Katherine Johnson, la heroína de la NASA.


Esta semana pasada estuve leyendo un reportaje que realizó una periodista, sobre la importancia que tuvieron las mujeres en la “llegada del hombre a la luna”. Sobre todo, de tres mujeres, afroamericana que trabajaron en la Nasa, entre las cuales se encontraba, una brillante científica llamada Katherine Johnson.

Katherine, quien nació, en White Sulphur Springs, Virginia Occidental el 16 de agosto de 1918, cuentan que desde muy pequeña fue muy curiosa y brillante lo que le permitió sobresalir como estudiante.

A los trece años, asistía a la escuela secundaria en el campus del históricamente negro “West Virginia State College”. A los dieciocho años, se matriculó en la misma universidad, donde hizo un rápido trabajo en el plan de estudios de matemáticas de la escuela y el profesor de matemáticas WW Schieffelin Claytor fue su mentor, quien fue el tercer afroamericano en obtener un doctorado en Matemáticas. 

Cuando en 1939, Katherine, decidió ingresar a su posgrado el presidente del Estado de Virginia Occidental, el Dr. John W. Davis, seleccionó a Katherine y dos estudiantes varones como los primeros estudiantes negros en ofrecer plazas en la escuela insignia del estado, la Universidad de West Virginia. 

Katherine dejó su trabajo docente y se inscribió en el programa de matemáticas para graduados. Sin embargo, al final de la primera sesión, decidió abandonar la escuela para casarse y formar una familia con su esposo.

Ambos se mudaron a Newport News y ella comenzó a trabajar en Langley en el verano de 1953, donde la asignaron a un proyecto en la sección de “Maniobras de Carga del Vuelo de la División de Investigación”, lamentablemente, su esposo murió de cáncer en diciembre de 1956. 

En 1960, ella y el ingeniero Ted Skopinski fueron coautores de un informe que determinan las ecuaciones que describen un vuelo espacial orbital en el que se especifica la posición de aterrizaje de la nave espacial. Era la primera vez que una mujer de la División de Investigación de Vuelo recibía crédito como autora de un informe de investigación.

Ella hizo un análisis de trayectoria para la misión “Freedom 7” de Alan Shepard en mayo de 1961, el primer vuelo espacial humano de Estados Unidos. 

Katherine fue llamada a hacer el trabajo por el que sería más conocida. La complejidad del vuelo orbital había requerido la construcción de una red mundial de comunicaciones, conectando las estaciones de seguimiento de todo el mundo con las computadoras de IBM en Washington, DC, Cabo Cañaveral y Bermuda.

Se retiró en 1986, después de treinta y tres años en Langley. En 2015, a los 97 años, Katherine agregó otro logro extraordinario a su larga lista: el presidente, Barack Obama le otorgó la Medalla de la Libertad Presidencial, el más alto honor civil de los Estados Unidos.

Falleció en una casa de retiro en Newport News el 24 de febrero de 2020, a la edad de 101 años. Después de su muerte, Jim Bridenstine, administrador de la NASA, la describió como «una heroína estadounidense» y declaró que “su legado pionero nunca será olvidado”.

T.A.F.