Los restaurantes.


Durante los últimos días de Diciembre del año pasado, una noticias fue recogida por los medios  de comunicación y las redes sociales:  en las ruinas de Pompeya, fue desenterrado un termopolio, especie de mostrador donde se vendía “comida rápida” y se encontraba en perfecto estado de conservación. Me llamó mucho la atención la noticia y como ya había hecho una sobre la cocina, se me ocurrió hacer una sobre los restaurantes.

Algunas evidencias arqueológicas e históricas confirman que ya por el año 1700 a.c., existían las tabernas. Existen pruebas de una especie de comedor público en Egipto en el 512 a.c. con un menú muy limitado, sólo servían un plato a base de cereales, aves salvajes y cebolla. En la lengua egipcia se conocen dos verbos que se refieren a la elaboración de alimentos: psy y asher. El primero se usa tanto para la leche como para la carne y asher se utiliza para los asados que era la forma preferida de comer las aves, la carne y el pescado, que también se comía hervido, para el asado se utilizaban una varilla larga de hierro, delgada y puntiaguda, que se usaba para empujar, mover o pinchar con su extremo. Al preparar los alimentos utilizaban cucharas y cuchillos, pero utilizaban los dedos para comer, lo cual era costumbre aceptada en todos los estratos sociales. El problema de la conservación de la carne se resolvía, sacrificando el animal justo antes de consumirlo y en cuanto al pan se horneaba cada dos o tres dias, el resto de los alimentos, como cebollas, legumbres, rábanos y frutas se almacenaban en despensas subterráneas, existentes en las cocinas

Los egipcios, aunque no dejaron libros de cocina, podemos tener una muestra de su genialidad culinaria a través de los papiros médicos, en los cuales se encuentran escritas algunas recetas elaboradas con hierbas para aliviar algunas enfermedades y molestias estomacales.

En cuanto a los antiguos romanos, era costumbre comer fuera de casa, ya señalamos al comienzo de esta entrada el hallazgo en las ruinas de Pompeya, donde en sus calles existieron muchos “bares”, donde servían pan, queso, vino, nueces, dátiles, higos y guisos calientes.

Pero como ven, si bien, estos termopolios, mesones, posadas etc...tienen origen milenario, no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XVIII, cuando empezaron a surgir locales con las características de lo que hoy conocemos como restaurantes.

Aunque el libro “Récord Guiness”, considera Casa Botín, en Madrid, fundada en 1725 por el francés Jean Botín, hoy mantiene su ubicación original pero con el nombre de Sobrino Botín, como el primer restaurant; pero el hecho de que se creó como una hostería, hace que se considere a Dossier Boulanger, como el primer cocinero que desarrollo la idea de convertir su local situado en la Rue Des Poulies de Paris en un restaurant. Boulanger empezó a servir caldos reconstituyentes, a tener varios platos en su menú, colgó un cartel en latín que decía “Ven a mi hombre de estómago cansado, que yo lo restauraré”, la frase se convirtió en el sello del negocio, fundado en 1765 y de allí, empezaron a aparecer locales imitando al de Boulanger.

El término de restaurant, lo impuso el francés Mathurin Roze de Chantoiseau. Este señor se dedicaba a la industria de los hoteles y su especialidad era de restaurar la salud de los parisinos con la comida.

Utilizando la terminología “Restaurar” para dar a entender lo restaurador que eran sus preparaciones culinarias, dándole de esta manera origen a la palabra “Restaurant”, cuyo significado adecuado es: negocio, que se dedica a preparar y comercializar todo tipo de comidas con el fin de “restaurar” al organismo.

Mathurin poseía un espacio adonde vendía sus comidas, y su mobiliario eran asientos separados, diferenciándolo de otros establecimientos que se encontraban en esa época, como las tabernas, lugares en donde los mesones que se colocaban, eran de gran tamaño y se sentaban un gran número de comensales.

Hoy existen millones de sitios con toda la variedad culinaria que nos permites no solo “restaurarnos”, sino tambien, conversar, divertirnos o simplemente beber un trago.

T.A.F.


 

La retratista Julia Cameron.

