Creo que hay que soltar un poco la mente sobre noticias y comentarios sobre el COVID-19, por supuesto sin descuidarse y cumpliendo con las prevenciones. Así que, esta semana, mis lecturas fueron sobre temas que no tuvieran que ver con pandemia, ni confinamientos, ni nada que se le pareciera.
Una de esas lecturas, que me llamó mucho la atención, fue sobre la relación de las mujeres que han ganado el premio Nobel con respecto a los hombres. La primera mujer ganadora del Nobel fue Marie Curie, quien ganó el de Física en 1903, junto a su marido Pierre Curie y Henry Becquerel, desde entonces solo un 5% de los ganadores han sido mujeres. Muchas mujeres por alguna razón, han dejado de ser reconocidas a pesar de haber tenido méritos para ganárselo, tal es el caso de Lise Meitner: la mamá de la bomba atómica, según el documental trasmitido por la T.V “Señal Colombia”. Lise, fue una científica admirable, que aportó mucho a la física, a la química, como a la creación de la bomba atómica, es tan importante que es la única mujer en tener un elemento en la tabla periódica, nombrado en su honor (el 108 Meitnerio)
Lise Meitner, nace en Viena el 7 de noviembre de 1878 y fallece en Cambridge el 27 de octubre de 1968, fue una científica austriaca investigadora de la radioactividad y la física nuclear y formó parte del equipo que descubrió la fusión nuclear
Sus padres eran judíos, pero ella recibió una educación cristiana protestante pero ya adulta, se bautizaría en la iglesia luterana.
Desde temprana edad se interesó por las matemáticas y la física, por esos años los institutos de enseñanza secundaria superior, llamados Gymnasium, solamente admitían hombres, ella tuvo que estudiar en una escuela municipal de menor rango, para luego presentar un examen de acceso a la universidad. Tras una ardua preparación que contó con la ayuda de su padre, aprobó el examen, Lise, ingresó a la universidad en el año 1901. El plan de estudio tenía la particularidad, que todas las clases la impartía el físico Ludwig Boltzmann y según, fueron sus clases que la atraparon en estas materias científicas y como se trataba de un profesor, que no discriminaba a las mujeres, pudo integrarse y fue él quien logró, que se uniera a su comunidad científica. Lise Meitner estaba muy a gusto y le encantaba el ambiente de la universidad a pesar de ser mujer. En 1906 se convirtió en la segunda mujer que obtenía el título de Doctora en Física en la Universidad de Viena. Al doctorarse, solicitó trabajar con Marie Curie en París, pero no tuvo éxito. En 1907, empezó a trabajar en el Instituto Químico de Berlín, donde conoció a Otto Hahn, que se convirtió en su compañero de investigaciones. Los dos se convirtieron en grandes amigos durante las tres décadas en las que se dedicaron a descubrir los misterios del átomo y la radiactividad. El único problema era que, dado el veto a las mujeres que prevalecía en la universidad, Lise tenía que entrar a escondidas, por una puerta trasera, al sótano del Instituto de Química, donde Otto lo había acondicionado como laboratorio.
Cuando los Nazis llegaron al poder, Lise considerada judía se vio obligada a huir a Suecia. Desde allí continuo su trabajo a través de cartas con Hahn y desde la distancia se dio cuenta que el núcleo del átomo al separarse liberaba energía.
Ella nunca quiso volver a Alemania. En 1942 le ofrecieron participar en el Proyecto Manhattan para conseguir la bomba atómica, a lo cual se negó bien claro: no quiso tener nada que ver con una bomba
Lise Meitner fue la científica que descubrió la fusión nuclear junto con Otto Hann, sin embargo, solo Hann fue reconocido con el premio Nobel. Es por ello que es considerada la madre de la bomba atómica y al mismo tiempo fue la única científica que no participó en el proyecto Manhattan.
Su sobrino Otto Frisch fue quien colocó la inscripción en su lápida, “Lise Meitner: una física que nunca perdió su humanidad”
T.A.F.