La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, fue fundada en el año 1958, por el presidente Dwight Eisenhower, con una orientación de marcado carácter civil, en lugar de militar, fomentando las aplicaciones pacíficas de la ciencia espacial. El 29 de julio de 1958 se aprobó la Ley Nacional del Espacio y la Aeronáutica, creando así el antecesor de la NASA, el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica. El 1 de octubre de ese mismo año comenzó a funcionar la nueva agencia.
En el Laboratorio de Retropropulsión donde los Estados Unidos iniciaron su carrera espacial, en ese entonces se necesitaban matemáticos con una agilidad mental excepcional. Fue entonces cuando reclutaron a un grupo élite: de dieciséis mujeres jóvenes, que con solo lápiz y papel transformaron el diseño de los cohetes gracias a su extraordinaria habilidad. Cuando el Laboratorio comenzó a ser parte de una nueva agencia llamada NASA, las científicas adscritas al proyecto trabajaron en las primeras sondas espaciales dirigidas a la Luna, Venus y Marte. Y en el momento en que las computadoras digitales comenzaron a remplazar a las computadoras humanas, estas dieciséis mujeres se convirtieron en las primeras programadoras e ingenieras que hicieron posible lanzar las naves que llegarían a mostrarnos los contornos de nuestro sistema solar.
Hoy en día son muchas las mujeres, de diferentes nacionalidades que trabajan para la NASA, en ese contexto acaba de ingresar una mujer venezolana a dicha organización.
Se trata de la científica venezolana Laura Lorenzoni, egresada de la Universidad Simón Bolívar en Caracas, formará parte de la misión PACE de la NASA, también es parte del Programa de Biología Oceánica y Biogeoquímica en la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
“Qué es lo que me atrae del espacio: lo desconocido que puedes conocer. Y ciertamente conocemos más de nuestra Luna, y estamos en camino a conocer más de Marte, de lo que conocemos de nuestro océano”, dijo la bióloga venezolana.
El satélite PACE se mantendrá en el carenado de un cohete Falcon 9 de SpaceX, en una plataforma de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en el centro de Florida. Una vez en el espacio, este revolucionario satélite se ubicará a 676,5 kilómetros, es decir, a una distancia aún mayor de donde orbita la Estación Espacial Internacional.
T.A.F.