El espíritu de la navidad.

 


Para los católicos, tiene como fecha de referencia para la celebración de la navidad, el nacimiento de Jesús, pero la verdad es que en la tradición Celta ya se celebraba el “Espíritu de la Navidad”, en concreto el 21 de diciembre. Esta fecha era coincidente con el comienzo del solsticio de invierno, que corresponde al momento en que la posición del Sol en el cielo, se encuentra a la mayor distancia angular negativa con respecto al ecuador celeste.

Dependiendo de la correspondencia con el calendario, el evento del solsticio de invierno tiene lugar entre el 21 y el 22 de diciembre todos los años, en el caso del hemisferio norte, y entre el 20 y el 21 de junio, en el caso del hemisferio sur.

El significado o interpretación de este evento ha variado en las distintas culturas del mundo, pero en la mayoría de ellas es reconocido como una etapa de renovación y renacimiento, que conlleva: festivales, ferias, reuniones y otras celebraciones.

Las leyendas de Los Celtas, cuentan que un individuo muy bondadoso, procedente de tierras muy lejanas, llegó por estas fechas.

Este ser era, según los celtas, el “Espíritu de la Navidad” el cual era capaz de entrar a los hogares de las personas de buen corazón para concederles cualquier tipo de deseo.

Esta leyenda se ha ido transformando poco a poco, al pasar del tiempo, hasta convertirse en lo que es hoy, el “Espíritu de la Navidad”.

Su apariencia física se relaciona con Santa Claus, Papá Noel o en Viejo Pascuero, según el país donde te encuentres, aunque usaba túnica de color amarillo.

Desde entonces, y siguiendo esta tradición celta, se manifiesta cada año el “Espíritu de la Navidad”, quien llega a la Tierra a la media noche del 21 de diciembre.

Y es un momento especial para hacer peticiones o para agradecer lo que tenemos, pues según esta celebración “El Espíritu de la Navidad” concede deseos o regalos, a esas personas que practican esta tradición con amor, paz y buenas voluntades.

En el año de 1582, el papa Gregorio XIII decretó el cambio al nuevo calendario gregoriano, con lo que el solsticio de invierno, en el hemisferio norte, ocurría alrededor del día 21 de diciembre. Anualmente, en el calendario gregoriano el solsticio fluctúa ligeramente, pero a largo plazo, solo alrededor de un día cada 3000 años.

En Venezuela desde hace varios años se ha adoptado esta costumbre proveniente de los países nórdicos.

Se celebra cada 21 de diciembre y es muy común que se practiquen algunos rituales en familia como cenas, entre otras actividades.

Los rituales pueden variar dependiendo de las costumbres de cada familia. Sin embargo, uno de los más comunes es el ritual de los 21 deseos, en el que se solicitan escribiendo peticiones para el próximo año.
Hay que hacer toda una limpieza a la casa para recibir al “Espíritu de la Navidad”, sin ninguna energía negativa. Para este ritual se usan algunas esencias de frutas para eliminar estas malas energías.

Se encienden velas de colores alrededor de una figura, en forma de triangulo o estrella, al mismo tiempo en que los inciensos aromatizan el lugar.

Las puertas y ventanas deben estar abiertas. Se realiza una oración de bienvenida y se agradece por los deseos cumplidos.

Finalmente, se hace una lista con los nuevos deseos y luego son guardados hasta el próximo 21 de diciembre.

Los deseos suelen escribirse en un orden en específico, empezando por los más generales y terminando por los más personales.

T.A.F.


 

Hatshepsut, La faraona

 


Fue una reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Quinta gobernante de dicha dinastía. Fue la segunda mujer faraón históricamente confirmada después de Sobekneferu. Su nombre en principio era un título que significaba: “la principal dama de la nobleza, unida a Amón", era la hija única de Tutmosis I y su esposa principal, Ahmose.

El padre de Hatshepsut, había logrado expandir el Imperio egipcio de manera que nunca antes se había visto en tan solo trece años de reinado. Este pasaría a la historia por llevar a sus tropas al curso de un río enorme que, al contrario que el Nilo, no discurría de sur a norte, sino a la inversa: el Éufrates.

Hatshepsut, fue la primera mujer faraona en la historia, eso sí, tuvo que superar muchos obstáculos. De esta manera se produjo un hecho inusual en la historia de Egipto: que el país estuviese gobernado por una mujer. Hatshepsut abandonó el militarismo de sus antecesores y se apoyó en la burocracia y la jerarquía sacerdotal para mantenerse en el poder.

Después de la muerte de su padre, el faraón Tutmosis I, Hatshepsut se casó con su medio-hermano, Tutmosis II, con sólo 17 años de edad. Y después de cuatro años de relación, su medio-hermano y marido falleció, dejando un hijo, el cual tuvo con una concubina, como heredero al trono. Pero debido a que éste, era muy joven, Hatshepsut, tomó el poder.

Gobernó a Egipto durante 22 años convirtiéndolo en uno de los estados más ricos.

Para mantenerse en el poder hizo uso de la descendencia de Tutmosis I, ya que Tutmosis III, hijo de Tutmosis II, era muy joven y no podía reinar. Al principio de su reinado no exigió las regalías reservadas a los faraones, considerados seres divinos.

