El escritor uruguayo Eduardo Galeano decía que estamos hechos de historias
y cuando eres de origen italiano, como es mi caso, esa historia se hace
alrededor de la mesa con abundante comida y vino. Los recuerdos de mi abuelo
Fernando siempre están relacionado con la cocina, el detalle y el entusiasmo
que le ponía a sus recetas las hacia dificultosas; él mismo hacia sus propios
espaguetis, sus salsas y cuando se trataba de embutidos, Isidra (la nana Ia), empezaba a padecer, por los regaños de “Don
Fernando” y por la colgadera de
“tripas” en los corredores de la casa. De todo eso sólo “heredé”, el deleite de hacer y comer
pastas a nivel de fanatismo, eso si, la pasta comprada en el supermercado.
Existen sabores muy característicos que se relacionan con la comida italiana, tomate,
parmesano, orégano, albahaca…etc., pero no existe un sabor específico para
la pasta y si lo tiene queda oculto por los sabores anteriores que son más
fuertes, de allí que unos apetitosos espaguetis dependen más de la salsa que de
otra cosa.
Mi crónica sobre estos espaguetis que les cuento empieza en Margarita,
cuando fui invitada por unos amigos, entre ellos un Chef con estudios, una
amiga autodidacta en la cocina y una Nutricionista; se trataba de que cada uno
haría un plato y los invitados darían su veredicto sobre el mejor.
Tres platos
al final concursaron: Cordero asado con hierbas y especias,
una crema, llamada yin y yang, donde en un mismo plato sopero se divide en
dos, la mitad una crema de aguacate y la otra mitad crema de caraotas con la
dicotomía bien definida sin separadores y
sin mezclarse, una obra de arte culinario y el tercer plato unos
espaguetis con salsa de soja y jengibre como alternativa al arroz para
acompañar el cordero. Creo que, psicológicamente hablando, los sabores quedan
como recuerdo en la memoria y cuando vas a comer inconscientemente buscas
recuerdos de ese sabor y lo comparas con el plato que tienes al frente y así, me
enamoré de estos espaguetis, sin menospreciar los otros platos que estaban
exquisitos.
Allí les dejo la receta, por demás bien sencillos de hacer:
Estos son los ingredientes:
- 250 gramos de cebollín
- 50 gramos de jengibre
- 500 gramos de fetuccini
- Salsa de soja. (yo prefiero La China)
- Queso parmesano
Como se preparan:
Debes picar finamente el cebollín, rallar bien el jengibre. En una sartén
coloca un poco de aceite y sofríe el cebollín, al observar que esta brillante,
agrega el jengibre y reserva. Cocina la pasta, escúrrela y viértela en la sartén
con los cebollines y el jengibre, agrega la salsa de soja hasta que quede impregnada
toda la pasta. Sirve con abundante queso parmesano rallado por encima. ¡Buon appetito!
El resultado... pues les invito a probarlo. Ustedes dirán.