En medio de este aislamiento en que nos mantiene el Covid-19, las redes sociales, en especial Instagram, la cual se ha convertido en una promocionadora de cientos de nuevos emprendimientos, lo cual aplaudo, porque se ve que este enclaustro no encierra a la imaginación. Sin embargo, una cosa es emprender un nuevo negocio o actividad y otra cosa es gestionarlos eficientemente, manteniéndolos en el tiempo, lo cual no es nada fácil, se necesita mucho esfuerzo y constancia.
Leemos casi a diario, como la tasa de fracaso, según indican expertos en el tema de los emprendimientos y negocios es bastante alta, el 80% de los nuevos emprendimientos no llegan a durar los cinco años, según la CEPAL “en los países subdesarrollados entre un 50% y un 70% dejan de existir durante los primeros tres años”, en México “el 75% de las nuevas empresas deben cerrar operaciones apenas después de dos años”. Se teoriza y se dan muchos argumentos, algunos dicen que es la falta de financiamiento, otros hablan de los entornos cambiantes y la no adaptación a ellos. Yo soy de las que cree, como muchos, que tiene que ver más bien con el desconocimiento al ejercer la gerencia. La gran pregunta sería, ¿cómo ser un gerente competente?
Hace al algunos años, en mis años de dependencia laboral, asistí a un seminario dictado por unos consultores mexicanos, justamente sobre ese tema “Como evitar la incompetencia gerencial”. Se trataba sobre un modelo gerencial desarrollado por Adizes, llamado el modelo del PAEI. Según este modelo, toda organización se inicia, crece, se desarrolla y va prosperando de acuerdo a su ciclo natural, enfrentando problemas diferentes en cada etapa. Conocer en qué punto de su ciclo de vida se encuentra la organización es necesario para su éxito.
Este modelo plantea que existen cuatro estilos de razonamiento gerencial central; El productor, el administrador, el emprendedor y el integrador. Es casi imposible encontrar un individuo que domine completamente mas de dos estilos, siempre tendrá uno mas desarrollado.
El productor: es un individuo con empuje, impaciente, activo, siempre ocupado, va siempre directo al grano, no tiene tiempo para reuniones.
El administrador: Preocupado porque los planes se cumplan al pie de la letra, es una persona minuciosa, que crea los procedimientos para que las cosas se hagan de forma “correcta”. Prefiere que las cosas se hagan lentas, pero con cuidado, le atraen las tareas que requieren pensamiento sistémico y precisión, como contabilidad.
El emprendedor: Es una persona de ideas, es un visionario, conduce a los demás con sus sueños, para el éxito requiere creatividad y riesgo, es un generador de proyectos.
El integrador: Tiene una inclinación por la gente, valora la armonía social, son conciliadores. Son agradables, simpáticos. Prefieren trabajar por consenso en lugar de adoptar una posición firme contra los demás. Les atraen las ocupaciones orientadas hacia la gente, como Recursos Humanos.
Ahora bien, dependiendo en que momento de su desarrollo se encuentra la organización, necesita un gerente, con el estilo y el pensamiento adaptado a ese momento. Por ejemplo, si nos fijamos en las características del productor, difícilmente inicia un negocio, sin embargo, para un emprendedor se le haría fácil, pero cuando el negocio empieza a crecer, cuando hay que organizarse que deben existir procedimientos, empieza el emprendedor a fallar, porque lo más seguro es que siga generando proyectos y descuida la administración que en ese momento es lo importante. Lo más sano que plantea Adizes, es dejarse asesorar por el que tenga el estilo y el pensamiento que más se adapte al momento que está viviendo la empresa.
T.A.F.