Siempre ha pasado que, en el desarrollo de la historia, muchas mujeres, vanguardistas y pioneras, que con sus aportes y conductas han contribuido a que este mundo sea un mejor lugar, no han logrado el reconocimiento merecido, han “borrado” su legado o lo dan a conocer a solo un reducido grupo personas.
Esta semana leí un artículo sobre una de esas mujeres que nació un 4 de julio de 1846, creo que por esta razón publicaron su biografía.
Esa mujer fue, Laureana Wright González, nacida en Taxco de Alarcón, en el estado de Guerrero en México, hija de una madre mexicana y de un padre estadounidense, tuvo tres hermanas y dos hermanos, de pequeña vivió en Ciudad de México, recibió educación privada y sus padres lograron inspirarle el amor por la lectura y la literatura, aprendió, además del español, el inglés y el francés.
En 1868, cuando cumplió 22 años, se casó con el francés, Sebastián Kleinhans, de cual tomaría su apellido de casada y con quien tuvo una hija, a la cual le puso el nombre de Margarita, en ese entonces, Laureana se dedicó un año completo a su hogar y al cuidado de la niña. Margarita llegaría a ser reconocida violinista, pianista y directora de orquesta.
Al pasar ese año, retomó su trabajo como literaria, poseedora de un espíritu nacionalista importante, comenzó sus actividades literarias con poesía patriótica. La calidad de su poesía y argumentos la llevaron a distinguirse como miembro honorario de la Sociedad de Netzahualcóyotl, en el año 1872 se incorporó a la Sociedad científica, El Porvenir y en 1873 al prestigioso Liceo Hidalgo, una de las asociaciones más importantes del siglo XIX, en 1885 entró al Liceo Mexicano como socia honoraria y al Liceo de Oaxaca, estas sociedades tenían las particularidades de organizar debates, tertulias, disertaciones y conferencias con la vanguardia cultural del país.
Pero Laureana, fue una mujer preocupada por la igualdad de las mujeres y perseverante luchadora por su emancipación, dejó una extensa obra en los diversos periódicos y revistas de la época; en sus escritos insistía en el valor que tenía la participación de la mujer en las artes, en educación, en la cultura y en la política, en todos los procesos de evolución de la sociedad; ella logró a través de la escritura llegar a diversos públicos.
Si bien sus escritos iban desde poesía patriótica, hasta escritos filosóficos sobre la historia de México, su periodismo fue político.
El año 1884 fundó la revista Violetas del Anáhuac: Periódico Literario elaborado por un equipo editorial exclusivamente femenino. Fue una de las primeras revistas escritas por mujeres, dirigido a un público sólo femenino y animaba a las mujeres a educarse a sí mismas y a sus hijos y hablar públicamente sobre sus derechos.
Laureana, continuó escribiendo y publicando textos hasta su muerte el 22 de septiembre de 1896 en la Ciudad de México y aun que no lograron ella y su equipo ver concretados sus sueños de emancipación plena de la mujer de su época, fueron capaces de llevar el tema a los espacios públicos la problemática, debilitando los prejuicios, allanando el camio a las futuras generaciones en la reivindicación de la mujer en el ejercicio de sus derechos.
T.A.F.