Cuando los medios de comunicación crean conciencia
y definen la cultura. Y cuando, además, la Historia se escribe parcializada,
como algo incompleto, nuestra confianza en lo que nos cuentan titubea, ya en
otras entradas del blog me he referido al hecho de como la mujer ha sido
marginada o invisibilizada a través de la Historia, ejemplo, cuando ha sobresalido en el arte o en la literatura.
Las mujeres hemos sido casi evaporadas de la
Historia, como si la Historia hubiera sido posible sin nuestra presencia, han
solapado nuestras contribuciones en el desarrollo social, científico, artístico,
literario o económico. Lo que es considerado secundario no tiene por qué ser
señalado, y lo que no es nombrado permanece ignorado.
Viendo un documental en la televisión sobre los
orígenes del cine los nombres de los hermanos Lumière y Georges Méliès,
aparecen como los iniciadores de la industria cinematográfica, y sin duda lo
fueron, pero en esos mismos años existió una mujer, la cual no fue nombrada ni
una vez en el documental, a pesar, de ser ella la que convirtió al cine en la
fábrica de ilusiones y en uno del negocio más lucrativo conocidos hoy en día.
Alice Ida Antoinette Guy, fue la primera mujer en
utilizar el cine para narrar historias de todos los géneros. Rodó más de mil películas,
fundó el cine de ficción y fue también pionera en efectos especiales.
Alice, fue la primera persona que logró ganar dinero y vivir del cine, fundó
productoras en Francia, en Estados Unidos, fue reconocida internacionalmente
como directora, actriz y productora, sin embargo, fue margina de la Historia
del cine.
Alice Guy, nació en Saint-Mandé, cerca de Paris en 1873. Trabajo como secretaria, en el año 1894, en la compañía “Le
Comptoir Général de la Photographie”, donde, empezó a descubrir el encanto de
las imágenes. Pocos meses después, Léon Gaumont, uno de los
directivos de la empresa, se la llevó, como secretaria de su propia compañía,
cuatro años más tarde, Gaumont le da la dirección de la división encargada de
producir historias. En 1896, Guy dirigió “El Ada de los repollos” la primera
película en contar una historia y con duración de un minuto. En 1906 realizó la
que se considera la primera superproducción de la historia del cine, “La pasión de Cristo”, rodada con más de trescientos extras y unos veinticinco decorados
diferentes.
Alice se casó con Herbert Blanché, la pareja se
trasladó a vivir a los Estados Unidos donde fundaron varias productoras de
cine. Su matrimonio acabó en divorcio en 1917 y volvió a vivir a Francia, donde
recibió la Legión de Honor y homenajes a su labor en el mundo del cine. Sin
embargo, Alice Guy, fue cayendo en el olvido, sus cintas fueron atribuidas a su
marido u otras personas de su entorno. Alice Guy acabó sus días, en compañía de
su hija, en Nueva Jersey, el 24 de marzo de 1968. ¿Recordaran, ahora, a Alice
Guy?