Cecilia Payne. La científica que cambio nuestra visión del Sol

 


Como en el blog, la mayoría de las entradas se refieren a mujeres sobresalientes que por alguna razón pasan desapercibidas; hay muchas amigas que me escriben sugiriéndome algunos nombres de esas mujeres para que las visibilice.  

Entre esas se encuentra Cecilia Payne.  Cecilia nace en el Reino Unido un 10 de mayo de 1900 en Wendover. Su padre fallece cuando ella tenía cuatro años. A los doce se trasladó a Londres junto a su familia.

Cecilia estudió Física y Química en la “University of Cambridge”, en esa época se admitían mujeres, aunque sin otorgarles título oficial. En 1922, tras graduarse y ante la imposibilidad de conseguir el título, viajó a Estados Unidos, donde se matriculó en la “Harvard University”. Durante 1925 se convirtió en la primera persona en doctorarse en el área de astronomía en el “Radcliffe College”, con su tesis: “Atmósferas estelares, una contribución al estudio de observación de las altas temperaturas en las capas inversoras de estrellas”, dirigida por el astrónomo estadounidense Harlow Shapley. Durante esta investigación llegó a la conclusión de que las estrellas están compuestas de hidrógeno y helio.

Conocida por su estudio sobre las estrellas variables, fue la primera astrónoma en medir, la abundancia relativa de los elementos químicos en una estrella. Además, fue la primera en demostrar que más del 60% de las novas galácticas conocidas de la Vía Láctea se concentran en el cuadrante en donde se encuentra el centro galáctico. Obtuvo la nacionalidad estadounidense en 1931. En 1956, fue designada como profesora de astronomía en Harvard, donde desarrolló un nuevo método para determinar las magnitudes estelares a partir de placas fotográficas. Más tarde se desempeñó como presidenta del Departamento de Astronomía. Se retiró de la docencia en 1966.

Continuó sus investigaciones como miembro del Smithsonian Astrophysical Observatory (SAO).

En 1934 contrajo matrimonio con el astrónomo ruso Sergei Gaposchkin. Tras el enlace, Payne agregó el apellido de su esposo al suyo separándolo por un guión.

Cecilia Payne falleció el 7 de diciembre de 1979 en Cambridge, Massachusetts.
En su época, la tesis doctoral de Payne fue considerada la más brillante escrita nunca en astronomía.

T.A.F.


 

 

 

 

 

¿Por qué no envejecer con dignidad?

 


Existe una enorme industria que obtiene un gran beneficio con nuestra urgencia por tratar de evadir, que lo único seguro es el cambio o la impermanencia. Muchos sacrificamos la salud y nos hacemos daño con tal de ocultar las arrugas. Somos capaces de cualquier cosa por mantener la vanidad antes que el ser. Aceptar que todo pasará parece sencillo. Sin embargo, en una vida donde nos vamos apegando a las cosas, certezas y expectativas, asumir esa idea, se convierte en un gran desafío porque implica renunciar al control que tanto nos gusta.

La impermanencia es un concepto clave de diversas religiones y filosofías de vida; tiene un papel central en el budismo y en la práctica de yoga.

He mantenido comunicación con muchas amistades de mi infancia, pero a otras las he dejado de ver y cuando me encuentro con algunas de ellas, para mi es una gran satisfacción que me reconozcan. El otro día me pasó un episodio, yo no identifiqué de momento a una amiga que llevaba un tiempo sin ver, porque su rostro y su aspecto físico habían cambiado, debido a los implantes y al bótox, me causó angustia, sobre todo cuando su aspecto representaba más edad de la que tenemos.

En la sociedad “moderna” y de consumo que nos ha tocado vivir,  el convencernos de ser “eternamente joven”, es una de sus máximas que se ha convertido en norma social; gastamos grandes cantidades de dinero en tratar de seguir esa norma: cirugía cosmética, productos anti-edad, dietas, gimnasios, implantes, bótox etc... y ya sabemos que no es posible vivir por siempre joven y no reprocho quien decide usar algún paliativo para “aparentar “ ser físicamente joven, simplemente creo más bien, que  se trata de sentirse joven, sin importar los años que tengamos y que la verdadera edad la llevamos  en nuestro interior, llámese espíritu, llámese mente, pues lo cierto es que no existe una edad para dejar de sentir, para dejar de amar, para dejar de hacer planes para fijarse nuevas metas; si estos criterios no vienen de nuestras decisiones, nuestro organismo, seguirá persiguiendo a lo largo de nuestra existencia, los mismos sueños de nuestra niñez y de nuestra adolescencia.

