La semana pasada leí un Twitter, donde una persona, se preguntaba ¿en Japón las mujeres siguen caminando tres pasos detrás de los esposos?, recuerdo haber visto una película, ambientada en una época donde esto sucedía, lo que me llevó a buscar si esto sucedía aun en ese país o había cambiado, por supuesto por la gran influencia de occidente que han tenido en los últimos veinte años. Y pensando, que el termino “feminismo” tuvo su origen en la palabra francesa “féminisme”, acuñada por Charles Fourier, uno de los grandes socialistas utópicos y utilizada por los ingleses en la década de 1890, asociándola con el movimiento de mujeres por la igualdad de derechos políticos y legales. De hecho, el movimiento feminista, cambio muchos aspectos de la sociedad occidental.
Japón es quizás el país más turístico del continente asiático y uno de sus símbolos culturales más representativos y quizás el mas conocido son las “geishas”, íconos culturales de Japón, admiradas desde hace cientos de años, en especial por su apariencia… Sin embargo, poco conocemos del verdadero oficio y, sobre todo, el significado que ellas tienen en la sociedad japonesa.
Las “geishas” son conocidas por ser damas ceñidas en fastuosos kimonos, con el rostro completamente empolvado de blanco, resaltando con color sus labios, ojos y cejas… pero más allá de su vestuario, la “geisha” es una artista entrenada en las tradicionales artes japonesas, las cuales incluyen la danza, la música, los juegos y la conversación. Esta es la imagen occidentalizada de la mujer japonesa.
No obstante, el movimiento feminista en Japón, data del siglo XIX, en especial después de La Restauración de Meiji.
Japón mantenía un sistema de castas como el de la Edad Media, donde samuráis y emperadores gozaban de grandes privilegios. Con dicha restauración, el país empezó a renunciar al feudalismo y adaptarse al capitalismo occidental. Comenzó el proceso de industrialización y el nacimiento de nuevas clases sociales.
Las japonesas se organizaron y reivindicaron derechos básicos para las mujeres. Se empezaron a incorporar al mundo laboral fuera de casa. A finales del siglo XIX, las primeras feministas, iniciaron conferencias y actos con participación masivas de mujeres por todo el país, tratando temas como: ¿qué suponía ser madre, esposa y mujer? en un Japón que empezaba a industrializarse.
Ahí empezó el movimiento feminista en Japón. Que, a diferencia del feminismo en Europa, en Asia no se desarrollaron teorías liberales, sino teorías que ponían el acento en las clases populares y en las desigualdades sistemáticas que afectaban a las mujeres.
La Asociación de la Nueva Mujer, se creó en Japón en el año 1920 y centró su lucha por la igualdad de género en el ámbito de la educación, el empleo y el sufragismo.
Las leyes de 1890 prohibían la participación de las mujeres en los partidos políticos y una mujer adúltera terminaría en la cárcel durante dos años. Otro dato curioso es que las feministas proponían una reforma para tener derecho a rechazar hombres con enfermedades venéreas que, como mínimo, ponían en riesgo su salud.
Algunas de las participantes de “La Asociación de la Nueva Mujer”, empezaron a asistir a la Universidad de Mujeres, institución privada creada en 1901, que impartía clases de literatura inglesa, economía doméstica y japonés.
De esta Universidad salieron, poetisas, políticas y algunas llegaron al parlamento. Se creó, además, la revista feminista Seito.
La Asociación de las Mujeres Nuevas se disolvió el mismo año bajo el mando de Raicho Hiratsuka, quien estaba enferma en ese momento.
Los colectivos LGTBI cobraron visibilidad a partir de la década de 1980 y se empezó a impartir seminarios de sexualidad e identidades de género en la Universidad de Tokio en 1989.
En la actualidad, las mujeres japonesas siguen luchando por sus derechos, por tener una carrera profesional.
T.A.F.