Las medias azules.
Las medias azules.
Aunque ustedes no lo crean, la inteligencia de la mujer ha sido negada a lo largo de lo siglos. La frase “mujer tienes que ser” que se utiliza en el mundo actual, siempre se ha utilizado a lo largo de la historia. Cualquiera podía ridiculizar a la mujer que, se saliera de la norma establecida. Es por ello que muchas mujeres que se interesaban por la literatura u otros ámbitos intelectuales eran injuriadas. Pero, también hubo excepciones. En el siglo XVIII surgió una sociedad que, le daba espacio y favorecía el desarrollo de la intelectualidad de éstas mujeres como ellas quisieran. Esta sociedad, denominada “Medias Azules”, nació en la Inglaterra del siglo XVIII y gracias a dicha sociedad, desarrollar la inteligencia femenina no se consideró indecente.
Las “Medias Azules” se fundó en 1750, por la escritora Elizabeth Montagu, quien durante su vida había sufrido diferencias con respecto a sus hermanos. Siempre había tenido más restricciones. Lo cual para la época era algo habitual.
Elizabeth, invirtió la gran fortuna que le había dejado su difunto esposo, en organizar un salón literario, en Hill Street, donde reunía a muchos intelectuales. En un principio, a estas reuniones acudían tanto hombres como mujeres pero no fueron nada convencionales. En la mayoría de estos encuentros, las mujeres y los hombres estaban separados. Mientras ellas chismorreaban, de los últimos brocados, los hombres discutían sobre temas como: la política o la poesía.
Todos se reunían y tomaban té, participando en las diferentes discusiones, sin importar su género o su nivel social. Solo importaba su nombre y como único requisito que se exigía para acudir a sus reuniones, era vestir un atuendo de lana azul. Así, no había problemas de clase y las veladas eran más igualitarias.
Pero el uso de este color no era casual. Y según se cuenta, en cierto momento fue invitado a participar en estas reuniones, un famoso botánico traductor.
Se trataba de Benjamín Stillingfleet, quien por no tener tiempo de ir a su casa, se presenta en la reunión con la misma vestimenta que uso durante el día para trabajar, vestido de estambre azul y con medias hechas en seda y a pesar de su indumentaria fue igualmente recibido con los brazos abiertos en la reunión.
Parece haber pocas dudas de que este apodo surgió de las medias azules que Benjamín usaba habitualmente en estas asambleas y como sus conversaciones en esta reuniones, siempre eran muy animadas. De allí que a Elizabeth se le ocurrió lo de las “medias azules”.
T.A.F.