Definir a una persona como vieja o joven, ha sido un principio sociocultural con diferentes sentidos, que ha dependido, de cada sociedad, de cada época y de sus creencias culturales. Es decir, el ser “viejo o joven” no se circunscribe únicamente a factores biológicos.

Las personas son más o menos viejas no por sus años sino por su manera de pensar y actuar. La desilusión no es ser viejo sino sentirse viejo.

El verdadero declive de nuestra existencia ocurre cuando inmovilizamos la mente y deja de ser productiva, cuando la persona se vuelve rígida y se resiste a los cambios, cuando renuncia a sus actividades normales, cuando empieza a vestirse de forma diferente o se reprime de hacer cosas, porque "ya no está en edad" de hacerlas, hay quienes dejan de bailar y de divertirse, quienes pierden la curiosidad y el interés por aprender, quienes empiezan a menospreciar a los que consideran demasiado jóvenes o inexpertos, quienes todo lo critican y todo lo ven mal, etc., Opino, que renunciar, rendirnos, echarnos en los brazos de la “vejez”, es una decisión personal. Hay jóvenes viejos y viejos jóvenes… ¿de cuáles queremos ser?  depende de cada quién.
T.A.F. 

 

Bésame Mucho.


Existe un músico, escritor, divulgador y cantante venezolano, actualmente radicado en la ciudad de Miami, llamado Cesar Muñoz, recordado por el grupo humorístico “Alpargata Cantorum”. Su carrera artística comienza a finales de los ochenta como parte del elenco de una compañía teatral de comedia musical. En la década de los noventa, viaja a los Estados Unidos para estudiar música en “Berklee College of music”, donde se gradúo con honores. Actualmente tiene un proyecto personal muy divulgado llamado “La Cata Musical”, es un canal de YouTube, donde semanalmente crea videos de entretenimiento educativos, para que las personas conozcan y aprendan sobre el mundo de la música. Se los recomiendo ampliamente, yo personalmente no me lo pierdo además de ser ameno nos enseña a conocer la música.

En uno de sus programas nos hizo conocer el origen y la trayectoria de uno de los boleros más conocidos en el mundo me refiero a “Bésame Mucho” me encantó, contó toda su historia sobre las circunstancias en que fue escrito y todo el hecho que fue compuesto por una mujer.

Dicho bolero fue compuesto por la compositora y pianista mexicana Consuelo Velázquez .

Cuentan que, a los cuatro años, su tío le regaló un pequeño piano, donde tocaba con gran facilidad varias melodías que llamaba la atención. Su padre, aceptó que compatibilizara la escuela con el piano y la inscribió en la academia de música “Serratos”, donde ofreció su primer recital a los seis años. Al comenzar la secundaria, ya era toda una pianista.

La muerte del padre dejó a su madre a cargo de cinco hijas. Consuelo se trasladó a “Ciudad de México” e intensificó sus estudios en el mejor conservatorio del momento, la escuela del palacio de Bellas Artes. Allí se licenció en 1938 como pianista concertista y maestra de música.

Consuelo fue invitada poco después a participar en el curso de perfeccionamiento de obras que impartía el pianista Claudio Arrau.

Pero pocos sabían entonces que, desde años atrás, ella componía tiernas canciones de amor. Porque le “salían del corazón”, escribió “Bésame mucho” a los diecinueve años, cuando, según diría después, “era muy formal y ni siquiera había besado a nadie, ni sabía lo que era un beso”.

Fue contratada por una emisora, XEQ, que habría de ser la más popular de México, la contrató para un programa de música clásica. Consuelo tocaba media hora de melodías, tras ser presentada por el locutor como “un prestigioso músico europeo”.

Consuelo Velázquez fue diputada entre 1979 y 1982. Su gran defensa de los derechos de autor la llevó también a la presidencia de la Asociación de Autores y Compositores de México y a la vicepresidencia de la organización mundial del gremio. Desde este puesto, nunca antes ocupado por una mujer, emprendió la lucha contra la piratería.

Una caída en la escalera de su casa la llevó a pasar sus dos últimos meses en el hospital. A sus ochenta y ocho años, encendía diariamente el televisor desde la cama para escuchar cómo la cadena Televisa empezaba cada capítulo de la telenovela "Apuesta por un amor", con su canción Que seas feliz. Una infección y un colapso pulmonar acabaron con su vida.

Diversas cadenas de televisión han calificado a “Bésame mucho” como la “canción del siglo XX”.

T.A.F.