El oficio de “Palpati”

la "Sedia Stercoraria". Museo del Vaticano

Aunque el papa viste una túnica como una falda larga llamada “alba”, desde los tiempos de Pedro siempre ha sido varón.
Si repasamos la cronología del papado desde tiempos inmemoriales no encontraremos ni una sola mujer. Pero el domingo pasado, conversando con un grupo de amigos se filtró el tema sobre “que hubo un papa que fue mujer” y la verdad que ni en mis años de colegio de monjas, ni después, nunca había oído, ni leído, al menos en la historia oficial de la iglesia católica esa aseveración. Pero la duda me llevo a tratar de confirmar este hecho y conseguí historias que están entre la leyenda y lo mítico, sobre la Papisa Juana, una mujer que se hizo pasar por hombre y fue elegida papa, supuestamente con el nombre de Benedicto III, y según, fue sorprendida en su mentira cuando dio a luz. Se cuenta, además, que para evitar el riesgo de que esto vuelva a pasar, se creó un puesto laboral en el vaticano, llamado “Palpati”, un siervo católico, varón, cuya única función era meter la mano debajo del “alba” atraves de una silla especial, donde se sentaba el nuevo sumo pontifice y palmar si tenía testículos. Si todo estaba en orden, el “Palpati” debía gritar a viva voz y frente a los testigos “tiene dos y cuelgan bien” y los presentes respondían “Gracias a Dios”.
Dicen que ésta costumbre fue eliminada en el siglo XVI, por el papa Adriano VI.
La Iglesia Católica siempre ha calificado de absurda la historia de la Papisa Juana, y asegura que el “Palpati” es una leyenda popular.
A pesar de ello, la silla especial llamada “Sedia Stercoraria” se expone en el Museo Vaticano para sorpresa de los visitantes. ¿Qué será leyenda y que será verdad?
T.A.F