Las mujeres del cacao.


Si bien es verdad, que el cacao es originario de Suramérica, fueron los aztecas en México, quienes comenzaron a procesarlo convirtiéndolo en bebida y le daban el nombre de “alimento de los dioses”.

Cuando los españoles llegaron a Venezuela ya se encontraba el cacao extendido en diversas regiones del país. Las primeras plantaciones se asentaron en el año de 1600 en el Estado Trujillo, ya que de allí lo enviaban a través del Lago de Maracaibo a España.

dando origen, a mediados de 1730, a la Compañía Guipuzcoana, fecha en que llegaron a la Guaira los primeros dos barcos de dicha compañía, la cual garantizaría el envió del cacao a España, sin ser desviado como contrabando a Curazao.

En la historia del cacao en Venezuela la mujer siempre ha liderizado ese mundo, en la cosecha, en la recolección y en la comercialización de todos sus derivados. Ellas conocen las siembras, la producción, los tiempos de cosecha…

En la actualidad en Venezuela existen más de 1.500 mujeres emprendedoras, que viven de los derivados del cacao. Muchas trabajan desde sus casas. Otras se convirtieron en profesoras del Diplomado para la Gerencia del Cacao y el Chocolate, el cual agrupa los conocimientos de productores, hacedores de chocolate, investigadores, científicos y docentes.

No puedo pasar la ocasión para hablar de dos mujeres emprendedoras, se trata de Soraya El Achkar y de Esther Rojas, socias de la marca Cakawa, para fabricar bombones, ellas comenzaron a fundir chocolate en sus casas. Luego, de un corto tiempo, viajaron a Italia con el fin de aprender nuevas técnicas, la utilización de maquinarias y a perfeccionar el concepto de “Bean to Bar” concepto utilizado en Norteamérica y que se refiere a la forma artesanal, pero refinada de hacer chocolate en barras, su traducción textual es “del grano a la barra”, por supuesto de chocolate.

En 2017, crearon un laboratorio en Caracas, con todo lo necesario para elaborar sus productos, luego se les unió una maestra chocolatera, para agosto del 2019, comenzaron a comercializar sus productos. Sus productos son cuidadosamente elaborados para que sus tabletas mantengan el aroma y el sabor del grano original, proponiéndose, siempre mantener el conchado y el tostado requerido.   

En este momento poseen cinco propuestas:

La Bahía, a base de cacao Patanemo (66%), con notas de café, madera, frutas tropicales, tabaco y especies.

San Juan, con cacao de Barlovento (71%) y sobresale por sus notas a pasas, papelón, uva de playa, plátano y ligeros tonos de tabaco.

Península, con cacao de Río Caribe (73%) y resaltan notas de maní, nueces, panela, flores, malta, aromas a frutas y suaves sabores a tierra.

Delta, con cacao Sur del Lago (75%), con notas almendradas, tostado papelón, malta y pasas.

Y la quinta tableta, está elaborada con cacao de Barinas (71%), con notas a frutas rojas y dejos de nuez moscada y miel, es reserva privada, edición limitada, y viene numerada.

En Cakawa hay otros productos, bombonería fina donde emplean frutas tropicales, frutos secos, licores y especies. Todos elaborados con cacao de Barlovento.

Gracias a mi amigo Hernán, por la sugerencia para esta entrada del blog.

T.A.F. 


 

 

7 años.

 

Hace siete años, veía por la televisión española, un programa interesantísimo, que lo protagonizaba un escritor y científico, de origen español llamado Eduardo Punset, en una de sus participaciones en su programa, decía que no existe una forma de detener el envejecimiento, pero si existe una forma de mantenerse “joven”: ejercitando el cuerpo y la memoria.

