El Carpaccio.



Estoy segura, que si hacemos una encuesta y le preguntamos a la gente, cuales son las Ciudades mas románticas del mundo, seguramente Venecia saldría entre las primeras. Esta ciudad se ha ganado por derecho este titulo, convirtiéndose en uno de los destinos mas visitados del mundo

En uno de esos tantos hermosos rincones de Venecia, existe cercano a la Plaza de San Marcos, un pequeño establecimiento donde esconde tras sus puertas, historias de grandes personajes del mundo de la literatura y la alta sociedad.

Pero también esconde curiosas invenciones: como la de un plato mundialmente famoso, “El Carpaccio”, quien fue obra de un prestigioso chef, quien lo ideó para deleitar a una asidua visitante de su restaurante, una condesa que tenía problemas de salud.


Se trata de “El Harry's Bar”, un Bar propiedad del “chef” Giuseppe Cipriani, donde por años durante el siglo pasado, acogió, a grandes personalidades de la literatura universal como Ernest Hemingway, Truman Capote, F. Scott Fitzgerald etc..

Junto a estas personalidades, compartían, hombres y mujeres de la alta sociedad italiana, donde pasaban agradables veladas disfrutando de la conversación y del buen comer.


En una ocasión, la condesa Amalia Nani Mocenigo, llegó al bar. Notable, de alto grado y excelentes modales, pero con una enfermedad estomacal que se hacía presente con dolores crónicos. Como consejo de su médico, numerosas legumbres y carnes cocidas quedaron prohibidas en la dieta de la condesa.

Cipriani, angustiado y con estrés, recorrió su cocina de arriba a bajo sin éxito, preocupado por las implicaciones negativas que esta experiencia dejaría en su local.

El chef Cipriani, para agradar a su ilustre clienta se le ocurrió filetear en finísimas láminas un solomillo de buey que aliñó con varias salsas y con queso “parmesano Reggiano”.

El plato, que no sólo apasionó a la condesa, sino que se hizo popular entre el resto de los clientes, fue bautizado por el chef Cipriani, con el nombre de “Carpaccio”. Capriani le puso en honor, al pintor italiano Vittorio Carpaccio, al que el afamado chef admiraba.

T.A.F

 






 

El mito de Níobe.



Una de las figuras más trágicas que encontramos en la mitología griega, es la de la reina Níobe. Era la hija de Tántalo, quien por haber robado la comida de los dioses, había sido condenado en los Infiernos a sufrir eternamente de hambre.

Níobe, hermana de Pélope, se había casado con Anfión, un gran músico que había ayudado a construir las murallas de Tebas, atrayendo a las rocas con el sonido de su lira.

Níobe tenía un gran motivo de orgullo. No era por su belleza, aunque era hermosa, ni por la habilidad de su esposo, ni por su reino ni por sus posesiones. Había dado a Anfión siete hijos y siete hijas, todos de gran belleza, y en ellos basaba toda su felicidad. Habría podido vivir una larga vida de dicha, pero sus palabras de orgullo le trajeron la desgracia a su casa.

En una ocasión, cuando se celebraban los ritos de adoración para Latona y sus dos hijos, los dioses Apolo y Artemisa; la reina Níobe dijo a quienes la rodeaban:

"Qué tontería es el adorar a seres que no pueden ser vistos, en lugar de rendir pleitesía a quienes están frente a vuestros ojos. ¿Por qué adorar a Latona y no a mí? Mi padre fue Tántalo, quien se sentó a la mesa de los dioses. Mi esposo construyó esta ciudad y la gobierna. ¿Por qué preferir a Latona? Yo soy siete veces más dichosa, con mis catorce hijos, mientras ella tiene solamente dos. Cancelen esta ceremonia inútil".

El pueblo de Tebas la obedeció, y los rituales quedaron incompletos. Pero Latona había escuchado las palabras de Níobe, y su venganza no se hizo esperar. Llamó a sus hijos Apolo y Artemisa, les repitió las palabras de Níobe y los envió a castigar el orgullo de esa mujer.

Ocultos por las nubes los dos dioses pusieron pie en las torres de Tebas. Frente a la ciudad se celebraban juegos atléticos, en los que participaban los hijos varones de Níobe y Anfión. Apolo tomó su arco y sus flechas, y uno a uno mató a los jóvenes. El menor de ellos, el único que quedaba, gritó al cielo: -¡Perdonadme, oh dioses! -Apolo quiso respetar su vida por su ruego, pero la flecha ya había abandonado su arco y el muchacho cayó muerto.

