Esta semana se celebró en la ciudad de Barquisimeto, la ya conocida mundialmente y multitudinaria procesión de la Divina Pastora, después de haber sido suspendida por causa de la pandemia por dos años, así que este año fue verdaderamente impresionante.
Esta peregrinación, para que se den una idea, es considerada la tercera más grande a nivel mundial. Pero ese mismo día, se realiza otro evento, que ya es una tradición en Barquisimeto, que acompaña a esta gran fiesta Mariana.
Se trata de la conocida carrera, en honor a la virgen, con la participación de “maratonistas” ya veteranos, pero también de novatos y caminantes, lo importante es hacer el recorrido.
Desde las 6 de la mañana, niños, jóvenes, adultos y los adultos mayores como yo: caminando o corriendo o en bicicletas o en patinetas, parten desde El Obelisco con el disparo de un mortero, donado por la empresa larense Cohetería Marrufo, quienes desde la década de los 80 aportan este implemento, como promesa a la Santa Patrona de los larenses.
Esta multitud de personas recorren el oeste, el centro y el este de la ciudad, hasta llegar a las cercanías del poblado de Santa Rosa donde se encuentra la imagen de la Divina Pastora.
Esta tradición se inició en el año 1979 de la mano de Napoleón Arrieche, el profesor Francisco Puerta y Antonio Escalona, entre otros... con la finalidad de recaudar fondos para las Hermanas de la Caridad de la Casa Hogar Doctor Guadrón, para lo cual se solicitaba un aporte monetario dentro de las posibilidades de cada participante y en ese entonces, solo participaban “trotadores” con experiencia y me cuentan, sin verificación de los hechos, que en el primer “maratón” que se realizó, solo participaron unos 15 corredores, hoy en día, participan 40.000 entre corredores y caminantes.
Los participantes recorren: la avenida Pedro León Torres, prosiguen por la calle 42, para tomar la carrera 19. Después avanza por la Av. Lara hasta llegar a la altura del restaurante “Tiuna”, donde culmina el evento, un trayecto de aproximadamente 9 Km. En años anteriores, el punto de llegada era en la plaza de Santa Rosa, pero el volumen de participantes era de tal magnitud, que, perturbaban las actividades religiosas, razón por la cual que se modificó el sitio de llegada y la “meta” se colocó en las cercanías del restaurante “Tiuna” aproximadamente a un kilómetro antes de la entrada de Santa Rosa.
Para participar no se requiere inscripción previa ni pago alguno, tan solo estar en El Obelisco antes de las 6 a.m, para los participantes se trata de un acto de fe y si es de tu agrado, puedes dar una colaboración a las hermanitas que están ubicadas al final de la carrera.
Es importante destacar que esta actividad no ofrece premiación y los interesados pueden sumarse al recorrido a cualquier altura del trayecto.
T.A.F.