Ya a mi edad la manera de observar y sentir el mundo
va cambiando con rapidez. Es una realidad.
Los sucesos que antes veía como
"naturales" comienzan a parecerme antinaturales, el concepto de
belleza en la mujer que tenía ha cambiado. Hace unos años atrás, esa
percepción que tenía de la belleza me parecía natural: mujeres jóvenes,
con cuerpos de musas inspiradas por los videos de ejercicios de Jane Fonda, que
se vendieron por miles y la moda que imponían los cuerpos despampanantes de
Naomi Campbell y Claudia Schiffer.
Hoy, ya en mi sexta década de edad, he
"descubierto" algo tan indiscutible: que la belleza de la mujer
mayores de 60 años es algo que pasa inadvertido. La publicidad, la moda, el
lenguaje y la construcción social de nuestros días, desconoce a las
mujeres que tenemos que pintarnos las canas. Los diseñadores solo se
dedican a las ninfas de 18 años o menos, cuando hacen sus pasarelas. ¿Y las restantes
mujeres?
Y lo peor, es lo triste que resulta, ver algunas
mujeres sesentonas arregladas a la moda con vestimenta de “chamas” para parecer
más jóvenes
Nada es más atrayente que una mujer que lleva sus
años en su sitio, sus aprendizajes a cuestas, y con un estilo muy de su edad.
Les revelo que, he leído últimamente con enorme
interés sobre este tema y me he topado con un personaje que posee un concepto
muy particular de la belleza y la moda. Alguien que me llamo poderosamente la
atención y creo que merece la pena compartir con ustedes, me refiero “al pájaro
exótico de la moda”: Iris Apfel, quien es descrita como una diseñadora de
interiores e icono de la moda de vestuario excéntrico. Su estilo reúne piezas
de diseño que incorporan accesorios con un toque muy personal, collares de
colores y pulseras, suele reunir piezas caras con baratas, fusiona lo
tradicional con tendencias contemporáneas, está más atenta a su estilo personal
que a las tendencias o influencias externas.
Sus lentes de gran originalidad le aportan una gracia
muy definida y fácil de reconocer. Confiesa que desconoce cuántos lentes tiene,
que no los cuenta, que los mejores y más originales fueron comprados en
mercados de pulgas. A pesar de ser reconocida por su estilo “extravagante”,
ella lo ve como un aspecto muy pequeño de su vida, “la gente piensa que tardo
mucho tiempo en vestirme, pero la verdad que tengo muchas otras cosas en las
que ocupar mi tiempo”.
Su filosofía se basa en que “no hay que gastar
mucho dinero para ser elegante, solo saber qué cosas poner en conjunto”, “el
precio nada tiene que ver con el estilo, no pago más de quince dólares por un
par de jeans”. ¿Verdad que es un personaje de novela? ¿Te vestirías a su
estilo?