El ajedrez ha sido históricamente un deporte dominado por hombres, pero las mujeres han dado una batalla importante por la igualdad de derechos durante estos dos últimos siglos, y el ajedrez no está exento de este modelo. Aunque el ajedrez femenino ha crecido en popularidad, aún queda mucho trabajo que hacer para lograr la igualdad.
Por ejemplo, sólo el 2% del total de “Grandes Maestros” del mundo son mujeres, al mismo tiempo que, en promedio, sólo representan el 11% de los jugadores en torneos mixtos.
Sólo una mujer ha conseguido figurar entre los diez mejores jugadores del mundo, la húngara Judit Polgár, quien logró esta hazaña en enero de 1996. Actualmente sólo hay una mujer entre los cien mejores ajedrecistas. Se trata de la china Hou Yifan, que ocupa el puesto °75 en el ranking global.
Pero esta húngara nacida en Budapest el 23 de julio de 1976, madre de Oliver y de Hanna, es un genio del ataque sobre el tablero.
Judit fue pionera en hacer entender que el género no es ni dominante, ni débil. Y lo hizo cuando hablar de patriarcado, machismo, no estaba siquiera en el horizonte.
“Cuando yo tenía 8 o 9 años, era difícil aceptar y tolerar para los varones adultos que les hiciera pasar un mal rato, incluso posiblemente ganarles. Ellos decían que estaban enfermos o que tenían un mal día. Que yo había tenido suerte. A veces mis contrincantes no me daban la mano o incluso apartaban las piezas con bronca”. “Por ser mujer, tuve que demostrar que pertenecía a la elite muchas más veces que si hubiera sido un chico. Pero para mí fue algo muy natural jugar contra los hombres. Era más antinatural jugar solo contra mujeres” dice hoy con 47 años.
Parece demasiado lejano, pero hace tres años el mundo vivió un aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus. Había que cuidarse de lo desconocido y mortal, mientras la ciencia trabajaba en busca de vacunas e intentando que no se agravara el estado sanitario de los contagiados. Demasiada muerte hubo como para banalizar lo que sucedió, porque mucho dolor aún está cicatrizando.
El ajedrez fue un vehículo monumental de comunicación y diversión entre millones de personas que gracias a las plataformas online encontraron el lenguaje del “juego-ciencia” como código en común. Y así lo valora Judit Polgár: “Fue maravilloso para el ajedrez que el juego se pudiera seguir competitivamente durante el aislamiento. Tuve tiempo para seguirlo, lo que fue agradable para mí”.
Claro que otro fenómeno paralelo potenció aún más el auge del ajedrez: “Gambito de Dama” producida por Netflix y con la inolvidable Beth Harmon personificada por Anya Taylor-Joy.
“Fue muy agradable ver que tuvo tanto éxito. Significa que el ajedrez en sí mismo puede ser muy entretenido e interesante para mucha gente, no sólo para la comunidad ajedrecística”, comento Judit.
T.A.F.