Hay
un tema, al cual le he dedicado varias entradas del blog y voy a seguir
insistiendo sobre el asunto: cómo, muchas mujeres han sido “escondidas” de la
historia o como sólo las han mostrado como personas frívolas. Y creo que en gran
medida son marginadas a un plano secundario de la sociedad. Este hecho se
manifiesta en distintos ámbitos, tales como el trabajo, la política, la
investigación y la educación etc.
En
esta entrada me voy a referir a Hedwig Eva María Kiesler, conocida como Hedy Lamarr, quien nació en Viena el 9
de noviembre de 1914.
A pesar de que, en la escuela, los profesores la consideraban
como una niña superdotada y que cuando cumplió 16 años ingresó a estudiar
ingeniería, decidió apartar sus
estudios universitarios, para dedicarse al arte dramático.
Durante los años treinta
y cuarenta
llenaba la sala de cine, siendo su faceta de actriz la que se dió a conocer en
el film de 1935 “Éxtasis”,
película donde aparece completamente desnuda , siendo la primera vez que se
filmaba una escena de este tipo en el cine comercial, eclipsando de esta
manera, su dimensión como creadora. "Cualquier chica
puede ser glamurosa. Todo lo que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer
estúpida", precisó sarcásticamente esta mujer, llena de sofisticación e
inteligencia. La película fue tan escandalosa que sus padres quedaron horrorizados
con las imágenes, que prácticamente la obligaron a casarse con Fritz Mandl, un magnate
de la industria armamentística,
con la esperanza, de por ser un hombre mucho mayor que ella, podría reconducirla por el buen camino.
Pero Fritz
Mandl sufrió unos celos enfermizos. Tanto que quiso hacerse con todas las
copias de Éxtasis. También
la obligó a acompañarle a todos los actos sociales y cenas de negocios a los
que estaba invitado para no perderla de vista. Aburrida de la vida que su
marido la obligaba a llevar, Hedwig retomó la carrera de ingeniería. Mientras
que, Mandl mantenía estrechos lazos
sociales y comerciales con el gobierno de Mussolini, al que le vendía armas. Hedwig,
aprovechó las reuniones a las que su marido la obligaba a asistir para
recopilar todo tipo de información acerca de la tecnología armamentística nazi.
El férreo control al que se veía sometida llegó a ser tan insoportable, que durante un viaje de negocios de su marido
decidió escapar por una ventana de los servicios de un restaurante, llegó
a la estación de tren, viajar hasta París y más tarde viajó desde Londres a
EEUU, donde empezó a trabajar con la Metro-Goldwyn-Mayer, donde además cambio su
nombre por el de Hedy Lamarr, y donde se convirtió en la verdadera estrella de
cine que fue.
Con la llegada de la segunda guerra mundial, Hedy ofreció sus servicios al Gobierno de EEUU
ya que disponía de información privilegiada acerca del armamento del ejército
alemán. Fue entonces cuando su amigo músico George Antheil y Lamarr elaboraron un sistema de detección de torpedos teledirigidos, el cual consistía
en un espectro ensanchado por salto de frecuencia, de forma que no podría ser interceptado porque el enemigo sólo podría
atacar una frecuencia durante un segundo, que al cambiar sería imposible de
controlar en todo el recorrido del proyectil.
Lamarr falleció el 19
de enero del 2000 en Casselberry, Florida, no sin antes recibir el prestigioso
Premio Pioneer en 1997, de la Electronic Frontier Foundation y su trabajo le valió su incorporación al National Inventors Hall of Fame en 2014.
Con el desarrollo de las telecomunicaciones,
gracias al salto de frecuencia, hoy disfrutamos de Wifi, Celulares, Bluetooth, GPS y sobretodo de comunicaciones digitales seguras.
¿Conocías esta faceta de Hady Lamarr?
T.A.F.