El año 1957, cuando el mundo se encontraba en lo que llamaban, “Guerra Fría”, abreviatura que popularizó el periodista estadounidense Walter Lippmann, describiendo en una serie de artículos, lo que era en ese momento la lucha ideológica, entre el capitalismo y el comunismo, representados por los Estados Unidos y la URSS. Este enfrentamiento no solo era ideológico, sino que se convirtió en una competencia, en tener la tecnología más desarrollada, sobre todo en la carrera espacial.
Un 3 de noviembre de 1957, Nikita Kruishev, conmemorando los 40 años de la revolución Bolchevique, para celebrarlo, lanzó al espacio, una nave que se llamó, Sputnik II, este hecho se convertiría en un acontecimiento, que fue conocido en todo el mundo, por ser la primera vez que un tripulante vivo orbitaria la tierra, en una nave espacial.
Era una perrita, la cual debía tenía pelo corto y claro, para no alterar el funcionamiento de los sensores y para que se viera bien en cámara.
Los animales seleccionados fueron diez, los cuales fueron sometidos a pruebas de extrema resistencia en la cámara de presión ignífuga.
La perrita de nombre Laika, una perrita cualquiera recogida en las calles de Moscú fue la escogida para esta misión.
El ejército ruso, experimentó con Laika y con otras dos perritas más, llamadas Albina y Mukhu. Albina ya había realizado dos experiencias espaciales, pero en ese momento estaba preñada y se salvó. Y Mukhu también había sido enviada en viajes previos, pero como tenía pelo oscuro fue también desechada porque podría perjudicar la toma de imágenes.
Laika no fue la única en estos experimentos espaciales. Hubo, entre 1948 y 1961, la cantidad de 48 perros, 15 monos y 2 conejos. Después de esa prueba, quedaron las tres finalistas: Laika y las otras dos perritas.
El ingeniero, responsable del programa espacial soviético, fue quien decidió poner a Laika, de 5 kilos, en el Sputnik 2, una cápsula cónica de 4 metros de alto por una base de dos metros de ancho. Allí se instalaron varios compartimientos para el instrumental científico y quedaba un pequeño espacio para una perra que pesara menos de 7 kilos. Laika, llevó sensores, para detectar las transformaciones de sus signos vitales y detectar como se comportaría un ser vivo en un viaje que orbitara la tierra en condiciones de ingravidez.
El 14 de abril de 1958 la nave explotó, aunque se sabe que Laika únicamente vivió 7 horas; sin embargo, los rusos lo consideran como una gran hazaña.
Tiempo después se supo que, para la elección de la perrita, debería llenar ciertas características: ser hembra, por el criterio que son más obedientes y ser de las que se encuentran abandonadas en la calle, por estar acostumbradas a soportar inclemencias.
Hoy Laika es una de las perritas más famosas del mundo y a ella se le han dedicado películas, canciones y poemas.
T.A.F.