Fue una frase que me hizo meditar, porque caí, en cuenta de una realidad, empezaba a envejecer, así que si quería mantenerme joven debía ejercitar el cuerpo, actividad que ya hacia desde hace mucho tiempo, pero, me faltaba ejercitar la mente, el mismo Punset me dio la respuesta por Google, tenia que leer y sobre todo escribir, actividad que en verdad no se me había ocurrido. Así que empecé a investigar como escribir y me topé con que estaban de moda los blogs y me encontré muchos escritos por mujeres, sobre todo de temas específicos, como cocina, moda, belleza, maternidad, decoración, solo que eran monotemáticos, por tanto, pensé, que, si intentaba hacer uno, sería interesante que abarcara temas que tuvieran que ver, con los acontecimientos que de alguna forma me impresionaran de lo que pasaba a mi alrededor. Conociendo mas sobre el empezar a ser bloguera, me encontré que, el promedio de vida en aquel entonces era seis meses, lo cual no me servía si lo que quería era mantenerme activa intelectualmente.

Así que lo empecé con la intención de que durara mucho tiempo, al principio me costó mucho, así que tuve que copiarme un articulo de Punset, sobre “El cerebro sofisticado”, para mi primera entrada, pero no me parecía honesto conmigo mismo, pues no estaba ejercitando mi mente, así que ya para la segunda que fue a los dos días después, escribí una entrada de mi autoría, y desde allí le cogí gusto a escribir mis entrada, luego me di cuenta que podía  planificarlas con anticipación por lo menos cuatro al mes, empecé a utilizar el mismo modelo y tamaño de letra, cada año cambio la portada del blog, ya van siete y a punta de pruebas y errores he tenido siete años de aprendizajes, de muchas horas frente al computador pero de muchas satisfacciones, me he visto obligada a leer, a investigar, a comunicarme. Si existe algo que tengo que destacar, de estos siete años, es la necesidad que me he creado de bloguear, que tengo un instrumento que me ha permitido expresarme, escribir mis pensamientos, mis ideas. Y Algo que no puedo olvidar, el blog ha sido uno de mi salvavida mental durante la pandemia.

Hasta el momento he escrito 272 entradas, Además tengo la satisfacción de contar, que las entradas han tenido más de 49.000 visitas y lo que más me impresiona es que, lo leen no solo en Venezuela, sino también en Colombia, Alemania, EEUU, Australia, México, Argentina, España y hasta en Rusia, esta información me la da las estadísticas del blog.

Gracias a todos los que siempre me han seguido. Bienvenidos los nuevos. Aquí seguiremos.

T.A.F.


    

 

Matriuskas

 


Por estos días, la palabra más nombrada en las redes sociales es Rusia, ustedes todos conocen las razones, así si que no voy a entrar en detalles, sin embargo, todo esto me recordó, que cuando pequeña me regalaron unas muñequitas, que eran huecas, muy livianas que en su interior guardaban versiones de si mismas, pero cada vez más pequeñas, se llamaban comúnmente muñecas rusas, supuestamente por su lugar de origen, estas artesanías tradicionales, en realidad se llaman  matrioska, que es el diminutivo del nombre de mujer “Матрёшка”, que significa “pequeña matrona” y se le llama de esa manera para definir la madre que tiene sus hijas dentro.

Se elaboran con madera de tilo y el proceso no es sencillo. Los árboles se cortan en abril, es necesario un secado de casi dos años y después se trabaja el material con mucha destreza. Los cinceles y el torno son herramientas básicas en la construcción de estos objetos. La madera del tilo es blanquecina. Los tonos más oscuros se obtienen después de un tratamiento de aceites y resinas que van a prolongar la vida de estos souvenirs

Como datos curiosos, les cuento que, estas muñecas, además, están cuidadosamente adornadas con pinturas al óleo y colores muy llamativos, normalmente no tienen más de veinte réplicas, pero, el récord de matrioska, lo ostenta, una con cincuenta y una pieza. Este set de matrioska, una dentro de otra, fue realizado y decorado por la rusa Youlia Bereznitskaia. La de más altura mide 53,97 cm y el más pequeño 0,31 cm de altura, se terminó de realizar el 25 de abril de 2003. Al poner en línea una detrás de otra, todas las cincuenta y una muñecas, miden 3,5 m de largo

Una matrioska es, probablemente, el “souvenir” más conocido de Rusia y el objeto más deseado por los turistas.

