Kate Sheppard, la sufragista.



El 19 de septiembre de 1893, Nueva Zelanda escribía uno de los episodios más importantes de la historia del feminismo. Se aprobaba la ley que permitía a las mujeres votar, convirtiendo a ese país de Oceanía en el primero en la historia en conceder esta ley esencial a la mitad de su ciudadanía. Kate Sheppard fue la mujer que abanderó la lucha y se convirtió en todo un símbolo del feminismo. 

Catherine Wilson Malcom no era neozelandesa de nacimiento, había nacido en la ciudad inglesa de Liverpool el 10 de marzo de 1847, aunque tampoco vivió allí demasiado tiempo, pues su infancia y adolescencia transcurrieron en Londres, Nairn y Dublín. Kate recibió una buena educación y se sintió siempre muy cercana al socialismo cristiano. En 1868, seis años después de la muerte de su padre, su madre decidió emigrar a Nueva Zelanda con sus cuatro hijos. Instalados en Christchurch, Kate se casó con un empresario en 1871 con el que tendría un solo hijo, Douglas. 

En aquella época, Kate se centró en su vida familiar y en labores sociales relacionadas con la iglesia local. En 1885, tras la visita de la norteamericana Mary Leavitt a Christchurch, miembro de la organización Woman's Christian Temperance Union (WCTU), se embarcó con otras mujeres en la creación de esa misma organización contra el alcoholismo en Nueva Zelanda. Desde la WCTU, Kate se dio cuenta de la necesidad de ampliar los derechos civiles a las mujeres para poder tomar decisiones importantes relacionadas con el matrimonio, la situación legal y económica de las mujeres o su educación. Si podían votar, podrían tener voz en el Parlamento y cambiar las cosas. Así que pronto la WCTU se puso manos a la obra para reivindicar el sufragio femenino. 

Kate Sheppard trabajó de manera incansable dando discursos y escribiendo en distintas publicaciones para concienciar a la población. En 1891 consiguieron llevar por primera vez su demanda al Parlamento sin éxito. Pero solamente dos años después, y con más de treinta y dos mil firmas bajo el brazo, las sufragistas, con Kate Sheppard a la cabeza, consiguieron el derecho al voto para las mujeres mayores de veintiún años. 

Tras conseguir semejante victoria, Kate no abandonó la arena pública. Continuó trabajando para mejorar la situación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad y viajó por distintos países para dar cuenta de su logro a las muchas organizaciones feministas que en aquellos últimos años del siglo XIX estaban empezando a alzar la voz en todo el planeta. 

Sin embargo, a principios del siglo XX, su salud empezó a verse deteriorada y tuvo que ir reduciendo sus viajes y apariciones públicas. Las desgracias personales tampoco ayudaron a mantener el ánimo en una mujer que en poco tiempo perdió a prácticamente todos sus seres queridos. Primero su marido, después su hijo y años después su nieta. Tras quedar viuda, volvió a casarse en 1925 para perder de nuevo a su pareja en poco más de cuatro años. 

El 13 de junio de 1934, fallecía en Christchurch, su patria de adopción, a los ochenta y seis años de edad.

T.A.F.


 

 


Cleopatra.


 

Están pasando en Netflix, una serie que tiene que ver con la vida de la reina Cleopatra, a partir de este hecho, surgieron una serie de protestas e incluso una demanda por parte de Egipto contra Netflix, con el argumento que se falsea mucho el libreto.

El organismo gubernamental del patrimonio de esa nación, el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, alegó que, esta serie era una “falsificación de la historia egipcia”.

Inclusive un abogado de dicho país inició una demanda para cerrar el servicio de streaming en Egipto.

La historia de Cleopatra tiene algo que no podemos negar, fue una formidable reina del antiguo Egipto y formó parte de la última dinastía griega Macedonia creada por Alejandro Magno. Además, su fama fue inmortalizada e impulsada por los relatos de Shakespeare y las películas de Hollywood.

Cleopatra nació alrededor del 69 a.C. en Egipto. Su nombre, es de origen griego y significa "grande como el padre".

Su padre fue el faraón Ptolomeo XII, quien pertenecía a una línea de monarcas de la dinastía ptolemaica iniciada en el año 332 a.C.

Cleopatra vivió en una época muy alfabetizada y sus acciones habían influido en la formación del Imperio Romano; su historia no podía ser olvidada. Octavio, el futuro emperador Augusto estaba decidido a que la historia de Roma se registrara de una manera que confirmara su derecho a gobernar. Para lograrlo, publicó su propia autobiografía y censuró los registros oficiales de Roma. Como Cleopatra había jugado un papel clave en su lucha por el poder, su historia se conservó como parte integral de la de él. Pero se redujo a solo dos episodios: sus relaciones con Julio César y Marco Antonio. Despojando a Cleopatra, de toda validez política, pasando a ser recordada como una mujer extranjera que tentaba a los hombres romanos honrados. Como tal, se convirtió en una enemiga útil para Octavio, quien prefería ser recordado por luchar contra los extranjeros en lugar de contra sus compañeros romanos.

Esta versión romana oficial de una Cleopatra pasó a la cultura occidental, donde fue contada, hasta convertirse en la historia de una mujer malvada que se resarció con una muerte honorable. Mientras tanto que, los eruditos musulmanes, que escribieron después de la conquista árabe de Egipto, desarrollaron su propia versión de la reina. Su Cleopatra era ante todo una erudita y científica, una filósofa y una química talentosa. Fue una mujer muy inteligente. Gobernó durante más de 20 años y logró eludir el dominio romano sobre Egipto, algo que de alguna manera fue una amenaza durante todo su reinado. Además, recibió una nación de su padre que estaba en la pobreza y la llevó a recuperarse económicamente.

