Uno de los puentes mas conocidos en el mundo es el que une los distritos Manhattan y Brooklyn, en la ciudad de New York. Este puente fue construido entre el año de 1870 y 1883, en ese momento era el puente colgante, mas grande del mundo, mide 1825 metros de largo. También fue el primero suspendido mediante cables de acero. Desde entonces, se ha convertido en uno de los símbolos más emblemáticos y reconocibles de Nueva York. Y como dato curioso de su inauguración, la primera persona en atravesarlo fue una mujer, sin cuya audacia y determinación, no se habría concluido, me refiero a Emily Warren Roebling, ella no tenia estudios de ingeniería, pero su inteligencia y esfuerzo la convirtieron en la esposa perfecta de Washington Roebling, el hombre que llevaba el título oficial de “ingeniero jefe” y quien era el responsable del proyecto. Pero este, durante la ejecución de la obra, enfermo, lo que puso en peligro la conclusión de la misión. Lo cual obligó a su esposa, quien lo acompañaba en todo momento a la faena y aprendió todo lo que estuvo a su alcance y que, además, conocía tan bien el proyecto como su esposo, se vio en la necesidad de ponerse “manos a la obra” y se convirtió en la jefa sustituta de su marido.
Emily, nació un 23 de septiembre de 1843, en el seno de una familia de clase media alta, fue la penúltima de doce hijos. Recibió una buena educación. En el año de 1864, visitando a su hermano Kemble, general del ejército norteamericano, conoció a Washington Roebling, un joven ingeniero al servicio de su hermano durante la Guerra Civil. Antes del año de este encuentro, contraían matrimonio. El padre de Washington, John Augustus Roebling, era por aquel entonces el ingeniero jefe encargado de construir un puente que debía unir Brooklyn con Manhattan. John, mandó a la joven pareja a viajar por Europa, con el fin de recopilar información sobre las nuevas técnicas en el uso de cajones de cimentación para la construcción de puentes.
De vuelta a los Estados Unidos, Washington y Emily llegaron cargados de información y con un hijo, el único que tendrían.
Pero al pisar suelo estadounidense, recibieron la triste noticia de la muerte de John, fue entonces cuando Washington asumió la dirección del proyecto sin saber que pronto debería abandonarlo al haber contraído el síndrome de descompresión.
En el discurso inaugural, el congresista Abram Stevens Hewitt alabó la incansable labor de Emily sin cuyo trabajo el puente no hubiera sido una realidad. Finalizado el proyecto que había ocupado largos años de sus vidas, los Roebling se trasladaron a vivir a Trenton, en Nueva Jersey, donde ambos planificaron la construcción de su propio hogar. Emily se volcó de lleno en la vida social de la época participando en distintas asociaciones cívicas. También viajó a Europa donde presenció la coronación del zar Nicolás II y asistió a una recepción con la reina Victoria.
De regreso a casa, a Emily aún le quedaba energía para estudiar y obtuvo en el año 1899, a los 56 años de edad, el título de abogado en la Universidad de Nueva York. Emily Warren Roebling falleció el 28 de febrero de 1903. Una placa en el puente de Brooklyn recuerda la extraordinaria aportación de Emily en su construcción.
T.A.F.