En estos días vi un documental, sobre la vida de Dora Maar, una gran fotógrafa y pintora surrealista quien fue amante y musa de Picasso, la cual se ocupó de hacer un trabajo documentado en fotos, sobre todo el proceso de creación del Guernica, siendo éste el primer reportaje fotográfico hecho sobre una obra de arte, sin embargo, Picasso, nunca reconoció ese detalle de Dora, según dicen, su postura ante el reportaje se debe a que en el, se podrían apreciar sus vacilaciones, las dudas y los errores en que Picasso reincidía.

Esto me llevó a investigar, sobre mujeres fotógrafas , que según la Nikon parecieran que no hay muchas, encontré muy pocas, pero me llamó la atención una en especial: Julia Margaret Cameron.

Sus inicios en la fotografiá no fueron a temprana edad, fue mas bien por una casualidad, vivía junto a su marido en Freshwater, un pequeño pueblo situado en la muy aburrida isla de Wight en Inglaterra. Cumplía 48 años de edad, cuando su hija le dío un regalo, que transformaría su vida para siempre. Se trataba de una complicada cámara de madera acompañada de una nota que decía: “Quizá te divierta, madre. Intenta hacer fotografiás durante tu soledad en Freshwater”. Ya Julia, para entonces tenía una carga cultural muy sólida, se había formado en Calcuta, donde nació el 11 de junio de 1815, en el seno de una familia de diez hermanos, de padre escocés y madre descendiente de aristócratas franceses; estudió en Paris, Sudáfrica, Londres y por su origen aristócrata, pudo codearse con los círculos mas elitescos y relacionarse con pintores, científicos y sobre todo con fotógrafos. Era una mujer muy emotiva y persistente, lo que la hicieron experimentar con el dibujo y la pintura, pero sus resultados no llegaron a satisfacerle, así, que cuando recibió ese gran regalo de su hija, pasó a ser una fanática de la fotografía. Inmediatamente, modificó su casa en función de su nueva labor, convirtió la carbonera en el cuarto oscuro y el gallinero en su estudio y comenzó a hacer retratos: “anhelaba fijar cuanta belleza veía ante mi y por fin ese deseo se ha cumplido” dijo.

No llevaba ni un mes en su nueva profesión, cuando logró, lo que ella misma llamó, su primer éxito: un retrato de Annie Philpot, hija del gran poeta Benjamin Philpot.           

En estas fotos de Annie, estaba reflejado lo que sería las características de su arte, hacia donde estarían dirigidas sus obras, convirtiéndola de esta manera en una de las más importantes artistas de la fotografiá del siglo XIX: el enfoque indefinido, iluminación intensa y primeros planos en los que sobresalen mujeres y niños que parecieran representaciones de personajes bíblicos. En sus primeros retratos usó como modelos a personas de su entorno, criados, vecinos, sus hijos, amigos, personajes conocidos de la cultura, una de las modelos predilectas de Cameron fue su sobrina Julia Jackson, madre de Virginia Woolf, en muchas ocasiones obligaba a sus modelos a posar por largo tiempo, ya que requería investigar sobre la luz y las placas.

Pero en realidad se hizo famosa por sus retratos de mujeres inexpresivas, aplicando el llamado “efecto flou”, despojadas de maquillaje que rompieron el molde de la belleza romántica victoriana.

En 1864 expone en Colnaghi's de Londres. En 1866 expone en la Galería Francesa de Londres y gana la medalla de oro de Berlín. En 1868 expone en la Galería Alemana de Londres y Charles Darwin la contrata para que realice sus retratos.

Julia Margaret Cameron falleció en 1879. Henry, uno de sus tres hijos abrió un estudio fotográfico en Londres..

Del 28 de Enero al 4 de mayo de 1999, el MoMA en New York, expone sesenta de sus fotografiás

Les confieso que su trabajo, el que no conocía, me pareció tan genial y de una calma tal, en el colage de fotos de esta entrada hay una muestra, que sin pensarlo mucho tomé la decisión de compartir con ustedes lo que pude averiguar sobre esta excelente fotógrafa.

T.A.F


 

 

La cocina.


Desde muy pequeña he tenido una relación muy especial con la cocina y la comida, como buena descendiente de italianos, me atrevería a afirmar que el espacio mas importante en mi casa era la cocina. Me acostumbré a ver la casa de mis abuelos llena de longanizas , hechas por mi abuelo, con todo su proceso de fabricación y ya no me era extraño verlas colgadas en el patio cerca de la cocina, después estaba, Ia, la nana, que era una verdadera “chef”, la cocina era su trinchera cotidiana y mi mamá que siempre tuvo un paladar exquisito y que por muchos años se dedicó a la repostería, fueron famosas sus tortas.

