“El solsticio de invierno
es el momento del año en que el sol alcanza su menor altura en su recorrido
aparente por la bóveda celeste. En consecuencia, este día se
vive la noche más larga del año. Además, este evento astronómico
anuncia la llegada del invierno.
Astronómicamente, en el solsticio de
invierno, el Sol, en su recorrido a través del cielo, pasa por uno de los puntos
de la elíptica más alejados del Ecuador celeste”.
Está explicación que tomé consultando con "mi amigo" google, creo que es
clara, sin embargo, lo importante para mi, es que este “fenómeno” tiene que ver no sólo
con lo astronómicos, sino también con lo cultural, lo religioso y hasta con lo mágico.
De hecho, muchos de nuestros rituales, tradiciones y festejos por estas fechas tienen
que ver con él y muchas veces no lo sabemos.
Desde el punto de vista astronómico, el 21 de
diciembre, es el día más corto del año en el Hemisferio Norte y es cuando éste hemiferio,
está más alejado del sol, mientras que, el Hemisferio Sur se encuentra más
cerca. Culturalmente, este “fenómeno” también se manifiesta de diferentes
formas, como en China, por ejemplo, que es un día muy importante: marca la
primera de las 24 divisiones del calendario lunar chino y donde en sus festividades
se realizan rituales al cielo, de respeto hacia los padres y hacia los
ancestros de la familia.
En la cultura Mapuche este día es motivo de
celebración, de ritos y liturgias que simbolizan la relación con la tierra y la
naturaleza.
En los países
nórdicos celebraban el ritual del árbol del
Yule para invocar la protección de sus dioses. Este
festejo del árbol parece estar directamente relacionado con el árbol de Navidad
y con la manera de decorarlo con luces, adornos luminosos, esferas y símbolos
variados, que simbolizan la vida y la abundancia.
Por otro lado, vemos como los festejos cristianos,
están más relacionados con rituales del solsticio de invierno, de
lo que podemos imaginamos.
Los antiguos egipcios fijaban el embarazo de Isis, la virgen, reina de los cielos, en el mes de marzo y el nacimiento de Horus a finales de diciembre. Además, no sólo adoraban a una madre “virgen”, sino que representaban al recién nacido acostado en un pesebre. Osiris fue también hijo de una “virgen” y nació el 25 de diciembre. En ese mismo día, según algunas narraciones, nació Buda.
Los antiguos egipcios fijaban el embarazo de Isis, la virgen, reina de los cielos, en el mes de marzo y el nacimiento de Horus a finales de diciembre. Además, no sólo adoraban a una madre “virgen”, sino que representaban al recién nacido acostado en un pesebre. Osiris fue también hijo de una “virgen” y nació el 25 de diciembre. En ese mismo día, según algunas narraciones, nació Buda.
Germanos y escandinavos también tuvieron fiestas
importantes en esta fecha. Por ejemplo, Frey, hijo de los dioses vikingos Odín
y Friga, nació el 25 de diciembre; fecha en que los druidas celebraban la
fiesta anual del fuego y en que los romanos conmemoraban el nacimiento del Sol Invicto y el dios solar persa Mitra.
En cuanto a lo mágico, cuenta una leyenda nórdica
que hace más de 80.000 años, un viajero errante, aterrizó en la Tierra en la
península escandinava, éste predicaba sus conocimientos, y repartía regalos y
bendiciones, dando origen al “Espíritu de la Navidad”.
Que, según sea la tendencia religiosa, se habla
del “Espíritu de la Navidad”, como la persona que repartía regalos y bienes
materiales o se habla de una energía angelical que trae riquezas a todo nivel…
y para todos existen rituales mágicos diferentes. Y ustedes ¿Celebran algún ritual el 21 de
diciembre?
T.A.F.