Mónika, la vengadora.

  

El 9 de octubre pasado, la prensa escrita  y  los noticieros, recordaban el aniversario de la muerte del “Che” Guevara, detrás del personaje existen muchas historias, en esta entrada merefiero a una  de  ellas,  que quizás muchos no la conozcan y otros no la recuerden.

El 1 de abril del abril de 1971, aproximadamente a las 9:30 a.m., una mujer, vestida elegantemente entra a las oficinas del consulado de Bolivia, en la ciudad de Hamburgo, Alemania, donde tenía una cita con el cónsul boliviano Roberto Quintanilla, quien era la persona que le había dado el tiro de gracia al “Che” Guevara, la mujer, espera pacientemente ser atendida.  

El cónsul, aparece en la oficina, saluda a la bella mujer, quien dice ser australiana y que días antes le había pedido una cita.

Se encuentran frente a frente, la mujer lo mira fijamente a los ojos, al mismo tiempo que extrae un revolver de su cartera y hace tres disparos, los cuales dieron en el blanco, en su huida, deja una peluca y un trozo de papel con una nota: “Victoria o muerte. ELN” 

El padre de Monika, Hans Ertl, fue el fotógrafo de Adolfo Hitler, a pesar de no pertenecer al partido nazi. Cuando cayó el régimen, Hans, emigró junto a su familia, para Latinoamérica, primero a Chile donde tuvieron una breve estancia y en marzo de 1950 la familia Ertl, llegó a Bolivia. El año siguiente se establecieron en tierras de la Chiquitania, una propiedad llamada “La Dolorita”, donde la familia comenzará una nueva vida.   

Hans realizó en Bolivia varios filmes y trasmitió a Mónika la pasión por la fotografía, a lo cual se dedicó. Mónika se crio dentro un círculo muy cerrado formado por su familia y “El tío Klaus”, un empresario alemán y ex jefe de la Gestapo en Lyon, Francia.

Monika se casó con otro alemán en La Paz y vivió en las minas de cobre en el norte de Chile, pero, luego de diez años, su matrimonio fracasó y ella se convirtió en una activista politica, que apoyó causas nobles. Entre otras cosas ayudó a fundar un hogar para huérfanos en La Paz, ahora convertido en hospital. En octubre de 1967, la muerte de Ernesto Guevara en Bolivia, fue el episodio, que la llevó a consolidar sus ideales, a partir de allí la relación padre e hija fue difícil, al punto que su padre la echó de la granja muy a su pesar.

Para Monika todo cambió con la muerte del Che Guevara.

Durante los cuatro años que permaneció en el campamento de la guerrilla, escribió a su padre, solamente una vez por año, para decir textualmente “no se preocupen por mi… estoy bien”. Lamentablemente, nunca más la volvió a ver; ni viva, ni muerta.

Mónika, en el año 1971, cruza el Atlántico y vuelve a su natal Alemania, y en Hamburgo ejecuta su plan.

Después, comenzaría una cacería que atravesó países y que solo tocó fin, cuando Monika cayó muerta el 12 de mayo de 1973, en una emboscada. Su padre, siguió, filmando documentales en Bolivia, donde murió a los 92 años.

En un cementerio de La Paz, se dice que descansan “simbólicamente” los restos de Mónika Ertl.

En realidad, nunca le fueron entregados los restos a su padre. Sus reclamos fueron ignorados por las autoridades. Estos permanecen en algún sitio desconocido de Bolivia. Yacen, quizás, en una fosa común, sin una cruz y sin un nombre.

T.A.F.