Rodeada de un entorno dorado y con mirada tranquila
y extraviada, en el centro de un enorme cuadro se halla el rostro de Adele Bloch Bauer, la musa y mecenas más discutida y
controversial del pintor austríaco Gustav
Klimt, uno de mis 10 top de
pintores, como les contaba en la última entrada del
facebook, cuando reseñaba el aniversario de su nacimiento.
Adele Bloch Bauer, nació
en Viena en 1881, fue una refinada y rica dama de la burguesía austríaca,
su familia fue amante del arte, no solo de
coleccionar pinturas, sino de apoyar nuevos artistas y mandar a hacer pintar
los miembros de la familia. Y Gustav
Klimt, fue uno de los favoritos de la familia.
La sobrina de su esposo, María Altmann la
describe como: “Una mujer fría e intelectual que se convirtió en una socialité.
No era muy felíz, tuvo un matrimonio arreglado, pero sin hijos, tuvo dos
abortos espontáneos y se le murió su único bebe. La recuerdo extremadamente
elegante, alta y delgada. Siempre vestía un vestido blanco de seda y siempre
estaba fumando.”
Se dice que fue una mujer muy fuerte, pero con una notable
debilidad emocional y al mismo tiempo con un carácter marcado e intransigente,
que marcaba la diferencia en la sociedad tradicional de Viena.
Gustav Klimt fue conocido por su fascinación con
las mujeres, descrito por los historiadores de arte como un “entendedor de
mujeres”. Escogía sus modelos con características afines, Emilie
Floge, Mada Primavesi, Ria Munk III, Elisabeth Lederer, y por
supuesto Adela, eran
mujeres de rasgos poderosos, carácter fuerte y con una sensualidad misteriosa.
Los rumores entre una posible relación entre Gustav
y Adele siempre estuvieron presentes, nunca se confirmó ni se negó la noticia, pero
era evidente que ambos mantenían un afecto muy estrecho, además, Adele ostenta
la distinción de ser la única persona a la que Klimt pintó en dos ocasiones y
fue el personaje de más de 200 dibujos y bocetos previos a sus dos grandes
cuadros “Retrato de
Adele Bloch Bauer I” y “Retrato de
Adele Bloch Bauer II”.
El primer retrato de Adele fue un encargo especial
de su esposo, Ferdinand Bloch Bauer, quien planeaba otorgárselo a su familia
como obsequio. La obra hecha con óleo y oro sobre tela marinera, se mostró por
primera vez en 1907. Es considerada un tesoro del Art Nouveau.
Adele Bloch Bauer murió de meningitis en 1925 con
tan solo 43 años.
Adele dejó en su testamento todos sus cuadros y sus
obras de arte al museo Beldevere. Su esposo Ferdinand planeaba honrar los
deseos de su fallecida esposa, pero con la llegada de los nazis a Viena en 1938,
las obras fueron confiscadas por los nazis y entregadas al museo Beldevere y
declarado “patrimonio austriaco” para que fuera imposible sacarlo del país.
Ferdinand, quien huyó a Suiza, antes de morir dejó en su testamento todos los
cuadros a sus sobrinos, esto inhabilitó el testamento de Adele, puesto que
Ferdinand fue el que pagó, por cada uno de los trabajos.
María Altmann, su sobrina, decidió pelear por sus
derechos. Después de 6 años de pelea y lucha legal contra el museo y Austria,
el cuadro le fue entregado a María. El cual lo subastó en la ciudad de Nueva
York y ganó 135 millones de dólares por él, convirtiéndose en el cuadro más
caro de la historia. Desde ese momento “Adele”, se encuentra en la galería de
arte privada Neue Galerie, en
la quinta avenida de Nueva York.
Les invito a ver “La dama de oro”,
un film británico, la pueden ver en Netflix, está basado en la historia real de
María Altmann, sobrina de Ferdinand, que junto con un joven abogado,
lucharon contra el gobierno de Austria para reclamar el icónico cuadro.
Conocía el cuadro de Adele, pero no su historia, la
cual me interesó después de ver la película, investigué a ver si era ficción, pero
no, está muy bien documentada. ¿Ustedes la conocían?
T.A.F