Este viernes 8 de mayo, fue noticia en todos los medios de comunicación y
en las redes sociales, la conmemoración de los 75 años
de “El Día de la Victoria en Europa”, dando paso, a que los Aliados de la Segunda Guerra Mundial, aceptaran la rendición incondicional de la Alemania nazi.
Ha sido el más grande enfrentamiento bélico de la historia, fue una situación
de “guerra total”, con la movilización de más de cien millones de soldados, con
aproximadamente 70 millones de víctimas, el 2,5% de la población mundial.
Esta guerra, permitió demostrar la capacidad que tenían las mujeres para ocupar
cualquier puesto de trabajo. Las mujeres desempeñaron papeles que hasta
entonces, eran considerados sólo masculinos: aviadoras, espías, obreras, esto, sin descuidar su
acostumbrada actividad como madres y amas de casa, pues al no ir al frente de
batalla, ocuparon los puestos que dejaron los hombres y las que fueron al
frente realizaron el rol activo de enfermeras y combatientes.
En esta entrada quiero recalcar el papel de una de esas mujeres: Noor Inayat Khan, hija de descendientes de la realeza india, nacida en Moscú,
residenciada en Francia, estudió Psicología infantil en la Universidad de la
Sorbona y Música en el conservatorio en Paris, donde público su libro de fábulas
budistas para niños “Veinte Cuentos Jataka”. Cuando París fue
invadido por los nazis, Noor con su madre y dos hermanos escaparon a Inglaterra, donde Noor fue reclutada por el SOE,
gracias a su preparación y el dominio del francés y del inglés. Su objetivo, como agente
del SOE, era boicotear la invasión nazi en
Francia desde dentro, fue enviada en un paracaídas a suelo francés
como colaboradora de la resistencia francesa, con una maleta que contenía una
emisora de radio para enviar mensajes en Morse y en clave. El
nombre de guerra de Noor en el SOE era Madeleine.
Noor burló a la Gestapo durante cuatro meses. Y la descubrieron,
no por error, si no por una traición de la hermana de un agente francés que
vendió su refugio por dinero.
En los cuatro meses
que sobrevivió en Paris, Noor cargaba todos los días con su pesada maleta de 14
kilos de hotel en hotel, de casa en, casa sin nunca dejar de mandar sus
mensajes Cuando fue aprendida, intentó escaparse varias veces y la calificaron
como prisionera altamente peligrosa, por
lo que fue aislada de otras prisioneras.
Testigos de la muerte
de esta valiente mujer, dijeron después de terminada la Segunda Guerra Mundial,
que no tenía formación militar, sin embargo, se mantuvo
firme en silencio mientras la torturaban. Nunca traicionó a los
suyos. El 13 de septiembre de 1944, antes de recibir un
tiro en la nuca, su última palabra fue: ¡Liberté! Tenía 30 años,
Noor, recibió las medallas post mortem de Francia y del Reino Unido.
Cada 14 de julio, día Nacional de Francia, a las
puertas de “Fazal Manzil”, una hermosa casa a las afueras de París, siempre hay
una banda militar que toca en honor a Noor, quien vivió
en ese lugar durante su infancia y que dio su vida por la libertad.
T.A.F.