Estoy frente a la biblioteca de mi apartamento, hecho
una mirada a los estantes y veo los libros que he ido recopilando y leyendo a
lo largo de mi vida, quedan algunos por leer aún, otros los tengo seleccionados
para volver a leer, los cuales asocio con los buenos momentos que pasé con
ellos, los hojeo y los puedo manosear, estos son algunas de las cosas que añoro
de los libros,
Es irrefutable que la internet nos cambió hasta la forma
de leer, me siento inmersa en un cambio tecnológico
sin precedentes y pareciera que no me queda otra, que aceptarlo “como va
viniendo vamos viendo” y tomarlo como una oportunidad de aprendizaje, que a mis
años es importante.
Leer ha sido una de mis pasiones, pero, por el
costo de los libros he dejado de comprarlos como lo hacía antes y reflexionando
al respecto me he dado cuenta que, a pesar de esta situación, gracias a la internet
hoy leo más que antes. Estoy entre ese 66% de la población mundial que usa
celulares y entre ese 61% de los que enciende el celular los primeros cinco minutos
al despertarse y entre el 23% de las abuelas que usa una laptop, además hay una
buena cantidad de libros digitales que se pueden “bajar” gratis. Mi
preocupación, ahora, no es la compra de los libros, sino, que no se me caiga la
internet o se vaya la luz, en ambos casos solo hay que poseer mucha paciencia,
la cual he aprendido a tenerla.
La “era digital”
ha alterado el modo en que nos comunicamos, como nos relacionamos y por
supuesto, cómo se maneja la información. La lectura y el lector han tenido que
reinventarse. No es lo mismo la lectura del libro o del periódico que leer en
la pantalla del P.C, en un lector ebooks o en un celular; como no fue lo mismo,
cuando nació la imprenta, leer un manuscrito que leer un
libro impreso. Los textos
digitales tienen la ventaja que pueden estar vinculados entre sí por hipervínculos.
El lector ya no es un ente pasivo, que pasa de una página a otra pasar y así sucesivamente,
sino que puedes interactuar sin pasar la página. La lectura digital es más
activa, puedes enriquecer la lectura en cualquier parte del texto.
El nuevo formato no solo permite almacenar miles de
libros en tu bolsillo y aunque los dispositivos digitales parezcan más frágiles,
puedes almacenarlos en la “nube” o tener cuantos respaldos necesites.
¿Significa eso que son mejores o que acabarán
reemplazando a los libros de papel?
Desde que aparecieron los libros digitales, se ha
planteado este debate. Creo que al libro
de papel le queda todavía una larga vida, pero no significa, que debemos
encapricharnos a no leer en dispositivos digital.
Quizás este debate lo delimiten la generación de
mis nietos, pero mientras tanto en esta transición en la que estamos, debemos
adaptarnos a las nuevas tecnologías, porque como les decía, no nos queda otra y
aunque nos guste y añoremos nuestros libros de papel, porque siento que este existe,
lo veo ahí en el armario, recuerdo lo que sentí al leerlo. El texto digital una
vez que lo leo siento como que “desaparece”, queda guardado en el dispositivo
de lectura o se borra. Pero no olvidemos por más que tengamos la tendencia a
proteger los textos de papel, están los nacidos en la era de internet que te
preguntan, ¿cómo se vivía antes sin el iPad, sin el celular, sin Facebook, sin
Instagram? …y serán ellos los que realmente decidirán prolongarle la vida a
los textos impresos o no. ¿No crees que es más sensato esperar a que “la
generación digital” tome esta decisión?
T.A.F