Advertida por los gritos de la gente, Níobe llegó al campo donde se encontraban los cuerpos de sus hijos. A su alrededor estaban sus hijas, que compartían con ella su dolor. Pero una a una, ellas también fueron cayendo sin vida, por los dardos lanzados por Artemisa.

Abrazando a la más pequeña, mientras las demás yacían a su lado, Níobe gritó: -¡Dioses, dejadme al menos una! -Pero fue inútil, pues pronto la niña se desplomaba con una flecha en su pecho.

Al ver a sus hijos muertos, Anfión se enfureció. Se dirigió al templo de Apolo e intentó prenderle fuego, pero el dios lo abatió con sus flechas. Níobe tomó en sus brazos el cuerpo de la más pequeña de sus hijas y huyó enloquecida a Asia Menor. Los restos de su familia permanecieron insepultos durante nueve días, pues los dioses habían transformado en piedra a los habitantes de Tebas. El décimo día, los propios dioses les dieron sepultura.

Níobe vagó con el cadáver de su hija hasta llegar al monte Sípilo. No pudo avanzar más, pues su dolor no le permitía moverse. El viento no agitaba su cabello, sus ojos quedaron fijos en el rostro de su hija, la sangre dejó de fluir dentro de ella. Se transformó en una roca, pero sus ojos siguieron vertiendo lágrimas que dieron origen a un manantial.

Existe otra doncella de nombre Níobe, que era la primera mortal con la que se unió Zeus, pero esa es otra historia distinta.

T.A.F.


 

Las medias azules.

      
Elizabeth Montagu 


Las medias azules.

Aunque ustedes no lo crean, la inteligencia de la mujer ha sido negada a lo largo de lo siglos. La frase mujer tienes que ser que se utiliza en el mundo actual, siempre se ha utilizado a lo largo de la historia. Cualquiera podía ridiculizar a la mujer que, se saliera de la norma establecida. Es por ello que muchas mujeres que se interesaban por la literatura u otros ámbitos intelectuales eran injuriadas. Pero, también hubo excepciones. En el siglo XVIII surgió una sociedad que, le daba espacio y favorecía el desarrollo de la intelectualidad de éstas mujeres como ellas quisieran. Esta sociedad, denominada “Medias Azules”, nació en la Inglaterra del siglo XVIII y gracias a dicha sociedad, desarrollar la inteligencia femenina no se consideró indecente.

Las “Medias Azules” se fundó en 1750, por la escritora Elizabeth Montagu, quien durante su vida había sufrido diferencias con respecto a sus hermanos. Siempre había tenido más restricciones. Lo cual para la época era algo habitual.

Elizabeth, invirtió la gran fortuna que le había dejado su difunto esposo, en organizar un salón literario, en Hill Street, donde reunía a muchos intelectuales. En un principio, a estas reuniones acudían tanto hombres como mujeres pero no fueron nada convencionales. En la mayoría de estos encuentros, las mujeres y los hombres estaban separados. Mientras ellas chismorreaban, de los últimos brocados, los hombres discutían sobre temas como: la política o la poesía.

Todos se reunían y tomaban té, participando en las diferentes discusiones, sin importar su género o su nivel social. Solo importaba su nombre y como único requisito que se exigía para acudir a sus reuniones, era vestir un atuendo de lana azul. Así, no había problemas de clase y las veladas eran más igualitarias.

Pero el uso de este color no era casual. Y según se cuenta, en cierto momento fue invitado a participar en estas reuniones, un famoso botánico traductor.

Se trataba de Benjamín Stillingfleet, quien por no tener tiempo de ir a su casa, se presenta en la reunión con la misma vestimenta que uso durante el día para trabajar, vestido de estambre azul y con medias hechas en seda y a pesar de su indumentaria fue igualmente recibido con los brazos abiertos en la reunión.

Parece haber pocas dudas de que este apodo surgió de las medias azules que Benjamín usaba habitualmente en estas asambleas y como sus conversaciones en esta reuniones, siempre eran muy animadas. De allí que a Elizabeth se le ocurrió lo de las “medias azules”.

T.A.F.


 

Enheduanna, la poetisa


Enheduanna, es la poetisa y la escritora más antigua conocida hasta el momento y una de las primeras mujeres en la historia cuyo verdadero nombre se conoce. Fue hija de reyes, por lo tanto fue una princesa y ademas suma sacerdotisa en el templo del dios Nannar,la Luna. Vivió en la ciudad-estado de Ur, Sumeria, en la parte sur de la antigua Mesopotamia, actualmente Irak y Siria.

Enheduanna, según diferentes interpretaciones nació en el 2300 o 2285 a. C., en el imperio acadio. No se conoce el nombre real de nacimiento. Era hija del rey Sargón de Acadia y de la reina Tashlultum. Tuvo varios hermanos: Rimush, Manishutusu y Shu-Enlil.