Hatshepsut, fue poniendo poco apoco a prueba su poder, observando dónde estaban los límites impuestos por la sociedad egipcia a las mujeres, las cuales las alejaban del poder. Con el tiempo su poder fue aumentando, hasta mostrarse como faraona, usando inclusive, barba postiza y pantalones. El uso de la barba falsa era una costumbre exclusiva de los faraones que la cual se traducía en el mismo significado que la corona para los reyes. Hatshepsut promovió la innovación administrativa y la expansión comercial.

Envió varias expediciones a la costa africana del Mar Rojo en busca de oro, marfil, pieles de animales, entre otras cosas. Con la bonanza de su gobierno, Hatshepsut, emprendió el embellecimiento de la arquitectura en Egipto. Erigiendo varios edificios en honor del dios Amón-Ra, su padre espiritual, en la región de Beni Hasan, el centro del reino, se construyó un nuevo templo de piedra, llamada por los griegos: Speos Artemidos. Al mismo tiempo que realizaba los cambios de la fisonomía de Egipto, la faraona era la encargada de la educación de Tutmosis III, a quien envió, siendo niño, al templo de Amón, donde fue educado para convertirse en el próximo gobernante. Para asegurar su autoridad hizo todo lo posible para mantener al joven apartado del trono.

En el comando del ejército, Tutmosis III reclamó sus derechos, especialmente el de faraón. Pero sólo logró la hazaña después de la muerte de la reina en 1482 a.C. La causa de la muerte no se conoce, así como tampoco la ubicación de sus restos.

T.A.F.


 

Tacones en el futbol II.


 

La copa Mundial de Fútbol, tuvo su primera celebración en el año de 1930, cuando la  FIFA, quien era el organismo regidor del fútbol mundial, bajo la presidencia de Jules Rimet,   resolvió organizar un torneo internacional de fútbol masculino. Esa edición inaugural, fue disputada como un torneo final donde participaron solo 13 equipos invitados por la organización. 

Desde entonces, la “Copa del Mundo” ha sufrido continuas expansiones y remodelaciones de formato, hasta llegar a su formato actual de 32 equipos precedido por un proceso de clasificación de dos años, que involucra a más de 200 selecciones nacionales de todo el mundo.

En el pasado campeonato mundial de futbol, hice una entrada que titulé “Tacones en el Futbol, sobre las mujeres en dicho deporte, hoy, nos encontramos con un hecho muy importante dentro de La Copa mundial de Fútbol: “En sus 92 años de historia, es la primera vez que hay un trío femenino arbitrando en el Mundial de Fútbol”.

Este deporte siempre ha sido dominado en todos sus aspectos por los hombres; pero ha habido mujeres pioneras, como Léa Campos, una brasileña, quien fue la primera árbitro mujer registrada en la FIFA. Nada le fue fácil, fue un proceso difícil de adaptabilidad, pero ella marcó el camino para las futuras mujeres árbitras.   

Karen Díaz fue la primera árbitra mexicana que pitó en un Mundial de Fútbol. Además de Karen hay cuatro árbitros representando a la CONCACAF.

En el partido jugado este 1 de diciembre, entre Alemania y Costa Rica, como asistentes fueron tres las mujeres a cargo del arbitraje: la francesa, Stéphanie Frappart, quien ha recibido durante 2 años seguidos el Premio de la IFFHS a mejor Árbitra del Mundo y Neuza Back y Karen Diaz, como asistentes.

Durante la Copa América celebrada en 2021, las mujeres fueron grandes ausentes.

No solo se limitó al arbitraje, sino también a otros cargos como la dirigencia y los cuerpos técnicos. “Esa ausencia no puede ser considerada una excepción en el mundo, donde las mujeres a cargo de planteles masculinos todavía son muy escasas”, publicado en el periódico en línea Sputnik.

Así, tenemos, por ejemplo, en España se realizan constantemente reclamos por la brecha salarial que existe entre los árbitros de la liga masculina y las colegiadas de la liga femenina: “Un árbitro de Primera División cobra 300.000,00 euros anuales, mientras que las colegiadas, están cobrando 300 euros por partido”. Sin embargo, por fortuna, se han logrado muchos cambios positivos como dice Daiana Milone, árbitra de fútbol en una entrevista. “Los jugadores y cuerpo técnico ya no se sorprenden al ver una mujer árbitra ahora, pero hace diez años era inimaginable”   

La japonesa Yoshimi Yamashita, durante sus años universitarios fue futbolista, pero tras probar el arbitraje se dedicó a ello de pleno, llegando a ser profesional desde 2015 y actualmente comentaba que las mujeres árbitras hoy en día reciben “más halagos que críticas”, pero esto no siempre fue así. “Cuando llegábamos a la cancha, todos nos miraban sorprendidos y “Si llegábamos a equivocarnos en algo ya todos te empezaban a gritar, anda a lavar platos” 

Creo que todavía queda mucho camino por andar al respecto, pero sin la menor duda, mujeres como Stéphanie Frappart y sus colegas han logrado que ese camino sea posible.

¿Vieron el juego entre Alemania y Costa Rica, el primer juego arbitrado por una mujer en la historia de los mundiales masculinos? ¿Qué les pareció?

T.A.F.