los matrimonios arreglados, los padres escogen la pareja para sus hijos, de esa forma se mantienen dentro la misma casta y religión, los estudios afirman “que las mujeres se siente mas seguras”
La institucionalización de la unión entre un hombre y una mujer ha variado desde que fue documentada por primera vez en Mesopotamia en el año 4000 a. C. En una tablilla donde está escrito el acuerdo entre hombre y mujer, aparecen también los derechos y deberes de la esposa, el dinero que obtendría la mujer en caso de ser rechazada y el castigo en caso de infidelidad.
Desde entonces el concepto de matrimonio ha variado, dependiendo de las religiones, las costumbres, las culturas y lo mas probable es que seguirá variando. Lo que sí vemos claro, es que el matrimonio ha sido una institución que a lo largo de la historia ha servido para diversos fines: regular las relaciones de las parejas, solucionar problemas de linaje, mantener el poder, unir patrimonios etc. Pero en la mayoría de los casos, el matrimonio ha estado vinculado estrechamente mas a la economía que al amor, como dice el dicho, "cuando el dinero no llega el amor sale por la ventana". Otra cosa clara, es que la mujer casi siempre ha estado en segundo plano. En Inglaterra, la mujer perdía sus posesiones, menos la reina, cuando contraían matrimonio; todavía hasta mediados del siglo XX, las mujeres debían ser autorizadas por su esposo para abrir cuentas bancarias o comprar un carro. Aun, existen países donde esta unión puede estar vinculada con la transferencia de bienes, tal es el caso de la dote, implicando que muchas veces el matrimonio sea en realidad, alianzas o pactos económicos entre familias. Hasta hace pocos años, en Japón, la mayoría de los matrimonios eran de este tipo.
En el siglo XVIII las novelas de corte romántico donde la pareja se casaba enamorada tuvieron un auge, al punto que en los salones y cafés, se debatía con pasión el secreto del éxito en el matrimonio. La preocupación fue tal, que los gobiernos se inmiscuyeron en un asunto que hasta entonces había sido regido por la iglesia. El Reino Unido en 1753 estandarizó las reglas para las bodas. En una sociedad, las relaciones entre las personas deben regirse por la razón y la justicia no por la fuerza. Una de la campaña, se basó en el matrimonio afianzado en el amor y en la libre elección de la pareja. Así, el matrimonio producto del amor, se fue extendiendo y se coló poco a poco. Hoy ha evolucionado a tal punto que, en muchos países se ha legislado, ante todo en los occidentales, sobre el matrimonio de personas del mismo sexo.
El matrimonio no es lo que era, pero nunca lo fue, ni lo será.
T.A.F.