Con
la colonización
española,
las creencias y prácticas indígenas fueron reprimidas con el objetivo de
cristianizar la cultura americana. Sin embargo, se dio un proceso armónico, en
el que las poblaciones nativas resignificaron las enseñanzas a partir de su
comprensión sobre el mundo, los dioses y la naturaleza.
De esta
manera, muchas de las celebraciones católicas desarrollaron en la América
colonial nuevas formas y rituales. En este caso, las sociedades mesoamericanas
tomaron las festividades católicas del “Día de Todos los Santos y el Día de los
Fieles Difuntos”, para conmemorar a sus seres queridos fallecidos.
Con el
tiempo, el Día de Muertos se convirtió en una celebración única y
distintiva en México, que combina elementos de las culturas indígenas y la religión católica.
Para
el Día de Muertos se realizan distintas comidas y dulces especiales.
Los altares
y las celebraciones del Día de Muertos incluyen distintas ofrendas para honrar
a los difuntos de una manera alegre y festiva
La
Ciudad
de Tzintzuntzan, Michoacán, es famosa por su fiesta del Día de
Muertos.
Durante el
Día de Muertos, las familias suelen visitar los cementerios donde están
enterrados sus seres queridos. Llevan flores y velas para decorar las tumbas y
pasan tiempo junto a ellas, recordando y honrando a los difuntos.
La calavera
literaria es un tipo de obra poética rimada, de origen popular y tradicional,
que se compone en la víspera del Día de Muertos. Se trata de una forma de
poesía humorística, que se usa para burlarse amigablemente de personas vivas o
figuras públicas, retratándolas como si estuvieran muertas.
T.A.F.