No era esa mujer seductora y glamorosa que parece gustarle tanto a los directores de cine.

No existe evidencia de que tuviera más de dos parejas: Julio César, a quien le fue fiel hasta su muerte y Marco Antonio.

Cleopatra, según, rodeada de suntuosas perlas, oro y plata e innumerables tesoros egipcios se suicido el 12 de agosto del 30 a.C.

Cuando murió Cleopatra tenia 39 años.

Se supone que los cuerpos de Marco Antonio y Cleopatra fueron cremados, que era la costumbre de los Romanos. Los arqueólogos nunca han encontrado sus restos.

T.A.F.


 


¡Felicitaciones a todas las madres!

 


Todos los años cuando empieza  el mes de mayo, en Venezuela se comienzan los preparativos para la celebración del “Día de la Madre”, esto se nota en todos los ambientes sobre todo en los centros comerciales, donde se preparan eventos y se ofrecen grandes ofertas en regalos especiales, para las madres,  visité dos centros comerciales y en casi todos las tiendas tenían “ofertas” en regalos para las madres; en las vidriaras se veían flores, cajas de chocolates,  zapatos, pantalones, vestidos etc...esto ha sido así históricamente en Venezuela para esta fecha y que nos guste o no este día dedicado a la madre se convierte en un día de consumo y netamente mercantilista, donde se nota claramente toda una estrategia de mercadeo comercial.

Sin embargo, este día, creo de de alguna forma y a pesar del hecho mercantilista, nos hace reflexionar a través del tiempo, sobre el valor de la maternidad y le ha dado paso a “montañas” de escritos con experiencias, reportajes, testimonios e historias de madres.

El origen de este día, lo podemos encontrar en el Siglo XVII, en Inglaterra. En ese tiempo, había un domingo al año, denominado “Domingo de la Madre”,  donde a  los siervos y a los empleados se les daba el día libre, por que para ese entonces se trabajaba hasta los  domingos, para que fueran a visitar a sus madres.

Algunos colonos ingleses en Estados Unidos conservaron esta tradición, en 1870, la poetisa y activista Julia Ward Howe escribió la “Proclamación del Día de la Madre”,  donde hacia un apasionado llamado a la paz y al desarme, pero tras varias fiestas realizadas en Boston, ese pacifista “Día de la Madre” cayó en el olvido.

El 12 de mayo de 1907, Ana Jarvis conmemoró el fallecimiento de su madre y para hacerlo, organizó un “Día de la Madre”. A partir de de entonces se fue extendiendo a todo el territorio de los Estados Unidos.

En el año 1914, el presidente Woodrow Wilson declaró el “Día de la Madre” el segundo domingo de Mayo en Estados Unidos, esa celebración fue extendiéndose a otros países, hasta el día de hoy.

En nuestro país se estableció el primer "Día de las tres Madres" el 24 de mayo de 1921 en Valencia, creado por el Dr. Jesús María Arcay Smith, quien presidía la asociación "Caridad y Concordia",  logró la oficialización de ese día, por el Concejo Legislativo.

Después, 82 Concejos Municipales de Venezuela, decretaron igualmente esta celebración, tres años después,  El Congreso Nacional promulga una ley, en el año de 1924, donde decretaba la celebración de este día en todo el territorio nacional “El día de las Tres Madres”.

Luego con el pasar de los años poco a poco esta costumbre fue adaptándose a las festividades internacionales, perdiendo su nombre original y hoy  se conoce como el "Día de la Madre".

T.A.F.

 

El tai chi chuan.




Ya en otra oportunidad me he referido a este tema, hoy voy otra vez a escribir sobre él, ya que el pasado jueves 27 de abril se celebró mundialmente el día del tai chi o taichí chuan en chino, literalmente “supremo puño definitivo”.

Yo cumplo casi cinco años, desde que empecé a practicarlo, recuerdo que al salir en las tardes a caminar, en el parque frente a la casa, siempre se encontraban un grupo de personas, haciendo unos movimientos tan armónicos con gran destreza y elegancia, que me llamaron la atención, con el tiempo me enteré que dichos movimientos tienen que ver con la semejanza, entre la lucha de una serpiente y una grulla blanca o garza.

Después informándome mas, resulta, que es un arte marcial practicado por millones de personas diariamente en el mundo. En la República Popular China el taichí es una actividad muy popular, en los parques de las ciudades se puede observar por las mañanas a miles de personas ejercitando sus movimientos lentos y fluidos. Desde entonces los he acompañado en esta actividad.

En tiempos más recientes al tai chi, se le considera cada vez más como una práctica físico-espiritual, para mejorar la calidad de vida, tanto física como mental. La mayoría lo practica principalmente por razones de salud, como ejercicio de relajación o para fines de meditación. En China se ha difundido el taichí chuan, como deporte de competición. Solo una pequeña parte de los adeptos lo practica, principalmente los jóvenes, para fines de autodefensa o como estilo de vida.

A diferencia de otros deportes de combate, no existe un sistema de grados estandarizado, y no todas las escuelas establecen un sistema de cinturones, como lo son por ejemplo, los de colores en el Karate y el judo. Tampoco existe una vestimenta estandarizada para los practicantes, aunque es usual llevar zapatos de suela plana y delgada, así como ropa liviana y cómoda.

El 17 de diciembre del año 2020 la UNESCO incluyó la práctica del taichí chuan, de forma oficial, en el listado de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

T.A.F.