Sin embargo con ese “pedigrí”, solo me ocupé de la cocina cuando dejé el mundo laboral, hoy en día me encanta cocinar, hacer todos esas recetas que me recuerdan esos sabor de los platos que hacía Ia. La cocina se me ha convertido en el lugar de los sabores, de los secretos culinarios, de los suspiros, los ummmm. Y por supuesto, tambien de las sorpresas, de “la magia” de la alquímia de los alimentos, de los colores y de los recuerdos. Es un laboratorio, un refugio, un espacio creativo.

La cocina es el sitio de los “fogones”, donde entran los vegetales, los aceites, las especies, que a través del fuego, con los secretos y las habilidades  de unas personas llamadas cociner@s o “chefs”, se transforman en algo: con colores, texturas, olores, sabores y formas diferentes; en algo comible, en alimento, en substancia, lista para disfrutrar. Cocinar, es el talento de alguien que aprendió a mezclar todo aquello en proporciones y medidas exactas: La pócima, el peso justo, el ingrediente secreto, lo que debe cocinarse a fuego lento, o los grados exactos del horno, los tiempos de cocción, la vista , el olor y al final el placer de escuchar, “me encantó”.

Estas personas expertas en cocinar se les llama “chef”, cocineros , pero tambien existen las cocinaras, invisivilizadas en la industria de los restaurantes. La palabra chef el abreviado del frances “chef de cuisine”, jefe o director de cocina, este término es nuevo en comparación con la ocupación que existe desde la historia del hombre.

Referiéndonos  a la historia, el hombre primitivo lavaba las verduras en agua salada de mar para quitarle el exceso de tierra y de esta forma descubrió que la sal cambiaba el sabor de los alimentos, este hecho le hizo notar que los elementos trasformama el sabor y la textura de los alimentos.Con el paso del tiempo, con el descubrimiento del fuego y su uso como elemento de cocción de los alimentos, el hombre cambió para siempre la manera de ingerir los alimentos.

En el antiguo Imperio Romano, la comida se convirtió en una experiencia de gozo para los comensales. Fueron los Romanos los primeros en realizar festines y banquetes y la cocina, como espacio donde “nacía” la comida, era importante, como importante eran los que preparaban los alimentos y donde se realizaban las comelonas, era el centro del evento. Era la ocasión de introducir nuevos sabores, de elaborar nuevas mezclas de bebidas. Los romanos fueron los primeros en registrar el primer condimento: garum, una especie de salsa salada elaborada con tripas de pescado. Además registraron el primer gourmet: Apicius, quien es conocido por sus escritos sobre la buena comida, las exigencias sobre la preparaciones de los alimentos y sobre la  la decoración de las mesas.

Pero la gastronomía que conocemos hoy, tiene su origen en la Francia medieval, donde, Guillaume Tirel, uno de los primeros grandes cocineros de la historia, pudo marcar la diferencia, en sus platos se mezclaban metódicamente, las salsas y las especies. Todo su conocimiento quedó documentado en un libro llamado “Le viandier”.

Con el “nacimiento” de los chefs, se creó el negocio que servían comida, de esta manera nacieron los restaurantes, que surgió de la palabra francesa “restaurer”, o sea restaurarse descansando y comiendo.

Despues de la Revolución Francesa, Auguste Escoffier, jerarquizó el orden en la cocina, creando un grupo de chefs que fijarían la jerarquía profesional que conocemos hoy dentro de la cocina. Tambien creó el uniforme de trabajo estándar, fijó las primeras normas de higiene y manipulación de alimentos, además formalizó los primeros libros de recetas donde existían técnicas de preparación de platos.

Como nota, no tan aparte, para la mujer le ha sido difícil, el acceder a los puestos jerárquicos de esta industria, la revista “Le chef”, refleja que de los 100 mejores chefs del año 2020, sólo aparecen 5 mujeres: una española, una italiana, una francesa, una de USA y una del reino unido. A pesar que en las escuelas de cocina mas del 50% de los que se graduan son mujeres, solo un 6% ejerce la profesión de chef, a pesar que fueron las mujeres las que "inventaron" la cocina. Seguramente, se graduan para ser excelentes amas de casa, por el hecho de saber gerenciar la cocina, o quizás se dedican mas a la repostería... ¿Uds que opinan?

