El cumplir
años es un
acontecimiento que merece ser celebrado, cumplo años este mes de septiembre,
solo que, cuando se llega a ciertas
edades, como yo, este acontecimiento merece festejarse con mayor importancia,
puesto que significa haber adquirido
experiencias imborrables, es cuando se reconoce que la vida, es ese entretanto,
ese cumulo de vivencias; pero es también, cuando empezamos a darle el verdadero
valor que tiene el tiempo. Y es cuando empezamos a tener la sensación que se
nos escapó y en verdad, el tiempo no se gana ni se pierde, es que ni siquiera se
puede acumular. El tiempo sigue
de forma irremediable y no hay nada que se pueda hacer para que varíe su
curso. Imposible lograr que vaya más lento o más rápido, o que intentemos
almacenar algo para el futuro. Lo único que en verdad tenemos, es una sensación de control
sobre él y por ende subjetiva.
En nuestra sociedad vivimos en un constante corre-corre por hacer cosas.
Te repiten a cada instante “el tiempo es oro” y son tantas los quehaceres, que
existen, más tareas que tiempo. Esta lucha constante, entre tareas y tiempo, es
causa infinita de agotamiento y estrés, situación que, nos lleva a un “vivir”
sin vivir.
El planificar, para “optimizar” el tiempo, ya no es tan efectivo, por
mucho que detallemos, todo va cambiando a una velocidad que casi no percibimos.
Nuestro cotidiano tramitar requiere de adaptación y de mucha tolerancia. Además,
esta situación se acentúa, por la necesidad que tenemos ahora de estar
“interconectado” eternamente a las redes sociales, con un celular
constantemente pegado a la oreja. Hoy día es muy poco lo que podemos predecir
con anticipación y aun cuando lo logremos y tomemos una decisión, podemos
obtener distintos resultados. Como decía Zygmunt Bauman, “vivimos en una sociedad
líquida y ya no vivimos en un entorno estable y predecible”.
Nuestra mente no funciona como una computadora, nuestra mente está
diseñada para pensar. Nuestra mente, está siempre ocupada, “procesa tareas” sin
que nosotros conscientemente se lo ordenemos, por otro lado, la sociedad actual, nos ha hecho creer y lo ha convertido en un valor,
que somos “multitareas” para abrumarnos de trabajo, ahora creo que, lo somos solo
para aquellas tareas en la que hemos creado habito, de poco esfuerzo y que no
requieren mucha atención, no para todas.
Me siento que estoy en una etapa de mi vida, donde puedo continuar
creciendo, “para acabar de nacer” como dice Leonardo Boff y seguir enriqueciendo mi existencia. Algunos
dirán que he entrado a la etapa de la vejez, les diré, que yo no me siento así, aunque no tengo
la energía propia de la juventud, en mi espíritu me siento joven, llena de ánimo,
de esperanzas y de sueños.
Ya no pretendo como antes, ser “multitareas” y el
tiempo para mí… ya no es oro, como me remachaban en mi etapa de vida laboral, el
tiempo ahora para mi es vida, ya no trato de administrarlo, ni hago planes a
largo plazo y por primera vez, siento tener verdaderamente su control y a esta edad
puedo afirmar que he aprendido a vivir en forma plena del tiempo que dispongo. No
olvides, el TIEMPO NO ES ORO, el TIEMPO ES VIDA ...
T.A.F.