El hecho noticioso más
importante de la semana que termina fue el incendio de la
emblemática iglesia Notre Dame, en París, la cual fue declarada Patrimonio de
la Humanidad en 1991. La conducta de las
personas de todo el mundo fue diversa, pero la que más me llamó la atención fue
el posteo masivo de fotos en las redes sociales, lo cual creo, por el tipo de
fotos publicadas, se trataba de un comportamiento totalmente motivado por las
apariencias y por la necesidad de aprobación: estuve allí, vean las llamas,
vean mi foto, véanme a mí. Y no trato de
criticar este hecho, simplemente remarcarlo como una actitud muy generalizada
en nuestra sociedad en los actuales momentos, impulsada por el auge de las
redes sociales, donde solo mostramos aquello que queremos aparentar.
Se trata de un termino
llamado
Postureo, el cual se refiere a adoptar expresiones, hábitos o actividades más por ánimo de querer aparentar o causar buena
impresión y donde no se trata de explicar un concepto o mostrar una imagen,
sino en ser el protagonista del hecho y cuando nos obsesionamos por obtener
ese feedback constante
de reconocimiento, el postureo puede convertirse en algo adictivo.
Las redes sociales sin
la menor duda han cambiado nuestra vidas, basta con ver las estadísticas, más
de 4000 millones de personas conectadas a internet, lo cual representa más del
50% de la población mundial, pasamos una media de 2 horas diarias, sumergidos
en actividades de las redes y chequeamos nuestros celulares alrededor de 28
veces al día, cada segundo se suben 4.000 fotos a Facebook en todo el mundo, cada día aparecen 80 millones de nuevas imágenes en Instagram. Como ven, se
trata de toda una revolución, que ha establecido nuevas formas de relacionarnos
y de interactuar, que quizás todavía no hemos asimilado todas sus consecuencias,
bien sean positivas o negativas. En este contexto, tenemos que aprender a
ubicarnos, es normal que tratemos de destacar y de encajar en esta nueva
situación, pero sin alejarnos de la sensatez y de la realidad, lo cual nos
proporciona seguridad en el momento de tomar decisiones, evitando que las
redes sociales se nos puedan convertir en nocivas, ya que buscando ser
reconocidos, podemos inclinarnos por conductas exhibicionistas que pueda transformarse
en una verdadera obsesión.
El adoptar ciertas conductas, poses y actitudes, con la intención de trasmitir una buena imagen de nosotros, con el fin de tratar de convencer a los demás que somos felices, aunque realmente no sea así o no estemos convencidos de ello ya que aparentar casi siempre puede ser contraproducente.
El adoptar ciertas conductas, poses y actitudes, con la intención de trasmitir una buena imagen de nosotros, con el fin de tratar de convencer a los demás que somos felices, aunque realmente no sea así o no estemos convencidos de ello ya que aparentar casi siempre puede ser contraproducente.
Lo importante es preguntarnos:
¿Necesitamos proyectar aquello que creemos que nos va a beneficiar con algún
tipo de reconocimiento? ¿En verdad eso nos hace feliz?
T.A.F.