Nos sorprende también, que esta muñeca tan representativa de la cultura rusa, no es tan antigua como parece. La mayoría de la información que encontré data su origen en 1890, se cree que fue llevada a Rusia por Savva Mámontov, un gran comerciante y mecenas de arte en la historia de Moscú, heredero de la compañía de ferrocarriles de su padre. Según muchas fuentes, él y su esposa encontraron en una exposición de arte en Japón un conjunto de muñecas de madera que simbolizaban los siete dioses de la fortuna japoneses, y se les ocurrió una idea, que se podría hacer algo parecido, con un carácter mas ruso. Y le llevó este planteamiento a un pintor muy conocido en esa época, Serguéi Maliutin, quien se puso en contacto con un carpintero llamado Vasili Zviodochkin y juntos crearon la primera Matrioska rusa.

Todos, me imagino alguna vez hemos tenido estas muñecas, por cierto, la mía, la que les conté al comienzo de la entrada, me duró hasta que se me ocurrió  prestársela a mi nieto, para que jugara.

T.A.F 

 

Las trece rosas rojas.

 


Esta semana llegó a mis manos, un libro de un periodista español, llamado Carlos Fonseca, el cual fue escrito basándose en las cartas, que escribieron y los testimonios de familiares de trece mujeres, siete de ellas menores de edad, que murieron fusiladas la madrugada del 5 de agosto de 1939, cuatro meses después de finalizar la guerra civil en España.

Se trata del libro “las trece rosas rojas”, inclusive, este libro ha sido llevado al cine. Mi curiosidad fue tal que empecé inmediatamente “googlear” y tratar de conocer la historia de estas trece mujeres. Y es la historia que he querido compartir.

Las guerras se saben cuándo comienzan, pero no cuando terminan y lo mas grave son las secuelas que dejan y en ellas no se puede determinar ¿qué es lo justo? y ¿qué es lo injusto?  

Estas mujeres hacían resistencia al régimen franquista, pelearon y arriesgaron sus vidas luchando por la libertad de su país, España. Cada 5 de agosto, son recordadas, por muchos medios de comunicación y existe un monumento en su honor en el cementerio de La Almudena de Madrid, para que «no se borren sus nombres de la historia» habría dicho Julia Conesa, la “Rosa” más joven y más fugaz.

Tras la ocupación de Madrid por el ejército franquista, empezó una persecución sin cuartel, a todo el que se suponía de las Juventudes Socialistas Unificadas, los cuales intentaban pasar desapercibidos ya que los lideres principales se vieron obligados a huir. El secretario general provincial, fue detenido y obligado por medio de la tortura a delatar todos los nombres que conocía. Y a partir de ese momento empezaron las detenciones, entre los encarcelados se hallaban “las Trece Rosas Rojas”, en las instalaciones policiales, donde fueron torturadas y después pasadas a la cárcel de mujeres.

El 27 de julio de 1939 tuvo lugar un atentado contra el coche donde viajaba el comandante Isaac Gabaldón, el franquismo interpretó el atentado “como un desafío de un adversario al que creía totalmente aniquilado y decidió castigar a los verdaderos o supuestos responsables de un modo ejemplar”. Un primer consejo de guerra sumarísimo, fueron condenados a muerte sesenta y cinco de los sesenta y siete acusados, todos ellos miembros de las JSU, siendo fusilados al día siguiente sesenta y tres.

Los fusilamientos fueron más tarde reseñados por la prensa internacional, cuando se conoció que entre los primeros sesenta y tres ejecutados se encontraban trece mujeres jóvenes, una hija de madame Curie, al conocer la noticia, promovió una campaña de protesta en París por las Trece Rosas Rojas, la cual tuvo un gran impacto en Francia, pero a pesar de la protesta internacional, el franquismo no detuvo su represión. Se considera, que la mayoría de las trescientas sesenta y cuatro personas detenidas, porque supuestamente participaron en el atentado contra el comandante Gabaldón, fueron fusiladas.

T.A.F.