Su padre la designó en la ciudad de Ur, suma sacerdotisa de Nanna, el dios, Luna, sumerio, una de las divinidades principales del panteón mesopotámico. Recibiendo entonces los nombres de “Hedu”, adorno y “An”, cielo. Por tanto, su nombre adulto significaba “la alta sacerdotisa, adorno del cielo” o “la alta sacerdotisa de An”, dios del cielo.

El título de “Sacerdotisa Enera de gran importancia política, Enheduanna mantuvo también este cargo, durante el reinado de Rimush, su hermano. En esa época participó en numerosas actividades política, por lo que fue expulsada, aunque posteriormente recuperó su papel como sacerdotisa.

Su obra poética más famosa Exaltación de Inanna , cuyo tema central es la devoción a la diosa Inanna, incluye detalles de su expulsión de la ciudad de Ur y de su posterior regreso. Esto está relacionado también con “La maldición de Acad”, en la que su sobrino, el rey Naram-Sin, es maldecido y desterrado por Enlil.

A lo largo de su vida, compuso 42 himnos para los templos de Sumeria y Acadia, escritos sobre tablillas de arcilla. Sus temas son religiosos. Destacan los himnos al dios Nannar y a su templo de Ur, y a la diosa Inanna.

Los textos fueron encontrados en las ruinas de Ur en 37 tablillas. Se les conoce como “Los himnos de los templos sumerios”. Estos himnos constituyen la primera colección de poemas religiosos del mundo y son considerados como uno de los primeros intentos de elaboración de una teología.

Tras su muerte, aproximadamente en el 2250 a. C., siguió siendo recordada como una figura importante de su civilización y es posible que obtuviera un estatus semidivino.

T.A.F

 

Johanna, La cuñada de Vincent Van Gogh.

 


Johanna Gezina fue una editora y traductora multilingüe holandesa cuñada del pintor Vincent Van Gogh y como esposa del comerciante de arte Teo Van Gogh, se convirtió en la persona clave en el proceso de la fama póstuma que adquirió Vincent Van Gogh, quien era una figura en gran parte desconocida y marginada.

Johanna Gezina Bonger nació el 4 de octubre de 1862 en la Ciudad de Amsterdam, Países Bajos. Hija de Hendrik Christiaan Bonger, un corredor de seguros y Hermine Louise Weissman, fue la quinta de siete hijos y fue especialmente muy cercana a su hermano mayor Andries Bonger. Andries se mudó a París en 1879, y los dos se escribian cartas regularmente. Su hermano menor, Willem Adriaan Bonger, se convirtió en un importante criminólogo. La familia, toda, era amante de la música, celebrando actuaciones nocturnas de cuartetos, Johanna, se convirtió en una pianista consumada. A diferencia de sus hermanas mayores, que hacían tareas domésticas, Johanna, era una niña alegre y muy vivaz, se le permitió continuar su educación estudiando inglés y obteniendo el equivalente a un título universitario. Permaneció algunos meses en Londres, trabajando en la biblioteca del Museo Británico.

Siendo una adolescente, se enamoró del escritor inconformista Eduard Douwes Dekker.

Eduard se enamoró de Johanna y al año siguiente visitó Ámsterdam para declararle su amor. Johanna, sorprendida y ademas molesta porque un hombre que apenas conocía le propusiera casarse con ella, lo rechazó pero al año siguiete aceptó la propuesta de casamiento y llevaron a cabo su matrimonio en Ámsterdam, el 17 de abril de 1889. Su hijo Vincent Willem nació el 31 de enero de 1890. Tras la muerte de Eduard, en enero de 1891, Johanna quedó viuda con su hijo de apenas un año.

La herencia de Johanna consistía en un departamento en París con algunos muebles y aproximadamente 200 obras de su cuñado Vincent, para entonces sin ningún valor.​

A pesar de que le habían aconsejado que se deshiciese de los cuadros de Vincent, volvió a los Países Bajos, abrió una casa de huéspedes en Bussum, un pueblo a 25 km de Ámsterdam.

Para ganar ingresos extras tradujo cuentos del francés e inglés al holandés. En 1905, y a pesar de la desaprobación de su familia, fue una de los miembros fundadores del movimiento socialista de las mujeres.

Durante algún tiempo, había estado mal de salud, sufriendo de la enfermedad de Parkinson, aun así, continuó hasta su muerte gestionando las ventas de las obras de Vincent.

Murió el 2 de septiembre de 1925, a la edad de 62 años, en su casa de campo en Laren, Países Bajos.

T.A.F.