Imagen publicada por El Nacional, el sábado 18 de marzo de 1995. |
La noche del jueves pasado, me
toco la puerta, mi vecina y amiga Patricia, con un hermoso ramo de albahaca
fresca, cosechada por su esposo, mi amigo Domingo; en la conversación me
sugirió hacer una salsa pesto,
inmediatamente le tomé la idea, pues me encanta esa salsa y sobre todo,
prepararla siguiendo las instrucciones que nos dejó José Ignacio
Cabrujas, en El Nacional, en su edición del día sábado 18 de
1995, en su la página 2 del cuerpo C.
Página que desde entonces conservo
como una joya de información culinaria. El pesto, lo he preparado muchas veces,
solo que, respecto al tiempo de cocción, donde Cabruja sugiere “cocinar al
dente (unos ocho minutos)”, yo prefiero leer el paquete, pues los tiempos de
cocción van a depender del tipo de pasta, en cuanto al vino, cada quien tiene
su gusto y cuando no encuentro ni piñones, ni almendras, utilizo maní sin sal,
lo demás, lo sigo al pie de la letra.
Les revelo que el regalo de la
albahaca, como único ingrediente que me faltaba en la cocina para preparar el
pesto, me cayó como anillo al dedo y este viernes la hice con unos linguinis, que
me quedaron extraordinarios.
Allí les dejo una copia exacta de la receta, inclusive si "linkean" en "Así hablaba Zaratustra", podrán disfrutar la pasta al pesto, con la música propuesta por Cabrujas. Prepárenla y !Bon appétit!
Allí les dejo una copia exacta de la receta, inclusive si "linkean" en "Así hablaba Zaratustra", podrán disfrutar la pasta al pesto, con la música propuesta por Cabrujas. Prepárenla y !Bon appétit!
UTENSILIOS
Una olla grande.
Un colador.
Un mortero en su defecto una licuadora.
Una fuente honda para servir.
INGREDIENTES
PARA DOS PERSONAS:
Spaguettis: 250 gramos.
Mantequilla: 40 gramos.
Queso parmesano rallado: 75
gramos
Ajo: dos dientes pequeños.
Perejil:3 ramitas
Albahaca: doce hojas lavadas y
secas.
Piñones: (6 si los hubiese,
previamente calentados en un sartén).
Y si no.
Almendras:3.
Y si no, cualquier nuez machucada
naturalmente sin la cascara.
Aceite: una tacita.
INSTRUCCIONES:
Picar finamente el ajo, el
perejil y la albahaca. Colocarlo en un mortero y de no tener paciencia, en la
licuadora, junto con los piñones (o las nueces o las almendras), una cucharada
de queso parmesano y el aceite.
Machacar o licuar hasta que se
parezca a un pesto.
Hervir en la olla abundante agua
con sal. Echar los spaguettis y cocinar al dente (unos ocho minutos).
Colarlos de manera no fanática y
regresarlos de nuevo a la olla.
Agregar la mantequilla y la mitad
del queso rallado.
Remover con un tenedor hasta
fundir la mantequilla.
Colocar los spaguettis así
preparados, sobre la fuente.
Volcar sobre ellos el pesto.
Mezclar bien.
Servir en la fuente de inmediato.
Espolvorear con el resto del
queso parmesano rallado.
Acompañar este asunto de un vino
blanco Altagracia y del poema sinfónico “Así
hablaba Zaratustra” a bajo volumen.
Pero sobre todo pensar: ¿Por qué
me meteré yo en vainas, sin ninguna necesidad?
T.A.F.