La moda desechable.


Las fotos para mí, son instantes mágicos que captamos en un segundo y que permanecen inalterables al paso de los años, son recuerdos de familiares, amigos, situaciones y de instantes, que pasarían desapercibidos en nuestra memoria, sino lo hubiéramos captado con la cámara, pero las fotos en papel siguen siendo mis preferidas. Por eso me gustan, esos viejos álbumes de fotos que de vez en cuando, les hecho un vistazo. Este fin de semana, tome uno al azar y al abrir me encuentro con una foto ya descolorida, pero aun visible para el recuerdo, donde estoy estrenando un elegante vestido de papel. Era el año 1967, yo había leído en revistas que la compañía de papel Scott, estaba fabricando unos minivestidos, "Papel alcaparra" e invitaba a sus clientas a enviar un dólar con un cupón adjunto en el envase de sus productos. A cambio, recibirían un vestido desechable estampado y listo para llevar. Scott “vendió medio millón de estos vestidos desechables en los primeros cinco meses”, fue una gran campaña publicitaria y se leía en prensa o se oía en los noticieros que, se venderían para hospitales y otros lugares donde podría ser más productivo, que lavar la ropa. Las nuevas técnicas y los nuevos químicos hacían al papel más duradero y hasta resistente al agua y podría desplazar la tela en muchas otras cosas, parecía que lo desechable era el futuro.
Se empezaron a llevar detalles hechos de papel por solo una fracción de lo que costaría un nuevo pedazo de tela como lo comentan Jennifer Farley Gordon y Colleen Hill en su moda sostenible en el libro: pasado, presente y futuro.
La marca de Sopas Campbell lanzó el vestido de papel, impreso con latas de tomate, diseñado por Andy Warhol. La línea británica de aviación B.O.A.C, uniformó a sus aeromozas con vestidos desechables, se crearon vestidos de papel cubierto con dibujos de estilo rock and roll o con los rostros de artistas, como el caso de Bob Dylan.
Los creadores de esta moda presumían que esta duraría mucho tiempo, pero no fue así, el papel era propicio para el verano, pero no en invierno y los nuevos criterios y cánones de consumo, cambiaron.
Ahora, con la masificación de la moda a escala mundial y con ayuda de los medios de comunicación, las prendas de vestir se pueden hacer de tela, pero, la moda pasa tan rápido que se convierte en desechable.
Ahh, mi vestido de papel lo compré en Beco, de arabescos y de estampados de colores, era lavable, lo use unas cinco veces antes de desecharlo. ¿Te gustaría que volviera esa moda? ¿Crees que llegaría a usarse como en los años 1960?
T.A.F.