T.A.F.


 

La mamá de la bomba atómica.


Creo que hay que soltar un poco la mente sobre noticias y comentarios sobre el COVID-19, por supuesto sin descuidarse y cumpliendo con las prevenciones. Así que, esta semana, mis lecturas fueron sobre temas que no tuvieran que ver con pandemia, ni confinamientos, ni nada que se le pareciera.

Una de esas lecturas, que me llamó mucho la atención, fue sobre la relación de las mujeres que han ganado el premio Nobel con respecto a los hombres. La primera mujer ganadora del Nobel fue Marie Curie, quien ganó el de Física en 1903, junto a su marido Pierre Curie y Henry Becquerel, desde entonces solo un 5% de los ganadores han sido mujeres. Muchas mujeres por alguna razón, han dejado de ser reconocidas a pesar de haber tenido méritos para ganárselo, tal es el caso de Lise Meitner: la mamá de la bomba atómica, según el documental trasmitido por la T.V “Señal Colombia”. Lise, fue una científica admirable, que aportó mucho a la física, a la química, como a la creación de la bomba atómica, es tan importante que es la única mujer en tener un elemento en la tabla periódica, nombrado en su honor (el 108 Meitnerio)

Lise Meitner, nace en Viena el 7 de noviembre de 1878 y fallece en Cambridge el 27 de octubre de 1968, fue una científica austriaca investigadora de la radioactividad y la física nuclear y formó parte del equipo que descubrió la fusión nuclear

Sus padres eran judíos, pero ella recibió una educación cristiana protestante pero ya adulta, se bautizaría en la iglesia luterana.

Desde temprana edad se interesó por las matemáticas y la física, por esos años los institutos de enseñanza secundaria superior, llamados Gymnasium, solamente admitían hombres, ella tuvo que estudiar en una escuela municipal de menor rango, para luego presentar un examen de acceso a la universidad. Tras una ardua preparación que contó con la ayuda de su padre, aprobó el examen, Lise, ingresó a la universidad en el año 1901. El plan de estudio tenía la particularidad, que todas las clases la impartía el físico Ludwig Boltzmann y según, fueron sus clases que la atraparon en estas materias científicas y como se trataba de un profesor, que no discriminaba a las mujeres, pudo integrarse y fue él quien logró, que se uniera a su comunidad científica. Lise Meitner estaba muy a gusto y le encantaba el ambiente de la universidad a pesar de ser mujer. En 1906 se convirtió en la segunda mujer que obtenía el título de Doctora en Física en la Universidad de Viena. Al doctorarse, solicitó trabajar con Marie Curie en París, pero no tuvo éxito. En 1907, empezó a trabajar en el Instituto Químico de Berlín, donde conoció a Otto Hahn, que se convirtió en su compañero de investigaciones. Los dos se convirtieron en grandes amigos durante las tres décadas en las que se dedicaron a descubrir los misterios del átomo y la radiactividad. El único problema era que, dado el veto a las mujeres que prevalecía en la universidad, Lise tenía que entrar a escondidas, por una puerta trasera, al sótano del Instituto de Química, donde Otto lo había acondicionado como laboratorio.

Cuando los Nazis llegaron al poder, Lise considerada judía se vio obligada a huir a Suecia. Desde allí continuo su trabajo a través de cartas con Hahn y desde la distancia se dio cuenta que el núcleo del átomo al separarse liberaba energía. 

Ella nunca quiso volver a Alemania. En 1942 le ofrecieron participar en el Proyecto Manhattan para conseguir la bomba atómica, a lo cual se negó bien claro: no quiso tener nada que ver con una bomba  

Lise Meitner fue la científica que descubrió la fusión nuclear junto con Otto Hann, sin embargo, solo Hann fue reconocido con el premio Nobel. Es por ello que es considerada la madre de la bomba atómica y al mismo tiempo fue la única científica que no participó en el proyecto Manhattan.

Su sobrino Otto Frisch fue quien colocó la inscripción en su lápida, “Lise Meitner: una física que nunca perdió su humanidad”

T.A.F.