Como ya
lo he señalado, si algo he hecho entre apagones es releer algunos libros de mi
biblioteca, esta semana me dio por los clásicos; me topé con uno que no estaba
en mi memoria “El jugador” de Fiódor Dostoievski, no se trata de una de las
novelas más citadas, leídas o conocidas del escritor ruso como son: “Crimen
y castigo” y “Los hermanos
Karamazov”. Pero es una opción, como mi caso, para recuperar la lectura
de los clásicos de manera rápida, atractiva y menos intensa. Es una de esas
novelas que
aún
deambulan por las librerías y bibliotecas a la espera de cautivar nuevos
lectores.
La trama
es narrada desde el punto de vista de Alexéi Ivánovich, el pobre, pero honrado
tutor
de la familia de un general ruso, que vivía en Ruletenburgo, ciudad balneario
alemana, donde los ricos iban a reposar y sobre todo a apostar grandes fortunas
en las mesas de juego.
El
general tenía una hijastra de nombre Polina de la cual, Alexéi está enamorado.
Todos pendientes, que la anciana tía del general, muera en algún momento y les
deje su fabulosa fortuna de herencia…
Al releer
esta novela, prácticamente me vi obligada a investigar sobre la vida de Dostoievski,
cosa que se me hacía muy difícil cuando estudiaba, pues mi “amigo” google no
era conocido, encontré información muy interesante sobre la vida del escritor
ruso.
Tuvo su
primera crisis de epilepsia a los 17 años, según, al enterarse del asesinato de
su padre de manos de sus propios empleados por ser demasiado autoritario, además,
con el cual no se llevaba bien.
Fue
arrestado por formar parte de un grupo intelectual liberal y encarcelado
acusado de conspirar contra el zar Nicolás I, él y sus compañeros fueron
condenados a muerte. El pelotón ya estaba a punto de disparar cuando le
conmutaron la pena por cuatro años de trabajos forzados en Siberia.
Fiódor
fue un ludópata, lo
cual le acarreo graves problemas, sobre todo de deudas de juego, por ello tuvo
que mudarse numerosas veces de residencia, huyendo de sus acreedores
El
jugador” fue una novela que la realizó en tiempo récord; en el otoño de 1866,
el autor se encontraba endeudado, debido al juego y su editor, Stellovski, le
exigía cumplir con el contrato, con la entrega inmediata de una novela, ya que
Dostoievski había recibido dinero por anticipado de su editor, y este podía
llevarlo a la cárcel si para el 1 de noviembre no tenía en sus manos la novela.
Su amigo
Miliukov, le propuso ayudarlo, escribiendo entre todos sus amigos una novela, a
lo cual Fiódor se negó, le propuso, entonces, que contratara los servicios de
una secretaria que fuese escribiendo lo que el escritor le dictara. Y así apareció en la vida del
escritor Anna Grigórievna,
la cual más tarde se convirtió en su esposa. Gracias a su colaboración, Dostoievski pudo, escribir “El
jugador” en el tiempo récord de una semana. Ya terminada la obra pudo
entregársela a su editor unas horas antes de terminar el plazo; Stellovski, que
quería adueñarse de todos los derechos de autor, no se pudo encontrar ese día,
supuestamente había salido de viaje. Fiódor, entonces, hizo entrega en la
comisaría del distrito de su novela. Sin embargo, a pesar de haberse
escrito en tan poco tiempo, “El jugador” es una novela bien meditada y
profunda, lo que hace pensar que la tenía configurada en su cabeza desde hacía
tiempo, simplemente se la dictó a su secretaria, quizás porque en buena parte
era el relato de su propia experiencia como jugador en los casinos.
Fiódor
Dostoievski se proyectó gracias a su escritura, y por eso ahora podemos tener
esta novela en nuestras manos, interesante relato sobre el deterioro y el
placer de un adicto a las vueltas de las ruletas. ¿Te animas a leerlo?
T.A.F.