Hace
unas semanas vi, la película “El gran Gatsby”, versión
protagonizada por DiCaprio, este hecho me hizo recordar que cuando leí el
libro, en esa oportunidad un amigo gran lector, de los que les decimos intelectuales, comentamos el
libro, me explicó lo que ese libro reflejaba, el sentimiento de la sociedad de
entreguerras, nos mostraba una manera de vivir y nos describe todo un ambiente decorativo al estilo art déco. También
me habló de Tamara
de Lempicka, una mujer que representaba ese estilo artístico, pero en
la pintura. A principios de los 80, en
un revista, vi uno de sus cuadros y me impacto. Hoy, con el internet y mi
“amigo” google se me hace sumamente fácil investigar y lo más interesante es
que esa información la puedo compartir con ustedes.
El art déco representó lo primoroso,
el color, el entusiasmo, la alegría de una época, de una sociedad en cambio,
con anhelos de vivir en una supuesta bonanza. Consecuencia del profundo cambio
social y cultural existente y que buscaba dar nuevas respuestas a la vida. Era
una generación que tenía prioridades y objetivos muy diferentes a los establecidos
por sus abuelos y padres. Y así nació, el art déco, uno de los más universales
estilos artísticos.
En este contexto, pintó la
prolífera e inquieta Tamara, en
la época de entreguerras, del glamour, la sofisticación, la elegancia y la modernidad.
La artista se convertiría en una de las cabezas
visibles de este movimiento, sus retratos,
son una vidriera de la alta burguesía
emergente y adinerada que ella misma representaba y la nobleza declinante.
Tamara
de Lempicka nació
en Varsovia el 16 de mayo de 1889 como Tamara Gorska, dentro una familia
adinerada. Estudio pintura en Italia y en San Petersburgo, donde se enamoró de un joven abogado llamado Tadeusz
Lempicka, con el que se casó y tomó su apellido. Se establecieron en París
donde nació su única hija, Kizette, en 1918. En 1922 mostró por primera vez sus
obras, en el Salón de Otoño parisino. En 1928 conoció al barón Raoul Kuffner,
coleccionista de sus pinturas, se divorció de Tadeusz, y se instaló junto con Kuffner
en París. En 1930 comenzó a colaborar
con la revista alemana Die
Dame, portada de la cual fue la
obra “Tamara
en un Bugatti verde”.
De esta época es el “Retrato
de hombre inacabado” , donde muestra al que había sido su
marido con la mano izquierda sin terminar y el “Adán
y Eva”
, pintado por Tamara en 1931, el cual apareció en 1994 en la subasta de la colección de arte
de Barbra Streisand, en la sala Christie’s de la Quinta Avenida.
En1933 se mudó con
Kuffner a Nueva York. Luego se mudaron a Beverly Hills. Cuando Kuffner murió,
Tamara dejó de pintar y se mudó a Houston con su hija y sus nietas.
Sus últimos años de vida
los pasó en Cuernavaca, México, acompañada de su hija, donde falleció un 18 de
marzo de 1980.
En
mayo de 2004 la Royal Academy of Art de Londres dedicó una amplia retrospectiva a la pintora
polaca. En ella se incluyeron más de cincuenta cuadros de la artista vinculados
al Art Déco.
¿No has leído El gran
Gatsby? Ve a la columna de la derecha
del blog en “Libro recomendado".