Carpe diem.


Definitivamente los años logran que veamos la vida de forma diferente, creo que somos más realistas, no significa que dejemos de soñar, simplemente dejamos de planificar tanto la vida, eso de tener metas a corto, mediano y a largo plazo y evaluarlas continuamente, como lo hacía durante mi vida laboral, intento dejarlo en el pasado, aunque a veces se me olvida y acabo sin darme cuenta con la angustia de proyectar cosas y no disfrutar los instantes o dejándome llevar por todo lo negativo que el entorno me esparce diariamente encima.
Sin embargo, en esta situación de crisis, de pandemia, de encierro, he ido aprendiendo a disfrutar los momentos que estoy con mis nietos o los minutos mientras me tomo una taza de café o de reír con los recuerdos y ¿Por qué no?, he aprendido a disfrutar también la soledad y todo por no hacer planes, simplemente concentrándome en el momento.
Esta situación me recordó, que hace algunos años estando en la Isla de Margarita asistimos a un concierto, en el centro comercial Sambil, de jazz y el grupo musical se llamaba “Carpe Diem”, su nombre me llamó la atención. En ese entonces, no conocía el significado de ese término, uno de los integrantes de la banda lo explicó sin muchos detalles y me vi obligada a investigar: “Carpe Diem, la cual es una frase atribuida a Horacio, que significa algo así como “aprovecha el momento”, en el sentido de no malgastarlo, ni dejarlo pasar como si no importara. Es una especie de consigna o mandato cordial que nos estimula a vivir el presente con plenitud y tranquilidad.
En estos días vivir el presente significa para mí, salir poco de mi apartamento, tener poco contacto social con amigos, vecinos incluso con familiares y creo que, sin temor a equivocarme, todos estamos en la misma situación. Son circunstancias bien difíciles, pero si lo buscamos, siempre encontraremos un motivo para sonreír como el hecho de tener salud, de respirar el aire o disfrutar los atardeceres, aunque sea desde una ventana, sobre todo, de vivir estando consciente de ello. No importa el día, cualquiera puede ser el mejor si somos capaces de hacer el esfuerzo de considerlo así, sin importar las condiciones, cada día podemos avanzar e ir más allá, podemos seguir creciendo como personas. Nosotros estamos acostumbrados a vivir como si nuestro tiempo fuera eterno, investigando para esta entrada encontré una frase, no encontré su autor, pero que nos dice mucho sobre los planes, “No hagas de tu vida un borrador, tal vez no tengas tiempo de pasarlo en limpio”. Esto yo lo interpreto: menos diseños y más obra o lo que es lo mismo, menos planes futuros y más acción hoy.
La verdad verdadera es que no hay nada garantizado, pero esto siempre ha sido así y no por eso nos hemos privado de vivir, simplemente habrá que hacer cosas diferentes a las acostumbradas. Vivimos pensando en ese día que todo se arregle, el día en que podremos ser felices y cuando soñamos con días mejores, perdemos cualquier oportunidad de crear días felices en el presente. Si le ponemos fecha a la felicidad, asumimos que esta no es hoy.
 “Tengo un día. Si lo sé aprovechar, tengo un tesoro”.
T.A.F.